❝ Bajo la lluvia, dos caballeros y un fantasma ❞

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Hoseok  salió para encontrarse con una ciudad grande y sucia. Namjoon la habría descrito así, una ciudad saturada de penumbra y hollín. Una lluvia torrencial convirtió las calles de Búfalo en campos de lodo espesos como la arcilla. 

Resguardados en sus sobre todos y paraguas, los peatones pasaban deprisa frente a la mansión Jung, ansiosos de evitar el diluvio. Dentro, la servidumbre prendía las lámparas de gas. Del próspero edificio de ladrillo rojo irradiaba un cálido resplandor hacia el crepúsculo. 

Hoseok llevaba una bata amarillo mostaza. Miraba con cariño a su padre mientras él estudiaba su propio reflejo en el espejo. Llevaba corbata y faldón blancos y chaleco dorado, su favorito. Su cumpleaños sería en un par de semanas y le tenía preparada una sorpresa: un libro de tapa dura que reunía bosquejos en acuarela de sus proyectos de construcción más importantes. Casi estaba listo. 

—Necesito un corsé—dijo entre suspiros mientras valoraba su ligera barriga. 

Su vanidad lo conmovía pues revelaba vulnerabilidad. Se acercó para atarle la corbata de moño.

 —No es verdad. 

—Desearía que cambiaras de opinión y vinieras. La señora Min se esmeró mucho —refunfuñó—. El mismísimo Lord Presumido está invitado.

 Casi se rió por el ingenio del apodo, pero no lo hizo. Había sido demasiado severo con Sir Taehyung  y no quería que creyera que compartía su desprecio. Todo lo contrario.

—¿Te refieres a Kim Taehyung? —preguntó con énfasis.—Sir Kim Taehyung Barón. Parece que ha mostrado interés por la joven Eunice.

Se preguntó si Young Mi lo apreciaba más allá del atractivo que implicaba su título y encanto. Era un hombre inteligente e innovador capaz de prosperar en compañía de una pareja que disfrutara la vida intelectual. Young Mi prefería las compras y los bailes. Aunque quizá era todo lo que él esperaba de su esposa. Su padre lo había criado de otro modo. Como heredero se podía permitir ser exigente respecto a su hipotética futura esposa. Aunque honestamente, siempre había albergado la noción de que era muy probable que nunca se casaría. Si Sir Taehyung fuera libre y quizas mujer, lo consideraría. Pero no era así. En todo caso, era inevitable e imposible enamorarse de un hombre, puesto a que nadie aceptaría una unión entre dos varones.

—¿Acaso su propuesta fue tan extravagante para merecer una respuesta tan severa de tu parte?

—No fue su propuesta querido, fue él. Hay algo en él que me desagrada.  ¿Qué? No lo sé —se encogió de hombros— y no me gusta no saberlo.

—Fuiste cruel — insistió.

—¿Sí? Tal vez así gestiono mis negocios, hijo.

—Lo que vi fue a un soñador que enfrentó la derrota. ¿Viste su traje? De hechura impecable, pero tenía por lo menos diez años de antigüedad. Y sus zapatos eran de hechura artesanal, pero estaban desgastados. No estoy seguro de que esté ayudándolo. Mi padre es un empresario  exitoso que negocia con gente igual de exitosa.

—Ya veo que lo observaste mejor que yo —arqueó una ceja y él procuró no sonrojarse—. En todo caso, tendrá su oportunidad. El consejo quiere conocer más detalles, pese a mis reservas.

Allerdale Hall ; vhope 橱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora