03. besos del sol a una flor de distancia

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desde pequeño, a yunho no le gustaba dormir. le daba miedo lo que podría pasar mientras descansaba, su piel se erizaba al divagar en las infinitas posibilidades para el desastre. creía que la ley de murphy, de que todo podía salir mal y peor, era la que regía en su vida, sobre todo cuando dormía. varias veces había despertado en medio de gritos o llantos cuando niño, lo cual lo hacía dormir cada vez menos, pensando que si no cerraba los ojos, no se tendría que asustar al abrirlos.

por eso, desde hace un par de años, su cuerpo se levantaba naturalmente a las cinco o seis de la mañana después de acostarse a la media noche como mínimo. no era muy saludable, pero ya se había acostumbrado, el amanecer viéndose cada día más familiar a sus ojos.

en estas vacaciones no fue una excepción, así que yunho se sintió abrir los ojos en medio de una oscura madrugada en la casona, después de su primera noche allí, a las quince para las cinco de la mañana.

después de ordenar sus cosas en la tarde del día anterior, se había encerrado en su nueva habitación a trazar su nuevo descubrimiento. con eso no se refiere a los paisajes, él tendría muchos días para pintar eso, pero quería dibujar la cara del chico del bosque hasta que cada detalle se grabara en repetición a través de su croquera. hojas y hojas se veían repletas de una misma persona, distintas poses y expresiones plasmadas en el papel.

cuando bajó a la cena horas más tarde, simplemente comió en silencio, escuchando a yeosang y wooyoung discutir si el vecino —no el simpático, el emo— era de fiar. a yunho no le importó mucho lo que dijo, seguramente tenía sus razones para preguntar de esa manera, pero yeosang parecía particularmente enfadado por sus acciones.

luego de contemplar su conversación mientras miraba un punto fijo en la mesa, dio las gracias, se lavó los dientes y partió a su habitación de nuevo a sumergirse en la imagen del chico desconocido.
ya luego de dar muchas vueltas en su cama, reordenar su ropa varias veces en su clóset antiguo y quedarse mirando por su ventana un par de horas, se durmió, y ese fue su día.

luego de hacer un recuento de su jornada anterior, un hábito que tenía desde chico, yunho se levantó de su cama en medio de la oscuridad, observando por la ventana nuevamente. todo silencioso, pacífico, probablemente faltaba un rato para que el día empezara.

luego de meditarlo unos minutos, tomó la decisión de salir y tomar fotos del amanecer, que seguramente se vería hermoso en un lugar como ese. se vistió rápidamente con unos jeans viejos, sus zapatillas de siempre y una polera con un gran polerón blanco encima. en el gran bolsillo de este polerón llevaba su cámara, sin mucho interés en llevar algo más.

silencioso, como siempre, descendió por las antiguas escaleras de la casa y salió de esta sin despertar a nadie. en general era silencioso, a veces pareciera que fuera una habilidad sobrehumana la que tiene, la de pasar desapercibido en cualquier condición, sobre todo en estas situaciones.

el aire fresco de la casi finalizada noche lo hizo suspirar el segundo en que salió, la oscuridad le dio la bienvenida al campo, haciendo sentir a yunho cómodo. si había algo que lo relajaba era ese ambiente calmo de las horas tempranas, esas horas donde todo el mundo parecía estar detenido, dejando espacio para que niños como él exploraran el mundo sin interrupción.

caminó un rato a través del patio delantero hacia los árboles, inconscientemente por la misma dirección que había visto al chico desconocido correr. tal vez fue su obsesión con el punto de cabellos rojos, tal vez era tan temprano que su cuerpo actuaba por su cuenta, pero algo fuera de su elección lo hizo dirigirse por esos lados.

evadiendo ramas cada par de segundos, debido a su altura, yunho capturó pequeños detalles mientras exploraba, como la forma en que los hongos crecían entremedio del lugar, miles de susurros calmantes viniendo del pasto que pisaba. estuvo así un rato, respetuosamente observando el lugar, susurrando pequeñas disculpas cuando pasaba a llevar algún árbol o planta. sí, yunho era un fiel creyente a que la naturaleza te escuchaba, y que tienes que tratarla bien.

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⏰ Última actualización: May 13, 2020 ⏰

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