Cap. 3: Se malo

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Cap. 3: Se malo

- No me importa, que se largue, no quiero saber nada más...

Chiquitito corazón

Déjalo ir... deja que se marche.

Con su sucia piel, con mi amor tan roto...

- "Mentiroso" – Nadie quiso decir nada, Hiei fue el primero en abandonar la entrada del templo, bajó las escaleras, tenía ganas de estar solo. Yusuke no entendió el mensaje, fue tras él. Hiei siempre era tan veloz; huir, alejarse permanecer tranquilo, el pequeño pelinegro no quería nada cerca, el persistente Yusuke no podía dejarlo solo, fue más agotador sentir la energía de éste detrás de él, que el propio esfuerzo de alejarse... y entonces esperó. -

- Para Yusuke- Mencionó desde lo más alto de una rama. – No me persigas más...

- Hiei, yo... quiero hablar, de lo que escuchaste, yo... - Hiei bajó del árbol y se plantó enfrente de él, Hiei parado de puntas, Hiei rodeando el cuello de Yusuke con sus brazos... Hiei decidió entonces que a ese chico que le había perseguido, era a quien él debía atrapar.

- Yusuke, quiero corresponderte, ¿sabes...? puedo intentarlo, tal vez tú y yo estamos destinados a estar juntos...

- ¿Pero y Kurama? - selló el momento con un beso forzado, Hiei con sus ojos cerrados y las lágrimas corriendo de nuevo por sus ojos, era triste forzar a un amor para que cometiese suicidio, Hiei lo sabía, Yusuke lo imaginó.

.*.

¿Qué más le quedaba? Correr, más fuerte de lo que lo había hecho alguna vez, quería estar tan cansado, no pensar en nada, sentir sólo el dolor de sus piernas, un dolor que cubriera otro dolor... sus ojos lo decían todo, y esa respiración agitada que amenazaban con dejar escapar el último suspiro de vida, Kurama sollozando, nunca esperó una mirada así de dura. Había estado presente cuando Hiei miraba a todos con odio y rencor, con aburrimiento, desagrado, lastima, siempre a lado de Hiei, pero nunca una de esas miradas fue dirigida hacía él. Ahora no podía soportar un nefasto sentimiento de inferioridad, Yusuke quería a Hiei, su Hiei le había atacado... por una bofetada a Yusuke ¿Qué podía ir peor ahora...?

-¡¡¡ KURAMA!!! – Un grito, una ráfaga de viento que ató sus pies y le hizo tropezar tan rápidamente que sólo tuvo oportunidad para interponer, entre su rostro y el concreto, sus manos. – Pero que trabajo me ha costado pararte...

- ¿Quién eres...? - Cuestionó apenas con fuerzas, sentía cómo todo su cuerpo era presionado por una pesada capa de aire - ¡¡SUÉLTAME AHORA MISMO...!!

- A dormir Kurama...

Soñarás un bosque

Y tus armas, flores, se abrirán para mi

Soy tú destino, la oscuridad entre las sombras...

Respiración ligera, tronó los dedos e inmediatamente dos sombras en el suelo levantaron el cuerpo de Kurama. Sombras que podían mantenerle en el aire.

.*.

¿Un consuelo?

¿Sólo diversión de rato?

¿El remedio para el olvido?

¿Una nueva oportunidad para amar?

¿Qué podría ser él realmente para Hiei?

Dudó por muchos días qué responder a su repentina petición de amor, dudó que las intenciones de Hiei fueran ciertas, ¿Cómo creerle si él sabía cuán grande era su amor por Kurama? ¿Cómo pensar siquiera que una confesión descubierta era suficiente para matar el amor devoto que Hiei había sentido por tanto tiempo?, era una pregunta sin respuesta, no había motivos para que de pronto él pensara que Hiei había volteado la dirección de su amor. Lo sabía, todos se lo habían dicho, que se alejara de Hiei, que no estaba bien, que esto sólo traería un mal sabor de boca para ambos, que no era la manera correcta para que naciese un amor, ni para demostrar amistad.

