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Tres

Levantó su mirada al cielo admirando las nubes de distintas formas que se movían lentamente como si se tratara de un escenario de marionetas donde alguien controla el fondo con sus dedos emitiendo hilos de chakra.

—Oye, este es mí lugar— Escuchó una voz de un niño frente a él, abrió los ojos sorprendido y volteó a mirarlo. Era un niño de cabello negro atado en una coleta y con una mirada aburrida.

—Oh, lo siento— Murmuró el rubio mientras se levantaba del suelo en el que estaba recostado y se movía a un lado, dándole lugar al niño para recostarse— Es la primera vez que vengo aquí a admirar las nubes— Murmuró sentado en el verde césped, atrayendo sus rodillas a su cara.— Se ven tan tranquilas al moverse, como si no tuvieran preocupación alguna. Me gustaría ser una nube, así no tendría que levantarme temprano para que Tsunade-obāchan me haga sus revisiones o sus preguntas raras que no sé responder, además de poder siempre admirar desde lejos a los demás y ver como todo cambia, y cómo las personas hacen sus rutinas diarias. Oh, estoy hablando demasiado. Lo siento— Murmuró el rubio con una sonrisa amable. El pelinegro lo miró por encima y no respondió nada, tan sólo se recostó y admiró las nubes en un silencio cómodo para él e incómodo para Naruto.

—A mí también me gustaría ser una nube— Respondió minutos después. Naruto rió con suavidad y siguió mirando las nubes.— Soy Shikamaru Nara, ¿tú?

—¡Soy Naruto Namikaze Uzumaki, dattebayo!— Shikamaru lo miró de reojo al escuchar la energía en su voz admirando su brillante sonrisa para luego desviar la mirada con un poco notable rubor en sus mejillas.

—Lindo nombre— Dijo simulando desinterés, Naruto rió tapando su boca con su mano sonrojado por el halago.

—Gracias, tu nombre es mucho más bonito, Shikamaru-kun.

—Me agrada tu sonrisa, es como el Sol. Por favor, sigue sonriendo— Murmuró mirándolo de reojo, haciendo sonreír al doncel quien se sonrojo con más intensidad.

—¡Itachi-kun!— Escuchó la voz del pequeño rubio a lo lejos. El mayor de inmediato levantó su mirada con una sonrisa, viendo a lo lejos a Naruto entrar al distrito Uchiha corriendo hacia su dirección. Itachi de inmediato dejó la escoba con la que estaba barriendo y levantó su mano moviéndola de derecha a izquierda en forma de saludo, con una gran sonrisa. Cuando el rubio doncel finalmente llegó a donde estaba el mayor, el pequeño lo abrazó con fuerza, haciendo reír nervioso al de cabello largo.

—Naruto-kun, buenas tardes. ¿Cómo estás?— Sonrió acariciando la cabeza del niño que se negaba a soltarlo.

—¡Bien! ¡Hoy en la mañana conocí a un nuevo amigo! ¡Se llama Shikamaru Nara! ¡Me dijo que mi nombre era muy lindo igual que mi sonrisa! — Itachi escuchó atento con una sonrisa, aunque algo se revolvía en su estomago y le daba un sabor agrio en su boca al escuchar los piropos que el nuevo amigo del rubio le había dicho.

—Ya veo... Pues él tiene razón, tu sonrisa es muy hermosa al igual que tu nombre— Naruto levantó su mirada para mirarlo a los ojos, apoyando su barbilla en el vientre del mayor mientras sus ojos azules brillaban y su boca estaba semiabierta — Pero se olvidó decirte que tus ojos son aún más preciosos, también tus marcas en las mejillas, tu cabello y todo de ti. Todo es hermoso en ti, pequeño.

—I-Itachi-kun— Murmuró para que luego ocultara su cara contra el cuerpo del mayor y ahogar un chillido avergonzado contra la ropa del Uchiha.

—Pero si es verdad, Naruto-kun— se rió y luego tomó al niño de las axilas para cargarlo, el doncel aún avergonzado por los halagos del mayor, ocultó su cara en su hombro aunque se notaba que estaba completamente rojo gracias a sus orejas.— Vamos dentro de casa, mis padres estarán felices de verte y de paso te presento a mi hermanito— Naruto asintió más calmado y levantó su mirada hacia el frente. Itachi caminó hasta la sala donde estaba su padre leyendo un periódico y su madre estaba con Sasuke jugando con sus juguetes.

—Madre, padre. Miren quien vino a visitarnos— Bajó a Naruto de sus brazos y él miró a todos con una sonrisa.

—¡Hola, dattebayo!— Saludó con energía moviendo su mano. Mikoto fue la primera en acercarse y abrazarlo con una gran sonrisa.

—¡Oh, Naru-chan! ¡Es un gusto verte de nuevo!— Mikoto se separó aún con su sonrisa intacta y luego se alejó.

—Hola, Naruto. Es un gusto verte— Saludó el patriarca con una leve sonrisa para que luego volviera a mirar el diario. El rubio asintió con una sonrisa sintiendo una mirada que lo penetraba y lo incomodaba, dirigió su vista hacía donde la sentía y notó a un niño de su edad con un dinosaurio de juguete en su mano, mirándolo con su ceño fruncido.

—Oh, Naru-chan, él es Sasuke, mi otro hijo — Mikoto tomó al niño del hombro, obligándolo a levantarse y lo empujó contra el doncel, Sasuke frunció aún más su ceño si es que era posible.

—Hola, Sasuke-kun. Mi nombre es Naruto, dattebayo— Sonrió extendiendo su mano, no obstante Sasuke sólo la veía fijamente y finalmente chasqueó su lengua desviando su mirada con un puchero y sus brazos cruzados. Naruto bajo su mano con una mirada triste.

—¡Sasuke! ¡No te comportes así con los demás! ¡Preséntate como debe ser!— Mikoto con una mirada molesta tiró de la oreja de Sasuke quien soltó un quejido.

—Bien~— Alargó la última sílaba con molestia y volteó a mirar a Naruto— Soy Sasuke ¡Y no te permito que robes a mi familia!— Gritó molesto y corrió hacia las escaleras subiéndolas dando fuertes pisotones, yendo a, donde suponía, sería su habitación.

—Maldito niño malcriado, ya verá— Mikoto se arremangó su camiseta y caminó dispuesta a ir hacia donde fue su hijo pero Fugaku se lo impidió.

—Déjalo, es un niño. Es normal que piense que Naruto-kun está robando a su familia, ya se le pasará — Mikoto asintió no muy convencida y se sentó en el sofá. Itachi tomó a Naruto de su hombro con una sonrisa tranquilizante.

—Disculpa, Naruto-kun. No esperaba que mi hermanito reaccionara así. Te aseguro que él no es una mala persona, es sólo que es muy celoso— Naruto asintió con un puchero.—¿Qué tal si vamos a jugar al escondite?— Los ojos azules de Naruto volvieron a brillar emocionados y asintió.

—¡Sí! ¡Vamos!— Itachi sintió un calor en su pecho al notar el entusiasmo del rubio y, admirando la espalda de Naruto quien estaba adelantado, caminaron hacia el bosque para jugar al escondite.

"Sin dudas Naruto es un doncel único y hermoso"

Pensó con una leve sonrisa el mayor.

Disculpen la tardanza en actualizar, prometo que trataré de que no vuelva a ocurrir. ¡Nos leemos pronto!