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Nadie a su al rededor le prestaba atención, todos iban y venían

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Nadie a su al rededor le prestaba atención, todos iban y venían. En cuanto la campana de la escuela sonó, la masa de gente se apretujaba en los pasillos para no llegar tarde a clases, empujándola en el proceso, haciendo que chocara contra los casilleros y personas a la vez, ganándose insultos y algún que otro golpe a propósito.

No importa. Realmente a ella no le importaba.

Esperó pacientemente a que todos sus compañeros entraran al salón y luego se sentó en el mismo lugar de siempre, al fondo de la clase. Sacó los libros de su bolso y los colocó perfectamente en su pupitre.

Una bola de papel dirigida desde unos asientos más adelante rebotó en su cabeza y cayó a sus pies. Con tranquilidad se agachó para recogerla y la desdobló para leerla.

"Zorrita, ¿Quieres venir a chuparmela en los baños? No te preocupes, seré bueno contigo y te daré cinco dolares por la mamada. Sé buena y encuéntrame detrás de la escuela a la salida, de lo contrario Heather y sus amigas estarían encantadas de tener una tarde de chicas"

Dobló el papel con tranquilidad y se mordió el interior de su mejilla. Los ojos le escocían pero reprimió el impulso que tenía. Antes de que el profesor entrara cerrando la puerta detrás de él alcanzó a ver al puberto asqueroso haciéndole un gesto obsceno. Desvió la vista apretando los labios en una fina línea.

-Bueno, jóvenes, ¿Qué les parece si seguimos con las presentaciones? - el señor Johnson dejó su maletín en el escritorio y a continuación sacó una lista en la que fue tachando algunas cosas. - Ryan Kendrick, es su turno. Pase al frente por favor.

El imbécil que le propuso sexo oral de una manera no muy agradable caminó hasta quedar de pie al lado del escritorio, aclaró su garganta y empezó a leer lo que traía en la mano.

La joven alcanzó a escuchar algo como "La legalización de la droga" antes de desconectar con el mundo, no le preocupaba, las presentaciones iban por lista y faltaban un par de alumnos por pasar antes que ella.

El teléfono vibró en su bolsillo.

Desconocido:

;)

09:27 ✔✔

Volvió a guardar el teléfono.

Los minutos pasaron. Cuando estaba segura de que era su turno sacó el teléfono para teclear al número desconocido:

X:

:D

09:35 ✅✅

No sé equivocó, a los segundos la llamaron. Con paciencia sacó la caja de tamaño mediano donde tenía lo necesario para su exposición. Casi con flojera se dirigió al frente, algunas burlas susurradas se oyeron por sobre el sonido de sus pies arrastrándose, pero como siempre el señor Johnson se hizo el idiota fingiendo no oír nada.

Cuando se posicionó al frente de la clase se tomó unos segundo para apreciar las caras de sus compañeros. Burla, desprecio, algunos ni siquiera le prestaban atención y otros la miraban neutral.

El sonido de los altavoces de la escuela los desconcertó a todos. No era el director el que hablaba, ni siquiera un profesor. De hecho, no hablaba nadie, una melodía se escuchaba de fondo. Una canción conocida.

Todos se miraban entre todos, confundidos y unos pocos congelados en su sitio hasta que la voz comenzó a cantar.

Robert tiene una mano rápida...

El señor Johnson se levantó de su asiento

Él mirará al rededor de la habitación, no te dirá su plan...

- Iré a ver que ocurre - dijo con voz firme

Encontró una pistola de seis disparos...

Se encaminó a la puerta. La joven de pie destapó con tranquilidad la caja en sus manos.

En el armario de su papá escondida en una caja de cosas divertidas...

Cuando el profesor quiso abrir la puerta se encontró con que esta no se abría

Y yo no sé ni qué...

Intentó una vez más con todas sus fuerzas

Pero el viene por tí, sí el viene por tí...

El cerebro del hombre explotó, literalmente. Ni una señal, ni un estruendo, sólo un sonido amortiguado fue prueba de que había sido real. De que la vida del profesor Johnson fue tomada por la chica de la pistola con silenciador parada frente a la pizarra. Y dejó liberó el impulso de sonreír que había hecho lagrimear sus ojos por reprimirlo cuando leyó la nota de Ryan...

Todos los demás niños con las zapatillas caras deberian  mejor correr, más rápido que mi pistola...

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