- Era tú regalo de cumpleaños pero.... Con todo esto pensé que te vendría bien un detalle que alegrará tus días....
- Oww, Estev eres muy dulce, de verdad lo aprecio no sabes cuanto vale esto para mi, es decir, no sólo el libro... El que estés aquí es maravilloso
Su rubor antes casi imperceptible se intensificó y desvío su mirada con vergüenza
- Haré algo de té para comer los pastelitos juntos, ¿si?
- Claro, sería un placer
Dicho esto Estevan dejó su chaqueta en el respaldo del sofá mientras yo me dirigía a la cocina para calentar el agua sin dejar de abrazar mi libro, también le olí adoraba el olor a libro nuevo y por alguna razón percibí el perfume de Estevan también.
Después de unos minutos salí de la cocina con una vasija con agua caliente, en el suelo se había levantado un poco la viga de madera y tropecé, de inmediato Estevan se acercó para evitar que me cayera o quemara pero se detuvo dos pasos antes de llegar a mi
- L-lo lamento, ¿Estas bien?
Me había salpicado un poco de agua pero hubiera preferido inflamarme y tener ronchas para que Estevan me tomará en brazos, baje la mirada
- Si, estoy bien
Estevan parecía frustrado consigo mismo y soltó un suspiro
- Sabes que no abría dudado en tomarte en brazos antes pero.... No quiero herirte de ninguna manera
Levante la mirada, mis ojos se cristalizaron, ahora más que nunca quería correr a sus brazos y acurrucarme en su pecho, me tomo toda la fuerza que había en mi no hacerlo y cerré mis ojos con fuerza....
A los dos minutos sentí como Estevan me cubría con una sábana de pies a cabeza y me abrazaba con cuidado de no tocar mi piel, fue tan cálido y dulce... Finalmente lloré, todo lo que había guardado hasta ahora salió, el dolor de no poder abrazar a mi madre, a Angelica y a Estevan, el acarició mi cabeza sobre la sábana y dio un beso a esta lo que fue suficiente para hacer que me calmara y me sintiera otra vez en paz...
