― ¡Alastor! Es bueno verte por aquí.― dice alegremente su amiga; Rosie, abriendo por completo la gran puerta.― Bienvenido.
― También es bueno verte, Rosie.― le contesta, tomando su mano con caballerosidad y plantando un pequeño beso en los nudillos de ésta. Rosie rió suave ante su comportamiento tan educado, incluso cuando ya no hacía falta, pero lo disfrutaba.
Alastor entró a la gran humilde morada de su amiga, quien cerró la puerta y lo guió a su terraza.
Sentados en elegantes sillas, Rosie se quedó un momento mirando fijamente a su invitado.― ¿Café?― pregunta de pronto, llamando a su mayordomo con suaves palmadas.
― Me encantaría.
El sirviente caminó hasta ambos, dejando una taza de café en la pequeña mesita circular y un té para la Srta. Rosie. Enseguida tomó la bandeja y se retiró lo más pronto posible, Rosie no soportaba que fueran tan lentos.
― Una visita inesperada es lo tuyo, Alastor.― habla primeramente la mujer, tomando de su té.― ¿A qué se debe esta vez?
Alastor agarró la taza y tomó de esta un sorbo, ni corto ni largo, no tenía prisa, podía tardar el tiempo que quisiera. Estar con Rosie no era tiempo desperdiciado, gustaba hablar con ella.
― No es un asunto importante. Me apetecía acompañarte en este día tan especial.― sonrió, enseñando sus dientes.― Además, sabes lo mucho que me gusta ésta parte del infierno.
― ¿Ya te has devorado a alguien?― dice riendo.
― Vamos Rosie, no me comería a alguien cualquiera. Debe ser un plato de buena calidad.― imitó la acción de su amiga. Acomodó su monóculo y siguió tomando de su café negro.
Siguieron una larga conversación, hasta que Rosie tocó un tema que a Alastor, sencillamente, no le interesaba.
― ¿Sigues con tu amigo el gato? No recuerdo su nombre, ¿Oscar?― cuestiona, dejanto su té, ya terminado, de lado.
― ¿Te refieres a Husk? Sí, aún sigo manteniendo el contacto. Después de todo, ahora es de mi propiedad.
― De eso quería hablarte precisamente.― confiesa con una larga sonrisa la mujer de cabello corto y plateado.
Alastor dejó de tomar sus últimas gotas de café y apoyo la taza sobre la mesa con suavidad. Siguió con su gran sonrisa, pero algo en su mirada cambió completamente. No era furia, si no más bien desconcierto, respecto al tema del que quería hablarle Rosie.
― ¿Algún inconveniente?― sus manos se dejaron caer en su regazo, con sus piernas cruzadas.
― Por supuesto que no.― dice con calma, arreglando su cabello.― Es solo que, cierto "demonio pervertido" habló conmigo hace poco para tratar de algo. Y ese algo, es Husk.
Alastor abrió sus ojos con sorpresa. O al menos eso vio Rosie, ya que los ojos del pelirrojo se agrandaron, al igual que su sonrisa.
― Me da que ese "demonio pervertido", se trata de Valentino ¿no es así?― Rosie asintió.― ¿Qué tiene que ver Husk en esto?
― Muy simple, Al. Lo quiere en sus grotescos vídeos--
― Mi respuesta es no.― su voz sonó tan fría...y sin más, se levantó de la silla, sacudiendo su traje.― Fue todo un placer volver a hablar contigo Rosie, sin embargo, debo retirarme.
― Oh Alastor, pensé que no te importaba tu "amigo", incluso podría decir que te es completamente inservible.― retoma la mujer, levantándose también de su asiento.
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❲✧Don't touch my ears!✧❳【RadioHusk】
Fanfiction❝¡No toques mis orejas!❞ Donde Alastor ama acariciar las suaves y sensibles orejas de su querido Husker. Lo hacen ver vulnerable y, admite también, muy tierno. 〖ᴅᴏɴ'ᴛ ᴛᴏᴜᴄʜ ᴍʏ ᴇᴀʀs!〗 ⚠A d v e r t e n c i a⚠ Los personajes y el episodio piloto no son...