Mi Error. (Dramione)

06.

Draco.

"Malfoy, se que apenas van cuatro días desde la última vez que nos hemos visto, pero algo en mi interior me dice que ya me estas echando de menos, por eso es que he decidido escribirte. ¿Como va todo? Espero que estés pasando unas vacaciones agradables y tranquilas, después de todo, también mereces tener paz y tranquilidad. Deja de atormentarte con la culpa, no es bueno para ti. También escribo para decirte que mi familia aceptó la invitación de tus padres para pasar año nuevo juntos. Te sorprenderá saber que mi familia tomó demasiado bien mi relación con Josie Saltzman, ni siquiera les importo que fuera mestiza... Tu madre también me escribió para decirme lo feliz que estaba por mi... increíble ¿cierto? Como sea, estas fechas espero que las aproveches demasiado bien para tratar de recuperar a tus amistades... Parkinson me contó que Granger pasaría la navidad con Theo, te lo digo porque no quiero que hagas un escándalo cuando probablemente la veas llegar con el en la cena de año nuevo. Eres un caballero muy en el fondo ¿Recuerdas? Portate bien, dragon.

Con muy poco cariño y aprecio: HOPE MIKAELSON."

Sonreí cuando termine de leer la carta de Hope. Sinceramente no esperaba ese apoyo de su parte nos conocíamos desde siempre pero jamás habíamos sido tan unidos. Aún así me sentía muy aliviado de poder contar con ella.
Por otra parte me sentía infeliz de saber que Hermione estaría con Theo, me dolía pensar en lo unidos que estaban ahora. Luego estaba ese sentimiento que no podía comprender, era un raro sentimiento de felicidad al saber que ella tenía a alguien a quien no le importaba imponerse ante los pensamientos de los demás, me sentía aliviado de saber que tenía un buen amigo... o un buen amor. Eran sentimientos tan confusos y distintos para mí.

En los siguientes días me sentía más solo que nunca. Mi cabeza estaba llena de pensamientos tan malvados y tristes, sentía que era el peor de los seres humanos. No tenía a mis amigos, mi relación con mi padre era tan distante, la chica a la que amo me odiaba.
¿Cuál era mi razón de existir? No lo sabia. ¿Que propósito tenía?

Antes sabía lo que era, sabía quién era. Era heredero de toda una fortuna, un mago sangre pura demasiado cotizado por las familias de gran estatus. Todo mundo quería estar cerca de mí, todos querían ser amigos míos.
Y a pesar de que seguía siendo todo eso, ya no me sentía igual que antes. Había dejado de creer que era mejor que los demás, de hecho, dudaba que alguna vez lo hubiera sido. ¿Que era real? No lo sabía. Dolía darme cuenta de que todo lo que había creído siempre solo era una mentira muy cruel, era algo que causaba dolor y terminaba separando a gente inocente. Las creencias de nosotros los sangre pura sólo eran estupideces. Todos esos pensamientos permanecieron en mi cabeza por varios días, no me dejaban en paz. Mientras más lo pensaba, más me convencía de que había estado en el bando incorrecto durante toda mi vida.

La noche de víspera de año nuevo llegó más rápido de lo que esperaba. Mi madre estuvo como loca todo el día tratando de que todo se mirara perfecto para la tan ansiada cena. Eso incluía a mi y a mi padre, teníamos que estar perfectamente presentables para dejar una buena impresión.

Los Greengass habían sido los primeros en llegar, junto a ellos venía tal vez la visita más rara que la mansión Malfoy tendría jamás: Harry Potter.

Cosa que no me extrañaba, era obvio que Daphne lo traería con ella. Lo sorprendente era que el hubiera aceptado.

—Quita esa expresión amarga— Dijo mi padre, con su voz tensa.
Una sonrisa burlona se asomo en mis labios, como siempre tenía que volver a fingir que éramos la maldita familia perfecta y unida.
Estaba enfadado de fingir que todo estaba bien en mi vida. No estaba bien, nada lo estaba.