Capítulo 9: no servimos para pescar

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-¡Qué no!- estaba al borde del lago artificial que tenía el parque. Ruben estaba detrás mio intentando empujarme hacia él. Como los viejos tiempos.

-Pero es que ya te hace falta un baño tía. Ve entrando que yo me pego una corrida a mi hotel y te traigo un shampoo.

-¡Cierra la boca!- intentanba hacerme para atrás, pero Ruben tenía mucha fuerza, hasta que recordé uno de sus puntos débiles. Tiré mi brazo hacia atrás y pasé suavemente mi mano por su nuca. Al instante Ruben tembló y comenzó a reír. Es como si le agarraran pequeños espasmos, o como un escalosfrío.

-Vale, vale, te dejaré ir- echó sus manos hacia atrás y las levantó como un ladrón al que acaban de agarrar.

-No confío en ti- me alejé de él.

-Prometo que no haré nada,salvo......-puso mirada pícara. Se acercó hacia mi, puso su mano en mi cintura y me tiró hacia atrás. Un gran beso apasionado se lució en el medio del parque. Yo había quedado impresionada, no sabía que decir.

-Emm...yo...

-Lo sé. Te has quedado impresionada. Lo he practicado algo con Mangel y con un par de chicas que venía a mi apartamento en España.

-¿A sí?. Lo de las chicas no me molesta pero me da un poco de asco lo de Mangel.

-¡No me dejas ser!. Mi amor por Mangel es algo único, jamás dejaría a el amor de mi vida. Ya sabes que todas las noches duermo con su almohada, y bueno....otras cosas.

-¡Ruben!- lo golpeé en el brazo.

-Bueno, ya paro. ¡Lo tengo!. Se me ha ocurrido una idea de la ostia.

-Ay no....

-No, quédate tranquila que no es nada malo. Bueno, eso creo.

-¿Qué?.

-Tu espérame aquí- salió corriendo en la dirección en la que se encontraba un señor gordo y barbudo que estaba vendiendo cañas de pescar y carnada. Desde lejos pude ver que sacó un par de billetes y se los daba. Al volver, parecía un niño que recién había comprado dos globos, pero en cambio, el venía con dos cañas de pescar en una mano, y una bolsa con lombrices en la otra.

-No querrás que yo toque uno de esos gusanos asquerosos.

-¿Por qué no?. No hacen nada, mira- sacó uno y me lo acercó.

-¡Noooooo!- mi gritó retumbó por todo el parque. La gente que estaba pescando en un pequeño muelle que había allí, se dió la vuelta para ver que ocurría. Vergüenza ven a mi.

-Ven, te enseñaré- lo seguí hasta la punta del muelle. Como aquel era un lago artificial, cuando pescabas no podías llevarte a los peces ya que solo era pesca deportiva y si uno se los llevaba no habría más peces allí.

Nos sentamos en el borde y cada uno cogió una caña.

-Tienes que tomar una lombriz- mi cara de asco aumentaba- la colocas en el anzuelo, luego echas para atrás la caña y la lanzas.

-¿La caña?- me miró mal.

-No boluda-intentaba hablar en argentino- Tenés que tirar para que salga la tanza y luego esperás pelotuda.

-No te dediques a hablar castellano nunca- volvió a mirarme mal- Si, he entendido maestro.

Hice lo qe me había dicho Rubius y esperé. Estuvimos unas largas dos horas esperando a que pique algún maldito pez y nada.

-Ruben, esto no funciona. Y me estoy aburriendo. ¿No podemos hacer algo más productivo?.

-Pero si esto está siendo muy emocionante tía. Pasa que tu no estás sintiendo el "peeling" del momento.

-¿El qué?.

-Olvídalo- iba a contestarle, pero de pronto sentí que mi caña se movía. Tiraba fuerte, muy fuerte.

-Rubius....

-Si lo sé, te estás aburriendo...

-No no, Rubius se mueve...-señalé la caña.

-¡Pues tira mujer!- no podía quitarla del agua. No estaba segura de si era un pez, los que se podían ver no eran tan grandes. De seguro estaba enganchada en alguna planta o en alguna basura.

Rubius intentó ayudarme, pero tampoco consiguió nada.

-Lamento decirlo, pero creo que tu "pez" es una piedra.

-¡Cállate!.

-Pero es verdad tía, no hay peces grandes aquí. No puedes haber agarrado nada.

-Claro y tu has agarrado de todo ¿no?- comenzamos a discutir a tironear de la caña, con tan mala suerte que la tanza se cortó y nosotros fuimos a parar al agua. (Sip, con móvil y todo).

La gente se acercó y comenzó a reírse.

-Creo que nosotros seremos los próximos en ser pescados- Rubius no tenía seriedad en ningún momento.

-Estoy teniendo un "Dejavú".

-Es verdad. Parece que la historia se vuelve a repetir.

-Si. Esperemos que no tenga el mismo final que la anterior- nos miramos. Sabía de lo que le hablaba.

-¡Oigan allí abajo!- un hombre del muelle gritaba-¿Están bien?.¡Les daré una mano!- nos ayudó a subir a ambos. ¡Viva aquel hombre!.

Una vez sentados en el muelle, saqué mi móvil del bolsillo. Como era de esperarse, no encendía. A Rubius le sucedió lo mismo.

-Bueno, ya era hora de actualizarlo- y lo lancé al lago otra vez.

-Ehhh, que lo podrías haber puesto en arroz. Los chinos lo arreglan por la noche- la gente miraba a Rubius en plan "¿WTF?", así que lentamente comenzaron a alejarse.

-Ven hombre chino- lo ayudé a levantarse- vamos a casa que ya es tarde.

-¿A casa?.Yo quería ir al hotel a hacer cositas....

-¿Pero tu estás loco tío?. Apenas hemos estado unos días juntos. Es como la primera vez, debes ganar mi amor primero. Luego tu premio.

-Ownnnn, bueno esta vez te salvas. Pero la próxima....grrrrr.

-Vamos Raspberry- no le había gustado que le diga así. Se cruzó de brazos como un nene empacado y caminó todo el recorrido hasta mi casa así.

Al llegar a la puerta mi miraba con cara de perrito.

-Ven aquí mi gatito lindo- le dí un pequeño beso y sonrió- Eso es... mami se tiene que ir. 

-Nene quiere teta.

-¡Ruben!- esta vez se había desubicado- ¡Adiós!- y entré en la casa sin volver a mirarlo.¡Dios!. Como había extrañado todas sus gilipolleces. En verdad estaba muy feliz por su vuelta, nunca nadie había viajado miles de kilometros para volver a conseguir mi amor. Cada día me enamoraba más de Rubius y eso nunca iba a cambiar. No, yo era feliz con él.

Nada ha cambiado  (2da temporada EHDMMA)(Rubius y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora