Un amor poderoso

21.- Estamos Jodidos

Narra Pan...

Salí por la ventana y empezé a buscar las esferas del Dragón.

Giru: Giru Giru, Esfera del dragón localizada, Giru Giru!!!. Vi en el radar y había una muy cerca de aquí. Me acerqué al punto y estaba en un lago. Al final me tuve que lanzar yo a por ella porque nadie me iba a ayudar y en lo más profundo del lago encuentro la esfera entre unas rocas y algas. Era la de cinco estrellas.

Fui a por la otra pero tuve que volar por mucho tiempo y aún así no encontraba ni rastro de otra esfera. Al pasar un volcán apareció una señal, ahora tengo que buscar una esfera en un volcán, genial ._.

Bajé con la nube a una altura en la que no me haría plasta al dejarme caer. Bueno, me lancé y casi caigo al cráter.

Yo: Uf, Giru, donde esta la esfera?. Giru me apuntó hacia el cráter. Enserio, tengo que bajar ahí?. No tenía ninguna opción así que descendí. Hacia mucho calor y no veía casi nada, pero pude ver un resplandor. Me acerco y tomo esa cosa. La esfera.

Yo: NUBE VOLADORA!!!. La nube bajó hasta mi posición y me subí a ella. Luego tomé a Giru de un brazo y nos fuimos volando a por las otras cinco esferas.

Yo: Mira Giru, es la esfera de siete estrellas. Las guardé y continué con la búsqueda. Llegué a un pueblo, uno pequeñito. Descendí hasta quedar frente a una casa enorme. Una persona salió, era un rey porque tenía una corona y un cetro.

Rey: Tú niña, que haces aquí. Me dijo el rey con una voz irritante.

Yo: Primero que nada, no soy una niña, tengo veinte años y tu no eres nadie para decime que hacer. Creo que me excedí. El rey ese dio un gran golpe al suelo con su bastón.

Rey: LLEVENSELA. Dijo el tipo ese, unos como guardias me rodearon y se acercaron a mi. Les di una patada a todos y terminaron en el suelo.

Yo: Eso es todo?. Un niño me tiró de la ropa.

Niño: Señorita, salvenos de este rey, nos usa a todos de sirvientes y nos morimos de hambre. Yo asentí con una sonrisa. Me acerqué al rey que estaba aterrado.

Rey: Porfavor niña, hago lo que quieras te doy dinero, un castillo, que seas mi reina-. Le interrumpí su aburrido discursito.

Yo: Primero, prométeme que no volverás a este pueblo, segundo, da la mitad de tu dinero a estas personas y tercero, NO SOY UNA NIÑA!!!. El rey asintió, entró a su castillo y lo vi con un cofre lleno de oro. Todos los habitantes se acercaron, pero un viejito me llamó la atención, tenía un bastón y de empuñadura tenía una esfera del Dragón.