Tu existencia

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Tu existencia

    Si estas leyendo esto, te recomiendo que leas primero "La vida de Azucena", ya que así entenderás mejor esta historia, pero eres libre de hacer lo que quieras. :3

    El día de hoy, os he venido a contar, algo sobre mí... y ese algo es...


¿Cómo fue creada "La vida de Azucena"?


    En sí, es un relato gracioso o al menos lo fue para mí. Sinceramente, nunca me ha llamado la atención estudiar, por ello, nunca he prestado atención en clase y mucho menos en lengua.

    Con cualquier profesor, tenía el hábito de desconectar, aunque no siempre hacía lo mismo, unas garabateaba, otras hablaba... algunas hacía deberes de la siguiente clase o quizá de esa misma, antes de que fueran corregidos en clase, pero lo que más hacía era escribir historias con o sin final.

    Un día, repitiendo 1º de la ESO, Alejandra, mi maestra de lengua, cuya voz era tan chirriante que hasta me molestaba, aunque en algún momento me acostumbré a ella. Eso no quita que la maestra no supiera que su voz era algo molesta para mis oídos, ni mucho menos, lo sabía, yo misma se lo había dicho sin titubeos, y cuando digo algo... Me atrevo a decir, que me ponía de un humor de perros. [De mal humor]

    Alejandra siempre parecía molesta conmigo, porque nunca atendía en sus clases, supongo pues, que un día le entró la curiosidad de saber "¿Qué era más importante que la maestra dando clase?", por ello, me quitó lo que andaba escribiendo en sus clases. Ya que, Gema, siempre estaba escribiendo.

    Esa hoja de libreta, llena de agujeros y rayajos, ocultaban letras escritas, que sin duda alguna no me devolvió hasta el día siguiente.

Tras unos días más tarde, apareció un concurso de "escribir una historia" llamado el "5º Certamen de Narración para Educación Secundaria "Premio Ángeles Pascual," [literalmente]. Alejandra usó tal oportunidad para afirmarme que iría allí, eso significaba "crear una historia" de la cual me negué en rotundo. Porque Gema no solo pasaba de ese tipo de cosas tales como concursos, obras de teatro, dibujos, etc... sino que odio totalmente que me manden a hacer algo, ya que, todo lo que yo haga y deje de hacer debe de venir de mí misma, y nada más.

    La profesora intentó convencerme con un punto más para mi nota de evaluación, que, sin lugar a duda, yo sabía que estaba suspensa, pero eso no pudo comprarme, ya que odio ser sobornada y volví a negarme, así que directamente me dijo que no podía negarme. Por suerte para mí, seguiría ganando ese punto para la evaluación. Creo que la maestra sabía la forma rápida de convencerme, pero empezó por la más razonable, ya que todo iluso busca aprobar siempre, pero no era mi caso.

    Y al final, aunque me había negado con fuerza, acabé haciéndola.

    Por primera vez y desde que tengo memoria, había sentido que alguien me veía como era, y no como querían que fuese. Una persona que no disfruta estudiando pero que sí lo hacía escribiendo. He de decir que Alejandra me tenía tanta paciencia, que a veces hasta yo me preguntaba: "¿cómo lo hacía?" Con lo antipática y sincera que era en ese tiempo, y a día de hoy, lo sigo siendo.

    Al final de aquello, como si me hubieran dado mi caramelo favorito, comencé a escribir "La vida de azucena". Cuando la terminé, estaba muy orgullosa de mí, pero también estaba muy enfadada conmigo... La historia debía tener tan solo tres hojas, y éstas debían estar escritas únicamente por delante. Llevaba no solo cuatro hojas, si no que encoger el título, no cambiaba el número de páginas... Así que acudí a la llamada de ayuda, pidiéndole así a mi hermana mayor que me ayudase, con el fin de que pudiera llevar solo tres hojas.

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