- Pero que tonto... - A pesar de todo no pudo siquiera negarse, había podido detener el primer beso entre ambos, el único, y tampoco pudo decir "no" cuando Hiei le pidió sin palabras, su compañía incondicionada. – lo sé bien...

- ¿Qué dices? – Cuestionó Hiei del otro lado de la mesa, tenía sus mejillas blancas por el frío y sus ojos brillosos por el sueño recién cortado –

- ahh, ¿Qué haces despierto tan temprano? -

- El frío me corta el sueño... - Yusuke sonrió, Hiei se sintió alegre, una supuesta relación, de amistad a romance, no había sido tan difícil, trataba de decirse, no pensaba en los días pasados, no lo hacía aunque las ganas le matasen, cada que ese nombre venía a su mente, cerraba los ojos e imaginaba esa escena tan grotesca... y así, el amor reprimido desaparecía, llevaba un mes así, desde la última vez que lo había visto, y todo resultaba tan fácil, era fácil, podía hacerlo... él... podía hacerlo todo, incluso olvidar ese tipo de cosas – Yusuke, tengo hambre... has algo de comer

- No soy bueno cocinando, espera a que despierte Yukina.

- Pero tengo hambre...

- Ya te lo dije – El juego era divertido, las verdades entre palabras siempre dolían. – Ni por error me acerco a la cocina. No es mi fuerte, no voy a intentarlo.

- Debería ser tu fuerte – Reclamó con las mejillas infladas. -

- ¿Y eso por qué?

- Es un requisito, en mi lista, para la pareja perfecta.

- Sí tú tienes lista, entonces yo puedo hacer la mía también – Sentenció con falsa burla Yusuke, Hiei bufó nuevamente y se sentó justo frente a su pareja, ambos tenían hambre y Yukina era la única que, si entraba a la cocina, podía salir con algo de provecho, de buen ver y sin quejarse. – Veamos... ¿Cuál será mi primer requisito...? Será tal vez...

"que me ame..."

.*.

Te toco, no eres ilusión, con amor

¿Qué vas a hacer?

No te vas a hogar, no vas a llorar...

Llegó un poco de luz hasta sus ojos y la necesidad de estirar sus brazos, un leve movimiento, lo notó; estaba atado, de pies y manos, con la incomodidad y el sentirse cansado, sentado en el suelo, un aroma tal dulce, los ventanales cubiertos, sólo pequeños rayos indiscretos que se colaban y dilataban sus pupilas.

- Has tardado demasiado en despertar Kurama – Parecía un comentario nulo, no lo era, un reclamo disfrazado, Kurama viró su cabeza, examinó el lugar en busca de una presencia, y lo único que encontró fue la concentración exagerada de aromas dulces. – Estás atado porque no sé cómo tratarte, pero me has ayudado, mereces mi confianza. Serás mi fiel sirviente.

"Es un mal hábito tuyo Kurama"

"No debes comprender al enemigo, debes vencerlo."

Su aparente debilidad no era más que una distracción para aquello que lo tenía prisionero, lo sentía, el promedio energético en ese lugar era bastante bajo, señal de que aún se encontraba en el mundo humano, su preocupación consistía en que no lograba entender cómo algo tan poderoso había pasado al mundo humano sin siquiera ser detectado, estaba seguro que Koema ni se imaginaba que ser tan poderoso estaba ahora en el mundo humano..., le había llamado fiel sirviente, y además de todo parecía conocerle, descartó por eso la idea de que le estuvieran confundiendo.

- Amo yo... estoy encantado de verle – Una risita se dejó escuchar y sus amarres se disolvieron inmediatamente, las cortinas se abrieron, cegado por un momento, después pudo observarle, era tremendamente horrible sentir toda la energía maligna que rodeaba a ese sujeto.

- Me reconoces, eso es perfecto... fuiste tan inteligente.

|¤°.¸¸. ·'¯'» Doki Amare Peccavi«'¯'·.¸¸. °¤|

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«.·°·~*~' No se pensó en la consecuencia, frío, hielo... sangre'~*~·°·. »

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Ojitos lindos |BL| FINALIZADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora