Termine ese día gracias a mis dos mejores amigos, pero aún extrañaba abrazar.... Tocar... Tomar de la mano... Al llegar a casa acaricie la ventana y la frialdad de esta me recordó un poco al contacto, sin notarlo varias lágrimas comenzaban a rodar por mis mejillas ahora no abría quien las limpiará y después acariciara para consolarme, cerré los ojos y recargue mi mejilla contra el frío vidrio, después de unos segundos escuche dos toquesitos en esta y abrí los ojos confundida, Estevan estaba afuera con una sonrisa que decía "ánimo", levanto su mano donde sostenía una canasta y sonrió más abiertamente, correspondí y abrí la puerta para después dar dos pasos atrás y dejar que pasará
- Hola Juli....
Camino hasta la mesa y dejó la canasta sobre esta para girarse y quitarse la chaqueta
- Hola Estev, no me mal intérpretes pero ¿qué haces aquí?
Me acerque lo más que pude y le mire a los ojos... Sus preciosos ojos azules. El metió las manos a los bolsillos del pantalón y encogió los hombros como si no hubiera tenido razón aparente
- Quería verte
Dijo después de unos segundos y yo sonreí
-¿Qué hay en la canasta?
Pregunte curiosa mientras me ponía de puntitas intentando ver que había dentro
- Oh!, pastelitos, una rosa y...
Buscó entre las cosas y finalmente saco un libro, salte de emoción cubriendo mi boca llevaba años buscando ese libro en miles de bibliotecas y mercados por Internet fracasando en cada ocasión
- ¡Dios Estev!, ¿sabes cuanto busque ese libro?
- Si, si lo sé, solo dime que soy genial y podrás tenerlo
- Eres asombroso!
El se ruborizo y me extendió el libro, lo tome y lo abrace como si fuera el mejor regalo de la historia, y lo era, no podía agradecerle lo suficiente por esto
