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—¿Qué acabas de decir?

—A estas alturas soy capaz de fingir que ya no me duele o que ya no me importa si mi vida se está derrumbando o no, o si de nuevo parece que voy a perder al único hombre que me ha hecho sentir bien y no solo una maldita "carne para dar placer" —Louis se apartó el pelo solo para mirarlo pero Harry siquiera pareció devolverle el contacto visual pese a que sus ojos yacían sobre la figura del chico. Lo ignoró a como pudo—. Después de todo, ya son pocas las cosas que me interesan ahora mismo mientras finjo, desde hace mucho tiempo, que no me duele mirarme al espejo y que no tengo tantas cicatrices cruzándome la espalda o ciertas zonas de mi cuerpo que antes adoraba con toda mi vida. Harry, yo... yo no planeé exactamente el reencontrarme contigo, si después de todo fui yo quien huyó como cobarde aquella vez... pero ya no soporto callarme esto con quien fue, en su momento, la única persona que no me presionó y que, pese a estar preocupado, asustado y todo por mi salud mental o física, estuvo allí a mi lado y me protegió entre sus brazos a cada oportunidad que se le presentaba. Eres el único cuyo apoyo fue silencioso y no con ganas de "hacerme sentir bien" mediante una charla que me hundía más en esa incomodidad tan horrible...

—¿De qué rayos estás hablando...? —preguntó el rizado tal cual instancia cargada de pánico pero sus ojos demostraban que esa no era la duda principal de su pobre cabeza. Por ello, Louis se mantuvo callado, a la espera—, ¿por qué me tratas como sí...?, ¿cómo es que...?

—No te habrás olvidado tan rápido de mí, ¿o sí?

—Louis...

—William —interrumpió con lentitud y tomó aire para entonces—, Marcel, William...

—Wi...

"Discúlpame."

Y solo ahí, le sorpresa cayó como yunque sobre su estómago.

Quería vomitar. Ahí mismo Harry tuvo el deseo de inclinarse contra lo que fuera y devolver lo que había desayunado esa tarde.

Pero, con el horror de pensar que todo resultara un sueño, se mantuvo quieto, mirando directamente a Louis y con cientos de interrogantes en su cabeza.

Sin embargo, solo pudo echarse a reír con ironía, en ese cansancio y ese pequeño resentimiento que no podía liberar del todo porque no se sentía con el derecho de hacerlo y porque poseía el suficiente orgullo como para pensar en que, a esas alturas, exigir un "algo" ya era demasiado.

Y aun así, se las libró para preguntar:

—¿Por qué?

¿Por qué todo había terminado como lo hizo?, ¿por qué Marcel no mereció al menos una pequeña explicación más allá de un mísero mensaje en el que su "Willy" cortaba con él, cual cobarde al no querer decirle todo frente a la cara?

Harry cayó en esos próximos días, confuso y con la humillación carcomiéndoselo día a día en donde recibía burlas.

Pero ahora tenía al dueño de sus pesadillas frente a él, con ese océano índigo cubierto de una enorme tormenta y las colinas suaves que le hacían de mejillas, humedecidas por las lágrimas que el mar lloraba todos los días.

Harry solo tenía esa pregunta.

¿Por qué?

¿Por qué así?

And my lips only touched yours » ls, +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora