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En medio del encierro pude ver en el espejo lo descuidada que estaba conmigo misma. De como había olvidado cuidarme y darme amor. El cual se reflejaba en mis grandes ojeras, en los ojos desgastados y la mala alimentación que me llegó al agotamiento extremo (interno y externo) Poniendo como prioridad los deberes y las obligaciones de la vida, poniendo mi bienestar por último.

Hasta que todo se detuvo y pude ver y reflexionar que no servía de nada estar bien con todos si no lo estaba bien conmigo.

Provocando en mí, preocupación de mi propio bienestar. Motivo por el cual tome la iniciativa de ponerme como prioridad otra vez, comiendo saludable, cuidando mi cuerpo, mi piel, mi rizos alocados, y mi Alma (mi todo) volviendo hacer lo que más me gustaba que era escribir, dibujar, crear cosas y escuchar música. Todo lo que había dejado a un lado.

Lo cual fue satisfactorio y enriquecedor ver como volví hacer yo, a ver como cada parte de mí, volvía a cobrar vida y a tener  fuerza.  Ha sentirme bien conmigo misma y darme cuenta que lo más importante lo estaba descuidando.

Comprendiendo que nadie me cuidará y me amará como lo hago yo.

Así que hay que darse prioridad y amarse, de lo contrarío nadie lo hará por ti

Notas en el Silencio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora