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Como dijo mi papá, llego la ambulancia. 

nos sentamos en la sala, me hicieron varias preguntas, aun para este momento yo seguía en shock, no podia creer lo que estaba sucediendo.

-¿qué fue lo que acabo de pasar?- me pregunta la paramédico.  me limito unos segundos para poder relajarme y contestar.

-Mis papás se enteraron de mis heridas.- La muchacha que para ser paramédico se ve bastante joven comienza a escribir en su libreta. Hay otro paramédico de pie, cerca a la puerta de entrada, a él no te conocí la voz en ningún momento. Luego de muchas más preguntas la paramédico concluye:

-por el resultado de tus respuestas lo mejor que podemos hacer es enviarte a el hospital, para que puedas ser remitida con un psiquiatra. En ese segundo me quede sin habla, no podia pensar en absolutamente nada.

-Voy a ir a el baño.- Es mi respuesta y me levanto lentamente de mi silla.

Al llegar al baño me miro al espejo, esto parece una película en la que definitivamente no quiero estar, me recargo sobre el lavamanos y comienzo a llorar ¿cómo sera mi vida ahora? Salgo del baño y me encuentro a los paramédicos de pie en la puerta de entrada, la paramédico ya tenia su gran chaqueta roja puesta, en señal de abandonar mi hogar. En el otro lado de la sala se encuentra mi papá, tan tranquilo, en shock, por todo lo que estaba sucediendo, mi hermano tiene cara de no saber nada de lo que esta pasando, el tampoco quería estar en esta situación, pero no lo culpo, al igual que mis papás el se preocupa por mi y lo que hizo no lo hizo con mala intención, el quería protegerme, tan pequeño y tan inteligente y entregado, lo amo. Ahora hablemos de como esta mi mamá, ella aun llora, de verdad puedo escuchar cómo su llanto viene desde el alma, puedo sentir su corazón y su razón quebrarse en millones de pedazos, los había decepcionado, los había herido. Podia ver cómo mi papá no era el, como mi hermano de tan solo 9 años tiene que soportar esta situación y cómo mi mamá pierde la cordura. 

Eran las 11:35 pm cuando llegamos a el hospital, me dejaron en la camilla varios minutos antes de indicarme que entrara a una habitación con una doctora, desde ese momento comenzaron las preguntas que me iban a hacer constantemente. 

-¿cuántos años tienes?- pregunta la doctora mientras deja ver su cara de detrás del computador. 

-Tengo 14 años.- respondo mientras me acomodo en esta camilla en la cual me mandaron a sentar.

"¿tuviste un intento de suicido? ¿piensas en morir? ¿quieres morir? ¿cómo es tu relación con tu mamá? ¿te golpea? ¿te sientes sola? ¿te obligaron a hacer esto? ¿por qué lo hiciste? ¿tu papá te trata mal?" Estas fueron algunas de las tantas preguntas que me hicieron, no supone como responderlas y solo decía cosas sin sentido, no sabia que eso iba a empeorar las cosas. La doctora me dice que me voy a tener que quedar unos días en observación. Cuando salgo de la habitación me acuestan en la camilla antigua, en la que había llegado a este horrible lugar, no sabia hacia dónde me dirigían, yo solo miraba hacia el techo, luces grandes y blancas. Nos detenemos en un lugar peculiarmente oscuro, es un espacio muy muy grande, con el techo a muchos metros de altura,  pero todo la habitación se encontraba en las penumbras, había olvidado que probablemente son las 2:00 am. Noto a una enfermera llegar con un carrito pequeñito con muchas agujas. Mi mamá que se encuentra a un lado me voltea a mirar con sus ojos llenos de lagrimas.

-Te van a canalizar, es lo que tienen que hacer para las personas que se quedan en el hospital.- Volteo a ver a la enfermera que ya esta lista con la aguja, comienzo a llorar y a gritar ya que le tengo extremo pánico a las agujas. 

-NO QUIERO, POR FAVOR NO QUIERO- Es lo que grito mientras hago movimientos bruscos para alejarme de la enfermera.

-ESTO ES LO QUE TE HAS GANADO, ESTO ES LO QUE TOCA HACER. ¿POR QUE? ¿POR QUE NOS HICISTE ESTO? ¿NO VES QUE SOLO NOS TRAES TRISTEZA A NUESTROS CORAZONES?- Grita mi mamá, que ahora paso de estar triste a estar increíblemente molesta, abandona la habitación y me deja a solas con la enfermera y su aguja. Agarro fuerzas y le extiendo la mano a la enfermera, volteo a mirar hacia otro lado, me seco las lagrimas y lo siguiente que siento es el pinchazo de la aguja. 





Cegada por el amor de un asesino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora