Capítulo 5

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La cálida temperatura de verano me hizo suspirar y recogerme el pelo en una coleta cuando cerré la puerta de salida del instituto.

¿Por qué hace tanto calor hoy?

Miré a todos lados y ya no había casi nadie, solo los típico alumnos que se quedan a conversar con los amigos que viven lejos o que no quieren llegar a casa aún, otros que sus padres se demoran en recogerolos o esperan para una tutoría.

Caminé de prisa en lo que marcaba el número de Mich, temía que se hubiera ido sin mí y me tuviera que ir caminando.. a estas alturas mi pie me dolía horrores.

¿Mich donde estás? Estoy aquí en el parking.
– Ay Vicky lo siento mucho, te estaba llamando para decirte pero no me respondiste –Oo esto me huele a que me toca caminar hoy.
¿Qué pasó?
Es que el tonto de mi hermano llegaba hoy y no le avisó a nadie, mis padres están en una reunión importante y me mandaron a buscarlo, te estaba llamando para que fueras conmigo y después dejarte en tu casa pero nada, no me respondiste.
– ¿Tu hermano llega hoy? –una enorme sonrisa se dibujó en mi rostro.
Sí, y el muy tarado no le dijo a nadie.
¿Y estás muy lejos?
Ahora estoy llegando al aeropuerto.
Está bien Mich no te preocupes, yo voy caminando.
Segura
Segura –no, no estoy segura.
Bueno vale, te dejo entonces que ya ví al tonto éste y le voy a jalar las orejas un ratico – no pude evitar reír.
Vale y por favor no ofendas más a tu hermano y dale cariño, el pobre que hace semanas que no lo ves.
Cariño, cariño es el que me va a suplicar él.
Dale boba te quiero.

La sonrisa que tenía se me borró al instante. Tener que caminar con el pie así no me hacía mucha gracia. Pero allá iba cuando de pronto una Ducati se estacionó delante de mi.

¡ Oh por dios me quiero morir! Ahora sí sentía el calor recorrer todo mi cuerpo.

– ¿Señorita Marin tiene algún problema, quiere que la acerque a su casa?

– ¿Maneja usted una Ducati Monster 821? – Mis palabras parecieron hacerle gracia porque se quitó el casco riendo, paró la moto, bajó un pie y se cruzó de brazos. DIOOSSS QUE SEXYY!!!!

– ¿Señorita Marin sabe usted de motos?

– Le hice la pregunta yo primero – me crucé de brazos y él volvió a reír, si sigue así me va a dar un paro cardíaco.

– Victoria yo manejo lo que usted me ponga delante – no no ahora sí que muero, es la segunda vez en el día que me llama por mi nombre y siento desfallecer por el tono tan sexy en que lo dice y su mirada tan penetrante al hablar. No supe que decir y solo asentí nerviosa por sus palabras – ¿Entonces sabe de motos?

– Mucho, lo que usted no se imagina – ahora era yo la que me acerqué peligrosamente a él, como lo hizo él hace media hora conmigo, pero no me di cuenta que ya estaba en el canto de la acera y resbalé torciéndome nuevamente el pie, pero antes de caerme completamente al suelo él me sujetó con los dos brazos y me puso de pie... pero que tonta tonta tonta que soy, totalmente hoy no es mi día.

– Ay perdón perdón, no fue mi intención – me sentía totalmente avergonzada por mi intento fallido de seducción.

¿Seducción? Pero de que mierda hablo.

– No pasa nada

– Si pasa lo siento mucho, si mire como le he puesto la camisa.

– Victoria déjalo, quiere que la acerque a su casa – espera ¿qué?

– ¿Y que le hace pensar que quiero que me acerque a mi casa?

– Por lo que veo y me contó se va a ir caminando y con su pie en esas condiciones dudo que llegue a su casa hoy – parpadee, otra vez me había quedado sin palabras para responderle y ya eso me estaba empezando a caer mal, no soy de las que se quedan calladas, giré la cabeza y suspiré – Entonces.. señorita Marin ¿la puedo acercar a su casa? – Me pasó el casco y sin decir ni una palabra me subí en ese monstruo de dos ruedas.

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⏰ Última actualización: Jul 29, 2020 ⏰

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