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Aquí encontrarás "Reacciones, Type of boyfriend y one shots" sobre nuestros hermosos chicos💛
No he visto algún libro que tenga reacciones de Block B, por lo que me animé en hacer...
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Decir que Jiho estaba enojado quedaba corto, estaba que echaba humo de la furia y tú simplemente ibas cabizbaja mientras Jiho conducía en dirección a su hogar.
No querías ni siquiera voltear a verlo, Jiho podría ser un ángel pero cuando se enoja es muy agresivo y de vocabulario grosero.
— ¡¿Acaso no entiendes cuando te digo que no, es no?! —soltó enojado—
Tus amigos te habían invitado a una fiesta en casa de Eunbi, tu mejor amiga. Pero debido a que estabas castigada, Jiho no te dejó ir pero con la insistencia de Eunbi, escapaste para irte y ya que Jiho no estaría en casa pensaste que no se daría cuenta, fue grave el error cuando te encontraste a Yukwon en la fiesta y subió historias a sus instagram en donde aparecías y Jiho las vio.
Jiho estaba que hervía de la furia y se notaba en sus manos que apretaban fuertemente el timón.
— Y-yo...
— Callate, no quiero escucharte.
Hiciste caso y guardaste silencio en todo el camino de vuelta a su hogar.
Luego de varios minutos en silencio, supiste que habían llegado cuando Jiho apagó el auto. Ambos bajaron del auto, tú simplemente seguías a Jiho a paso lento, tenías miedo de su carácter tan enojado, jamás lo habías visto así.
Al llegar a la habitación, Jiho cerró la puerta de golpe y tomó asiento al borde de la cama.
No podías negar que se veía tan sexy con ese semblante tan serio, su cabello hacia atrás dejando su frente al descubierto, las mangas de su camisa de botones estaban arremangadas dejando a la vista sus tatuajes. No era momento de pensar en eso así que simplemente te quedaste parada enfrente de él.
— Desnudate...
Su voz salió tan profunda que te causó escalofríos. Bajo su penetrante mirada, comenzaste a quitarte prenda por prenda hasta quedar en ropa interior.
Jiho te jaló del brazo y te acostó en sus piernas dejándote boca abajo. Sus manos recorrieron toda la zona de tus glúteos hasta que soltaste un gemido al sentir su mano estamparse con fuerza en tu glúteo.
— Estoy muy enojado contigo... Necesitas una lección, te has portado muy mal.
Esta vez, proporcionó más fuerza y así fue hasta que tus glúteos quedaron muy rojos y su mano quedaba levemente marcada.
Pequeñas lágrimas se resbalaban por tus mejillas al sentir el ardor pero parecía que Jiho no se quería detener, podías sentir su enojo a través de los azotes.
— ¿Quieres ser una niña mala para papi?
Negaste y te aferraste a su pierna al recibir tres azotes seguidos. Era una mezcla de dolor y placer.
— Joder, estoy tan enojado...
Te tomó nuevamente del brazo para pararte y luego empujarte a la cama. Al verte con ojos lagrimosos, tus labios hinchados y tus mejillas rojas, se excitó al verte en ese estado pero debía darte una lección.
Se quitó la corbata para luego atar tus muñecas con fuerza. Del cajón de su mesita de noche observaste como sacó un vibrador, no entendías pero simplemente te dejaste llevar.
Bajó tus bragas dejando a la vista tu entrada totalmente mojada, abrió tus piernas y sin avisarte, introdujo el vibrador haciéndote soltar un gemido de dolor y placer.
Colocó la velocidad al máximo y con su dedo pulgar comenzó a hacer movimientos circulares en tu clítoris, enviándote miles de sensaciones.
— Mmhg~ Papi —gimió—
— ¿Seguirás siendo una niña mala?
— N-no... ¡Agh!
— Cuando digo que no, debes obedecer.
Sus manos se dirigieron a tus pechos y sentiste tocar el cielo cuando los estrujó a su gusto propinando fuerza levemente.
Era tanta la velocidad y placer que el vibrado proporcionaba que alcanzaste tu orgasmo. Sentiste tus piernas temblar y en un reflejo las cerraste, pero Jiho azotó el costado de tu pierna con fuerza.
— ¿Te he dado la orden de cerrarlas?
Abrió nuevamente tus piernas y sintió tus piernas temblar dando a entender que estabas tan cerca de tu esperado orgasmo.
Sentías tocar el cielo poco a poco pero todo placer se interrumpió cuando Jiho sacó el vibrador y los viste caminar hacía la puerta.
— ¿A d-donde v-vas?
— A dormir —contestó obvio— Fuiste una niña mala y las niñas malas merecen ser castigadas para que aprendan las lecciones, espero puedas resolver tu problema.
Y sin más, salió del cuarto dejándote excitada, con la respiración agitada y tu intimidad palpitando pidiendo por más.
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