Hermanos Stone.

Capítulo 2 - El Contrato de Confidencialidad.

ALEXANDER STONE.

Entro a mi oficina y minutos después entra mi secretaria.

— ¿Quiénes eran?

—Vinieron por el puesto en el área de publicidad— contesta

Me quito el saco de mi traje y lo tiro al mueble para luego acercarme a mi pequeño bar por un vaso de Coñac.

— ¿Se los diste? —pregunto

—Saben todo lo que se requiere para ese puesto y tienen una buena imagen, son chicas agradables.

¿Buena imagen? Por como vestían pareciera que no recordaron que hoy tenían una entrevista con un Stone.

—Diles que tienen una reunión conmigo, mira mi agenda y ponles un día. Yo me encargaré de ellas.

El rostro de la chica de cabello castaño corto se me viene a la mente. Cuando me vio se quedó estática, por un momento pensé que no le llegaba el aire cuando sus mejillas se tornaron rojizas.

Abren la puerta de mi oficina sin avisar molestándome, la mayoría de veces la que hace eso es Allison, mi novia.

—Amor— entra

Lo sabía.

—Te puedes ir— le digo a mi secretaria y ella sale dejándonos solos

—Hoy tenemos la cena con tus padres, no lo olvides— me lo lleva diciendo tres días atrás

Rodeo mi escritorio y me siento —Lo sé— le respondo cortante

— ¿Todo bien?

Y todavía lo pregunta.

Me froto la sien —Tienes que tocar la puerta de mi oficina antes de entrar, no eres dueña de nada como para hacer lo que quieras.

—Soy tu novia, puedo entrar cuando quiera— se molesta

—Tengo mucho trabajo así que te pido que te vayas, en la noche nos vemos.

Si no la saco terminaremos peleando y no estoy para aguantar sus berrinches.

—Pensé que querías...

—No, ahora no quiero así que vete.

Me mira con enojo —Cambia esa actitud conmigo Alexander porque seré la única que te terminará soportando al final —dice y sale de mi oficina

La quiero, pero sé que no soy el hombre correcto para tener novias o enamorarse. Antes solo me divertía con las chicas sin ninguna clase de compromiso y ellas lo entendían, ahora, no sé donde mierda mandé eso cuando acepté estar en una relación seria.

Llevo seis meses con ella y al principio todo iba bien, pero después de un tiempo por mucho que la quiera hay momentos que al verla me causa molestia y más cuando cree que puede hacer lo que quiera por el simple hecho de ser mi novia. Se cree dueña de mis empresas, de mi casa, cree que puede mandar a mis empleados, se mete en los problemas de mi familia, finge ser la mejor amiga de mi hermana cuando Rebecca no la soporta. Hace lo que quiere y aunque haya estado caminando por meses a mi lado sus actitudes me terminarán cansando de ella.

¿Por qué no la dejo? Me han preguntado muchas veces y como ya lo dije antes la quiero, antes de novios fuimos amigos y ese cariño aún sigue, y no quisiera lastimarla. Mis padres la quieren y les gustaría que la convirtiera en mi prometida, la idea no me molestaría si estuviera seguro en hacerlo, pero no lo estoy. No hay amor, no el que se necesita para dar ese paso.

Me acerco al sofá donde tiré mi saco para volvérmelo a poner y salgo de la oficina.

Tengo que ir a ver a mis hermanos, saber como están ya que no he ido a la mansión en estos días y Elián, mi hermano de 6 años ya anda preguntando por mí y ese pequeño me da la calma que necesito en estos momentos para olvidarme de los problemas que tengo.