(3) Él escucha la lluvia y escapa.

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Hace poco, Bobby me dijo que debía mantener la cabeza en alto.


Hanbin olvido la última vez que disfruto la brisa del aire, aquella que calaba sus huesos y erizaba su piel. Sus dedos comenzaban a doler por el frío pero aún continuaba mirando tranquilamente como los árboles movían sus ramas en un rápido vaivén.  El olor a barro y lluvia inunda sus fosas nasales, era un olor que hacia vibrar su corazón. 

Hanbin comienza a imaginar un montón de panoramas diferentes. En algunos era una persona normal con una vida normal, un agente de policía persiguiendo a los malos o un vendedor callejero de fideos instantáneos.

Su cabello se despeina por el viento, la brisa helada le quema la piel. Cierra los ojos e imagina que cae de ese precipicio imaginario.

Hanbin respira. ¿Una vida normal?
Se dio cuenta.

Estaba solo.

Hanbin podía escuchar ligeramente la música de los vecinos, sentía que estaba en una película terriblemente mal hecha, porque el protagonista (él) era patético.

Hanbin suspira y entonces, sólo entonces, se dio cuenta de la cantidad de cosas que había perdido en un año.

Bobby se acerco a donde se encontraba Hanbin, toco su frente, estaba fría. Hundió sus dedos en su cabello y lo revolvió.

—¿Cómo supones que voy a comer si me amarraste a la silla y me llevaste al balcón? —murmuró muy suavemente, algo así como una queja muy vaga. Se sentía extraño, ¿cómo era posible que los vecinos vieran a alguien amarrado a una silla en el balcón y lo único que dijeran es que tuviera una buena noche?.

Lo amarro a una silla. Era descabellado, sí, pero Hanbin no dejaba de gritar y querer huir a su habitación, hablando de su habitación, parecía que era su refugio para cualquier dolor y que jamás pondrían hacerle daño si iba a esconderse ahí.

Aún no sabía qué había en su habitación.

—¿Quieres discutir y que te obligue a comer césped después?. —preguntó alzando las cejas mientras tomaba el respaldo de la silla y se disponía a levantarlo y llevarlo adentro.

Terriblemente violento, le faltaba tacto. 
Hanbin se arrepiente.

—Usted tiene toda la razón, no debería hablarle así.

—¿Así? —preguntó Bobby mirándolo sorprendido. —No puedes sólo darme la razón aún cuando estoy mal. Estamos discutiendo, a mí me gusta discutir.

Es mejor morir de risa que por un enojo, maldito pajarraco inmundo y asqueroso, te odio y te desprecio más que a mí vida, quiero patearte las piernas hasta romperte los malditos ligamentos, a ver sí dejas de ser un imbécil. 

—Yo soy una persona pacífica. —reflexionó. —No me gusta pel... —fue interrumpido por un golpe suave en su cabeza.

—¡Espera! ¡Cállate tantito!. —susurra sutilmente. —Mierda, mierda, mierda, no... —murmuró desesperado, apunto de jalarse el cabello y arrancarselo de la cabeza. —Esto es lo peor, esto no puede estar pasando. —dijo sin esperanza, perdido y sin alma.

Bobby comenzó a gritar y patear la silla en la que Hanbin estaba amarrado.

No podía entender realmente lo que sentía Bobby.

Estaba enojado, sí.
Quizá frustrado.

Se encontraba jadeante a mitad de la sala después de su arranque de cólera. Tiene ese tipo de expresión en su rostro, Hanbin reconoce la expresión, la ha visto un par de veces al mirarse al espejo.

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⏰ Última actualización: Jun 10, 2021 ⏰

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C L E A N | Double B - iKON.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora