- Mi nombre es Mateo Anderson soy
vuestro nuevo profesor de Física.Me puse roja como un tomate y bajé la cabeza de inmediato apenada porque no solo el chico sexy que me había encontrado en la mañana iba a ser mi nuevo profesor sino también porque le había tirado el café con mi locura esta mañana. Perfecto Victoria buen comienzo con el nuevo profesor.
- Bueno os dejo con su profesor. - La voz de la directora interrumpió mis pensamientos. - Mateo cualquier cosa estoy en la dirección, ellos son un pocoo... complicados. - Dirigió su mirada al profesor a lo que este asiente y luego a nosotros, lanzándonos una mirada de advertencia.
- No se preocupe le puedo asegurar que estaré bien. - Dicho esto la directora se marchó dejando un enorme silencio en el aula.
- Bueno como ya os he dicho le voy a impartir clases de Física. - Yo seguía atónita mirando a mi nuevo profesor. - Deciros que antes de entrar aquí me he tomado el tiempo y la molestia de conocer a los que van a ser mis nuevo estudiantes, y pues leí lo necesario en sus expedientes y me sorprendí un poco. - A pesar de ser tan jóven imponía un carácter que nadie se atrevía a hablar, solo nos mirábamos entre sí, porque a pasar de que somos insoportables, prácticamente somos los mejores de nuestro año, claro apartando a algunos, por supuesto. - Pero como no quedé del todo convencido de lo que decía en esos papeles y hoy no os voy a dar clases, nos vamos a conocer un poco. - Esbozó una pequeña sonrisa al darse cuenta de nuestras caras de sorpresa y joder que sonrisa tiene. - Dado que su antiguo profesor los dejó un poco atrasados, la directora me cedió turnos extras para recuperar las clases perdidas por lo que me van a ver aquí mucho más seguido, y no nos afectará mucho perder el día de hoy. - Todos nos miramos contentos porque no íbamos a dar clases. - Además de que no me he podido tomar mi café matutino porque una jovencita inoportuna me lo derramó sin siquiera yo haberlo probado. - En eso su mirada se posó en mi discretamente y yo apenada bajé la cabeza un tanto sonrojada. - Y algo que odio rotundamente es dar una clase sin haberme tomado mi café matutino.
Dicho esto todos los estudiantes se paraban de uno en uno diciendo sus nombres. Cuando llegó mi turno yo me paralicé unos segundos y ante su antenta mirada me puse de pie.
- Victoria, Victoria Marin. - Le extendí la mano, cosa que nadie había echo hasta el momento.
- Mucho gusto Victoria. - Me la recibió y cuando estrechó mi mano una corriente recorrió todo mi cuerpo y tardé unos minutos en salir de mi trance y separar la unión que tenían nuestras manos.
Las horas con él pasaron volando todos nos sentíamos cómodos y cuando menos lo esperaba la campana sonó.
- Bueno espero que mañana vengan con pilas recargadas porque empezamos las clases. Que pasen un buen día.
- Vicky nos vamos. - Mitch recogía sus cosas dispuesta a marcharse a la cafetería.
- Emm si, espérame un segundo, tengo algo que preguntarle al profesor. - Dije un poco nerviosa y mi amiga sonrió de oreja a oreja.
- Valla creo que alguien más a caído en los encantos del profe de Física. - Dijo en un tono un poco burlón
- No digas tonterías.
- Vale, vale te espero en la cafetería, voy a ir cogiendo sitio. - Y con eso se fue dejándome a solas con el profesor.
- Hola de nuevo. - Una sonrisa tímida se dibujó en mi rostro mientras me acercaba a él.
- Hola. - Me respondió un poco sorprendido. - Pensé que ya se habían ido todos.
- Pues si solo quería pedirte, peedirle. - Putos nervios - Perdón, por lo de esta mañana, disculpe no fue mi intención.
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Será nuestro secreto
Teen Fiction... Y dicen por ahí que lo prohibido es la tentación más deseada y lo deseado es lo más prohibido... - Dame un beso - ¿Peeroo aquí? Nos pueden ver - Nadie nos va a ver, ven aquí - Sabes que lo nuestro está prohibido no? - Lo sé, pero nadiee se tien...