1. One Shot

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{Deep Blue. Deep Red. Deep Black}


Cuando Aziraphale y Crowley empezaron a salir oficialmente como una pareja real creyeron saber todo acerca de otro; lo que les gusta, lo que no, su actividad favorita, entre otras cosas. Sin embargo, aún con los 6000 años encima de ellos llenos de recuerdos en la memoria de ambos donde estaban intactos cada uno de los siglos, situaciones y encuentros que los habían vuelto cada vez más cercanos, no dejaba de haber pequeños detalles que se escaparon.

La mente es poderosa, y si no hay un orden, los sentimientos buscaran una manera de desbordarse de una forma u otra.
Y muchas veces el resultado no está en nuestras manos.

Crowley ha pasado por situaciones tan comunes como cualquier persona que habita en el tierra. Enfermedades (leves, claro está), cortaduras, cansancio y gusto por alguna cosa material en específico. Poco a poco su lado terrenal fue haciéndose más sólido, acostumbrándose a las épocas, forma de vestir e inventos que el ser humano a hecho, como la tecnología y los autos.

Por lo cual no creyó que tanto su lado infernal como terrenal chocaran dentro de su cuerpo y le hicieran estallar esa lava ardiente que recorría todo su cuerpo y que le hacía sentir la peor basura del mundo. Como si se estuviera pudriendo por dentro.

Crowley padecía Ciclotimia.

La ciclotimia es un derivado de la depresión. Es cuando el estado de ánimo tiene altibajos notorios desde su punto de referencia. Puedes sentirte en la cima del mundo por un tiempo y luego tener un periodo en el que sientas mucha tristeza.

De todas las enfermedades del mundo esta era la más silenciosa pero igual de peligrosa a la que él no le puso ningún reproche. Podía vivir con eso... o al menos eso pensó hasta que comenzó su relación Aziraphale.

Por supuesto que Aziraphale lo hace feliz, mucho de hecho. Le encantaba visitarlo, llevarlo a cenar, ayudarlo a ordenar la librería, darle besos en la frente, caminar tomados de la mano cuándo las calles están vacías muy entrada la noche y recordarle lo mucho que ama la forma de su cuerpo y a él mismo.

También frecuenta llamarlo para saber como está y si se encontraba bien. A veces lo visitaba por sorpresa y lo sorprendía con algún regalo gastronómico.

Ama cada cosa de Aziraphale. Todo, mas bien. Todo. Es ese rayo de luz dentro de una espesa oscuridad.

Crowley es una constante en la vida de Aziraphale; rodeándolo del amor que siempre estaba dispuesto a darle. No había día que no supieran algo acerca del otro mediante la comunicación...

¿O sí?

Quizá.

Comenzó un día en qué Aziraphale estaba haciendo el inventario de la librería y no recibió llamada alguna de parte de su novio. Pensó que probablemente estaba ocupado con sus frondosas plantas, salió a caminar o simplemente estaba tomando una corta siesta como ya era costumbre. Nada fuera de lo usual, así que siguió con su rutina.

Pasaron dos, tres, cuatro días, hasta que al quinto su teléfono sonó insistentemente.

Era Crowley.

Se escuchaba normal, con esa astucia vivaz y tono de voz tan embelesante de oír.

Quedaron de verse esa tarde en el parque, no sin que antes el pelirrojo pasara por él en su auto.

Good Omens: GeneralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora