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—Supongo que ya era tiempo de hablar... —dijo Louis en cuanto fue capaz de abrir la puerta y dejar que Harry pasara a la sala.

Por un lado se repetía a sí mismo que no era buena idea en caso de que los humos se levantaran por alguna razón o de si llegaba a un punto en el que se alteraría lo suficiente como para que las lágrimas rodaran por sus mejillas o... o si de verdad no aguantaba más y llegaba a ese pico en el que sentía asfixiarse y deseoso de huir a alguna esquina, algún hueco o debajo de una sábana. Solo en una situación donde de verdad no aguantara el compartir una sola palabra más.

Louis no tenía para nada en claro qué le diría a Harry y muchos menos sabía lo que este tendría para decirle; aunque intentara adivinar no podría acertarlo del todo y era algo que se lo estaba carcomiendo vivo.

Y mucho más por la forma tan apagada en que Harry lo miraba en esos momentos, digno de alguien cansado, de alguien que no se sentía con ánimos de nada... siquiera para luchar; pedir explicaciones, insistir o hacerse el "héroe/victima" porque parecía no ir con él o simplemente, no le interesaba más.

—En realidad, me la he pasado todas estas últimas horas pensando —respondió el rizado finalmente, seco, de pie y con la puerta cerrada tras él—, y, para serte sincero, Louis, ya no me importa. —Dolió más la forma tan convencida en que fueron pronunciadas esas palabras de tal forma que Louis solo tuvo valor para dejarse caer sobre el reposabrazos de un sillón individual a su espalda.

—¿Disculpa? —boqueó, bajo, atónito—, Harry, tú... vienes hasta aquí para hablarme y decir que no...

—No —interrumpió a secas y el tono profundo en su voz demostró aquella seguridad tan creíble para ambos; un próximo discurso posiblemente ensayado por los pocos titubeos yacientes en su voz—, a estas alturas no me interesa ya si para ti fui alguien que te entregó nada más una noche de buen o mal sexo, o si solo fui un chico que anduvo detrás de ti como acosador en potencia o lo que sea que hayas creído de mí mientras que yo me comportaba como todo colegial con ganas de... en fin. A estas alturas ya no me importa. Considero que tuve mucho tiempo para recapacitar en que no vale la pena andar detrás de un chico que no quiere nada conmigo. Las cosas no funcionan a la fuerza y no es justo para nadie si así se dan las situaciones.

—Pero es que, Harry, no entiendes...

—No —rió, como apoyándolo—, y tampoco quiero hacerlo. Solo vine aquí para darte las cosas que dejaste conmigo ese día... y para decirte que ya no seguiré detrás de ti antes de... no lo sé, ¿terminar asustándote lo suficiente como para que me tires a la policía o qué se yo? Como sea... aquí están tus cosas. Yo solo me iré. Salúdame a...

—¡No te atrevas a dejarme con las palabras en la boca, maldita sea! —explotó de pronto, sintiéndose impotente y con el corazón destrozado—. ¡Porque te juro, Marcel, que te odiaré toda mi vida después de todo lo que hice! ¡Te lo juro con toda mi mugrienta alma!

Y aunque las palabras parecieron calarle, no fue sino la mención de ese nombre lo que llamó principalmente la atención de Harry, porque nada más la voz de Louis se rompió, el rizado bloqueó cualquiera de sus movimientos a excepción de sus labios al pronunciar un ahogado:

—¿Qué?

And my lips only touched yours » ls, +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora