[1] vacaciones

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" GENIAL VACACIONES " nótese el sarcasmo.

Estaba en la clase de Matemáticas pero no había profesor, como era el último día ni se dignó en venir.

" Profesor del año " pensé.

A lo que iba, que mientras esperábamos al timbre para echarnos de manera educada del recinto, yo estaba en medio de chicos que ya no veían necesario llevar la camiseta del uniforme, chicas que babeaban por los torsos de dichos señores y algunas divas que habían transformado el aula en un salón de belleza.

Todo eso me parecía tan absurdo, decidí apartar la vista de aquel espectáculo o me daría un ataque, seguí con mis garabatos en mi cuaderno hasta que se escuchó el timbre.

" Ya era hora. Un minuto más y mataba a alguien " pensé sin más mientras recogía mi mochila y seguí a los demás hacia fuera. Cuanto antes me largue de aquí mejor.

- oh... pero miren a quién tenemos aquí... Hope Súlivan en persona - la voz chillona de Bianca resonó en mis oídos.

" Ya tardaba, esa perra no podía  dejarme en paz ni un día "

- a estas alturas pensé que ya estarías pudriéndote en una cuneta - volvió a decir y su séquito, porque no iba a ningún lado sin sus perritas falderas, se echaron a reir. Terminé de recoger mis cosas, cerré la taquilla y me volteé para irme de allí de una buena vez. Pero ellas estaban todas frente a mí negándome el paso. - Vamos Hope ¿no piensas despedirte?  En eso os parecéis mucho David y tú -

" Ok, ya es el colmo. ¿porqué tenía que meter a ese infeliz en esto? "

- Es que yo no me despido de golfas, es de mala educación - repliqué lo más calmada que pude y Bianca me lanzó una mirada fulminante.
- No vuelvas a decirme así nunca más bastarda - bramó
- ¿y entonces? No puedo decirte zorra, el pobre animal no me ha hecho nada, y mucho menos puta porque ellas al menos cobran y por lo que entendí, tú lo haces gratis ¿no? - la encaré y en una fracción de segundo su mano se levantó en dirección a mi rostro.  La detuve, ella no era quien para golpearme.
- ¡suéltame! - chilló forcejeando y al rato lo hice.
- Escúchame bien Bianca - me acerqué amenazante - no vuelvas siquiera a pensar en levantarme la mano nunca más, o te aseguro que la perderás - concluí sin levantar la voz. Ya había un número significativo de gente a nuestro alrededor, así que sin más que decir me abrí paso entre ellos y salí de allí.
Aunque Bianca fuera una golfa insufrible no merecía que la rompiera el brazo, al menos todavía.

Llegué al aparcamiento del insty y sin esperar más me subí a mi moto -que antes era de mi padre- y pisé el acelerador.

- Hola Hope ¿qué tal el día? - preguntó mi tía en cuanto pasé el umbral de la puerta de la cocina, con su característica sonrisa en los labios mientras cortaba unas verduras.
- igual que todos - musité sin muchos ánimos, me acerqué para coger una manzana y volví a salir para esta vez subir a mi habitación.

El resto de la tarde me la pasé en mi cuarto escuchando música y haciendo algunos dibujos en mi libreta. Luego, ya a eso de las siete me preparé para salir, aunque preparar es decir mucho, sólo me puse un jean negro con una camiseta del mismo color, me amarré la melena oscura en una coleta alta y agarré unos botines, lo típico de un viernes por la noche.

- Hope ¿a dónde vas? - preguntó mi tía viendo cómo me ponía la chaqueta de cuero negro frente en la entrada.
- voy a dar una vuelta tía Teffi - dije cogiendo las llaves de mi moto.
- bueno... pero no vuelvas tarde y... ten cuidado - volvió a decir. Me quedé mirándola un momento, el parecido con mi madre era asombroso aunque por algo se llamaban gemelos, pensé en la de veces que quise ir y abrazarla con todas mis fuerzas, pero luego recordaba que ella no era mamá y que nunca volvería a verla. Me limité a asentir y luego salí cerrando la puerta tras de mí, respiré hondo despachando mis pensamientos anteriores junto con las lágrimas que amenazaban. Llorar no ayudaba, así que me subí a mi moto y conducí hasta las afueras de la cuidad que era donde se realizaba la carrera, eso sí que me ayudaba. Pisar el acelerador hasta el final, la adrenalina que producía la competitividad y al final de todo ganar. Me gustaba tanto que me importaba una mierda que fueran carreras ilegales, si podía correr lo demás no era importante.

Llegué al antiguo estadio abandonado que había a las afueras, era enorme y la gente que ya llenaban el lugar lo hacían ver alucinante, había música, algunas luces de todo tipo de colores, alcool y un montón de motos y coches de todo tipo de modelos, algunos bailaban, otros se colocaban, apostaban y bebían... bueno, lo normal.
Aparqué en un rincón algo apartado y me mezclé con los demás. No os confundáis, no bailé, ni me coloqué, no había venido a eso. Hoy había venido a ganar y a beberme un poco de vodka.
Media hora después mientras esperaba a que empezara la carrera, unos chicos se me acercaron.

- Hope, siempre es un placer verte - habló Tyler levantando su cerveza en signo de saludo
- Tyler, tan imbécil como siempre a lo que veo - dije e ignorando a los demás me levanté de mi silla y me alejé de ahí a paso lento.
- ya empezaba a extrañar ese lado rudo tuyo Pequeña - oí que decía el castaño caminando a mi lado.
- siempre tan persistente... ya ríndete Tyler, tú y yo no pegamos ni con cola - repuse y él sonrió mostrándome su perfecta dentadura a la vez que se le marcaban unos hoyuelos en las mejillas.
- ¿cómo estás tan segura? nunca lo hemos intentado - insistió con una sonrisa de príncipe azul  y rodé los ojos - ¿que tan malo sería que me dejaras ver a la chica oculta tras todo ese cinismo e indiferencia? -
- pues tras todo ese cinismo e indiferencia, como tú dices, hay más cinismo e indiferencia. la misma chica Tyler - dije y él frunció el ceño como examinándome, buscando algo que delatara que no hablaba en serio y cuando se cansó y quiso hablar una voz en los altavoces le interrumpió.
- Corredores a su puestos - habló una voz femenina.
- ya la has oído - añadí y le pasé de largo.

En total fuimos doce corredores, la mayoría chicos pero eso no impediría que les patease los huevos.
- Preparados... Listos... Ya - terminó de hablar la cicha frente a nosotros y salimos disparados. La carrera se hizo algo difícil e intensa pero eso era lo que hacía que me gustase. Poco a poco fui adelantado a cada uno de esos capullos y aunque en la última vuelta casi me derriban al final pasé la meta la primera y gané. Unos aplaudieron y otros gritaron mientras los perdedores iban llegando tras de mí.
- y aquí tenemos a nuestro ganador - dijo una rubia en minifalda y top hablando por un micrófono. Me quité el casco poco después y levantó las cejas sorprendida - ooohh... mejor dicho aplaudan a nuestra ganadora - se corrigió y los aplausos resonaron de nuevo.  Rato después un hombre robusto con gafas le dio un sobre que seguidamente me entregó con una sonrisa. - enhorabuena, tu premio -

La noche siguió tranquila con otras carreras, decidí ir a tomar otra copa antes de volver a casa. Dentro de poco serian las doce y para volver lleva bastante tiempo.
- ¡Bien hecho, Pequeña! - me felicitó Tyler sentándose en el taburete a mi lado.
- ¿es que hablo en chino? - dije borde y él soltó una risita - ¿ y no deberías estar con la cabeza metida bajo la falda de alguna golfa? - añadí
- me ofendes Pequeña - rodé los ojos - No. Prefiero estar aquí y cumplir tu deseo - musitó y fruncí un tanto más el ceño
- ¿y cuál se supone que es ese deseo? - pregunté más curiosa que otra cosa
- pues pasar el tiempo conmigo ¿no es obvio? - repuso y por primera vez en toda la noche me reí, aunque sólo fue en segundo
- Sigue creyéndote eso, si así duermes tranquillo... - dije serena, me levanté sin decir nada más y caminé hasta mi moto
- ¡Hope! - me llamó el castaño pero le ignoré, puse la moto en marcha y salí de allí a toda pastilla.

" Cumplir mi deseo... claro, y mis cojones 33"

Tras la odisea Donde viven las historias. Descúbrelo ahora