La oscuridad baña los bosques nevados. Blancos sus pinos por los copos de nieve, que caen lentamente, hasta llegar al suelo donde son bañados en sangre. Ahí, un hombre yace boca abajo, en un extraño traje amarillo y café. A su alrededor, hay pedazos de algo... Algo rojo. Tripas. Carne quemada. Los pedazos de una persona.
—Agh—exclamá el extraño hombre en traje, apoyando sus manos en la fría nieve. Y con un líquido rojo abriéndose paso por su labio inferior hasta caer en el blanco helado, logra levantarse—. ¿Dónde estoy? —se pregunta notando como sus manos están empapadas de rojo. No recuerda nada, ni siquiera su vida. Sabe algunos conceptos básicos como hablar, comer, respirar; entre más. Pero lo demás estaba blanco. Dos nombres retumban en su mente: Logan, Logan, Logan... Wolverine—. ¿Wolverine? —se preguntó a sí mismo con la mano en la frente.
En eso nota la masacre a su alrededor, pero extrañamente sin exaltarse, como si estuviera acostumbrado. A pesar de no recordar mucho, su personalidad se mantenía intacta. Quién sea que fuera él, era un hombre muy valiente.
—¡Mierda! —gritó por instinto. Estaba tan concentrado en el panorama, que no notó una herida en su costado; por el abdomen. Era como una garra, cuya sangre que salía era caliente, casi hirviente. Entonces el hombre se inclinó, tomando un poco de nieve para así cubrir su herida.
No podía quedarse ahí, y conservando un instinto de supervivencia, corrió hacia la boca del bosque, a lo más oscuro. Mientras se abría paso entre los tenues árboles, no notaba que su herida por debajo del abdomen comenzaba a sanar, y que la nieve caída del cielo, empezaba a bañar su traje, no dejando rastros de sangre. Los olores del tétrico paisaje eran extraños; a azufre. No lo podía explicar, pero el aroma lo percibía demasiado bien, como si su nariz fuera la de un lobo. Sus músculos, tensos y fuertes, lo hacían moverse mucho más rápido. Y a pesar de que no recordaba, sabía que eso no era normal. Pronto paró la huida contra la nada, mirando la luna sobresaliente por encima de los árboles. ¿Quién era? ¿Qué buscaba?
Llantos de desesperación, y aullidos de lamento sacaron de su trance al hombre; girándose entonces a su izquierda.
Apoyada en un árbol, de espaldas se encontraba una mujer en traje de novia. Su cabellera era larga, algo quebrada; su color era rojo. Era difícil de explicar, pero el aire levantaba su pelo pelirrojo hacia su derecha, dando la sensación de que era fuego; incesante y cálido.
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Wolverine: La Chica del Bosque (Relato corto de Horror)
Fiksi PenggemarEsta historia inaugura una nueva serie basada en el terror. Cuentos de no más de tres o cuatro capítulos, que fusionan la narrativa del cómic clásico con el genero de horror. Disfruta la primera historia de esta saga. ¿Qué pasara cuando Wolverine d...