CAPÍTULO 5A

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-Sí- pronuncia Jungkook con tranquilidad.

TaeHyung comienza a llorar de alivio, es la forma en la que su cuerpo expresa la sensación de libertad.

-Creo que ha sido suficiente. Vamos, voy a a llevarte a casa- agrega el pelinegro mientras parece buscar algo dentro de las bolsas de su pantalón.

-¿Lo dices en serio?, ¿No es una mentira?- TaeHyung le cuestiona con miedo.

-Te juro que no es mentira, precioso. Ya es muy tarde y tú familia debe estar preocupada. Vamonos- Jungkook le tiende su mano y TaeHyung la toma con inseguridad.

No pasa por alto la necesidad con la que Jungkook quiere deshacerse de él...

Salen de la casa, y TaeHyung puede llevar de vuelta el oxígeno a su sistema, es como si todo el tiempo le haya hecho falta respirar.

Jungkook sube a su automóvil y TaeHyung se detiene justo a su lado, observa todo a su alrededor mientras tiembla. Puede darse cuenta que están demasiado lejos de la ciudad, no hay ninguna casa a lado...

Incluso si gritara por ayuda, nadie lo escucharía.

-TaeHyung.

Jungkook le llama sacándolo de sus pensamientos, sube al auto, en la parte trasera.

El viaje comienza, avanzan demasiado lento, TaeHyung lucha con todas sus fuerzas por no quedarse dormido, porque se siente cansado y tiene sed.

El silencio en el automóvil es terrorífico, no le da confianza.
Trata de distraerse mirándo por la ventana, pero todo lo que encuentra es una ciudad dormida.

Después de mucho tiempo, las calles comienzan a serle conocidas. Experimenta una sensación de alivio que casi lo marea. Finalmente logra ver su casa.

Se aguanta las ganas de llorar de nuevo cuando Jungkook se detiene frente a ella, sin embargo es inevitable cuestionarse como sabe dónde vive, las imágenes del sótano que anteriormente ha visto reaparecen en sus pensamientos.

Mañana mismo se iría del país, no importa a dónde, le rogará a su padre que lo mandé con los abuelos a Tailandia, o quizá le suplicará a su madre que lo deje estudiar en el extranjero, da igual, no es relevante. Se iría muy lejos, tanto como pueda, tanto como sea posible.

-¿Puedo irme?- pregunta después de estar unos minutos en silencio dentro del automóvil.

-Por supuesto que puedes irte, precioso. Espero verte pronto nuevamente. Date un baño y descansa, no olvides cerrar las ventanas- comenta con desinterés.

TaeHyung se retuerce en el asiento cuando Jungkook vuelve a utilizar un juego de palabras que no entiende, y quiere rogarle que deje de atormentarlo, pero no tiene caso cuando esté frente a su casa.

Libre.

Baja del automóvil y cruza la calle, inmediatamente escucha a Jungkook marcharse, y por curiosidad se gira para asegurarse que no está en un error.
Efectivamente, el vehículo ya ha doblado la esquina y desaparece de su campo de visión.

Comienza a llorar como un niño pequeño, se siente tan ligero en este momento, como sí estuviera flotando en una calma que no conocía, es como si hubiera terminado algo que parecía no tener final.

Revisa la fachada de su casa, y todo es obscuridad, decide buscar la llave que su madre esconde bajo el tapete de bienvenida.

Después de algunos intentos, logra abrir la puerta.

Entra a su hogar y se encarga de cerrar nuevamente, avanza hasta la cocina y toma un vaso de agua, busca un par de pastillas para el dolor de cabeza y las ingiere.

HELL'S DATE ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora