Terminé de comer y subí a mi habitación. Esta tarde me la iba a pasar sola, escuchando música, no tenía muchas ganas de moverme. Mi prima estaba en su casa, instalándose, igual que mi hermano aquí y no quería molestar. Tanto los gemelos como las chicas me hablaron diciendo de quedar, pero como no tenía ganas, les dije que no a todos.
Ya eran las seis, así que decidí darme un baño relajante mientras leía "Canciones para Paula". Amo ese libro.
Al cabo de una hora, salí y me puse mi pijama corto y fresquito. Me tiré otras dos horas en la cama escuchando música y hablando por whatsapp. Bajé a cenar a las diez y a los diez minutos ya estaba en mi habitación, no soy de cenar mucho. Me tumbé en la cama con el móvil hasta que mi calma se vió interrumpida mas o menos a las diez y media por unos golpes en la ventana. Molesta, me levanté a abrir. Mi rostro cambió al ver que el que quería pasar era Jesús. Le abrí la ventana y pasó.
-Cualquier día te matas, romeo.-Dije riendo.
-Serás tonta, encima de que vengo para que no te aburras.-Dice fingiendo enfado.
-Buf, muchas gracias no sé que haría sin tí.-Dije haciéndole burla.
-Graciosa.-Dijo mirándome mal.
-¿Encima de que te digo todas esas cosas bonitas?-Dije haciéndome la ofendida, sentándome en la cama.
-Anda...¿Vemos una peli?-Dice como un niño pequeño.
-Hombre, esque si me lo pides así...-Dije encendiendo el portátil. Él puso cara de niño bueno y yo le dí un beso en la mejilla. Me tumbé en un lado de la cama y le dije que se tumbara a mi lado. Me hizo caso y elegimos la película.
Al final veríamos "Postdata: Te quiero." A Jesús no le hacían gracia este tipo de películas, y a mi tampoco es que me entusiasmen. Digamos que lo puse a prueba. Dicen que si un chico se traga ese tipo de películas por ti es que te quiere, y él no sólo la vió entera sino que dejó que su brazo fuera mi almohada. Era un amor. Creo que no llegué a acabar la película.
*NARRA JESÚS*
Acabó la película. Me había tragado el pastelón del siglo. Ha sido bonita pero demasiado pastelosa para mi gusto.
Me giré hacia Ale y estaba dormida. Apagué el ordenador y lo dejé en la mesilla, le eché la sábana por encima, para que no cogiera frío.
No podía con ella, era tan preciosa y tan... ella. Era increíblemente especial. No estaba enamorado, eso es una palabra muy grande, pero que la quería era seguro. La quería muchísimo.
Le dí un beso en la frente y antes de irme cogí un folio y un boli del escritorio. Le escribí una nota. Decía así:
"BUENOS DÍAS PRINCESA. Cuando leas esto será de día. Espero que hayas dormido bien y que no me hayas echado mucho de menos. También espero que estés lista a las doce. Mañana quiero un día contigo. Solos. Tengo una sorpresa. Te quiero.
Att: Romeo"
Me fuí por donde había entrado. Eran las doce y media. Entré en mi cuarto esperando que mi hermano estuviera dormido.
*NARRA DANI*
No sé dónde tendrá este niño la cabeza, en serio. Hace un rato me dijo "Me voy" y sin esperar que contestara saltó por la ventana. Muy bien, han pasado dos horas y no vuelve y me estoy preocupando. He puesto un cojín en su cama por si entra mi madre. Yo estoy en la mía más nervioso de lo que debería.
Cuando entra mi madre, me hago el dormido y cierra.
Noto pasos y una puerta que se cierra de nuevo. Genial, se han ido a dormir. Me levanto y me siento. Aún por encima el muy imbécil se deja el móvil aquí.