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"Ayer vi al sol llorando por que alumbra más tu mirada que su piel"

"Ayer vi al sol llorando por que alumbra más tu mirada que su piel"

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          Todo era un caos, un enorme y titánico caos.

Una joven de mechones rizados seguía a ambos titanes durante su pelea intentando no ser vista.

Sus ojos bañados en rojo escarlata no pasaban desapercibidos por los pocos cadetes que se cruzaban con ella infundiéndoles un poco de miedo.

En esos momentos se sentía como en la expedición del bosque, poderosa.

Se detuvo en el edificio más alto que vio y como si su cuerpo supiera que hacer extendió un brazo a la titán, que ahora corría en dirección a la muralla.

Abrió la mano y tomando una gran bocanada de aire la cerró causando así que la titán cayera de bruces mientras mucho humo salía de su cuerpo y gritaba de dolor.

"Borrare a los titanes de la faz de la tierra. Los aniquilare..."  aquellas palabras resonaron por su mente ¿Esa es la voz de Eren? se preguntó, estaba claro que si, pero ¿como?

Gracias a aquella distracción la giganta logró escapar de sus zarpas pero no le prestó atención porque ahora la tenía toda en el titán destrozado. Sin tener control de su cuerpo comenzó a acercase al titán moribundo de Eren y acto seguido posó una mano en la pierna que aún conservaba. Como si de combustible se tratara, el titán salió tras su enemiga envuelto en llamas.

Mientras veía a Eren alejarse comenzó a marearse y a toser sin control.

Recuperando el poder de su cuerpo, se llevó una mano a la boca para cubrirla y cuando pudo parar de toser la observó con horror. Estaba toda llena de sangre y sabía que eso no era un buen presagio.

Intento mantener la calma y respiro profundamente varias veces. Miro a sus alrededores, ya que se sentía vigilada, y como pudo se acercó a la casa más cercana y menos destrozada que encontró.

Rezaba porque la puerta estuviera abierta, porque en ese momento no contaba con mucha fuerza. Fue como si se hubiera esfumado dejándola totalmente incapaz de hacer algo.

Abrió la puerta sin esfuerzo y entró. Camino hasta la cocina y busco entre los cajones algo que le pudiera ayudar, sin existo alguno. Así fue por el resto de la casa, buscando algo que la ayudara a recuperar las fuerzas pero no había nada. Volvió a la cocina, cogió un vaso y lo lleno de agua para después bebérselo de manera pausada.

Si pensaba que se iba a sentir mejor estaba equivocada, por que lo único que aquel vaso de agua hizo fue quitarle la sed. Comenzó a toser, esta vez más violentamente, llegando al punto de vomitar sangre. Algunas lágrimas resbalaban por sus mejillas debido al vomito, las cuales fueron secadas por el dorso de su mano. Con un trapo que había cerca se limpió la barbilla donde tenía restos de sangre y con la vista un poco borrosa encontró la salida.

𝑾𝒆𝒂𝒌𝒏𝒆𝒔𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora