IV. 「Star Treatment」

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"Solo quería ser uno de esos fantasmas
que pensaste que podrías olvidar,
y luego atormentarte a través del espejo retrovisor
en un largo viaje desde el asiento trasero.

Pero esta bien, porque me amas.
Y reconoces que no es así como debería ser.
Tus ojos están pesados y el clima se está poniendo feo;
Así que detente, conozco el lugar."

《Star Treatment, Arctic Monkeys》







En otras circunstancias hubiesen disfrutado de la lluvia. Se habrían acurrucado juntos en las sábanas, tal vez haciendo uso de eso suéteres horribles que Holly mandaba en navidades, tomando alguna bebida caliente y en general aprovechando el momento para la holgazanería.

—Es una lastima que suceda justo en tu día libre, Jojo.

En ese momento la tormenta se precipitaba tan fuerte en el techo del automóvil que al impactar las gotas sonaban como piedras, y el camino estaba tan borroso que no hubo otra opción más que detenerse en el estacionamiento de una tienda de conveniencia.

Jotaro suspiró frustrado, inclinó el asiento (aún más, pues al conducir debía echarlo muy atrás porque no había espacio suficiente para sus piernas), bajó la gorra hasta que cubrió su rostro y masculló su muletilla predilecta: "Denme un respiro".

Noriaki apoyó su codo en la ventanilla del copiloto con un golpe suave, el castañeo de sus dientes le llamó la atención poco después. La calefacción estaba encendida, sabiendo que a su pareja le afectaban las bajas temperaturas más que a él, pero aparentemente esa lluvia otoñal le ponía en un contratiempo mayor del estimado.

—Nori, si tienes frío usa mi abrigo.

—No, no, estoy bien — insistió de manera terca.

Jotaro no se movió de su sitio. En lugar de eso, Star Platinum se manifestó casi por voluntad propia en el asiento trasero y le quitó la prenda para ponerla ahora sobre el trémulo pelirrojo, quién pareció querer quejarse, pero terminó acurrucándose con la gabardina blanca cubriendo parte de su rostro. Estaba totalmente seguro que ocultaba una sonrisa.

El Stand púrpura no desapareció de inmediato. Miraba curioso a los dos usuarios que permanecían callados e inclusive un poco aburridos, incómodos, atrapados como estaban por la lluvia.

Ora.

—Ni siquiera yo se qué demonios significa eso.

Jotaro decidió subirle el volumen a la radio y posteriormente cambiar de estación. Comerciales, deportes, noticias, comerciales, una canción que no le gustó para nada, más comerciales, encontró salvación al final en una emisora donde ponían música folk rock.

Deseaba tanto fumar, pero si Noriaki amenazaba con patearlo cada vez que fumaba dentro de la casa, era seguro que le mataría si intentaba encender un cigarrillo ahí en el auto. Debía haber algo más que hacer que no fuese contar las gotas de lluvia en el cristal o imaginar que estaban en una carrera.

—Hey, Nori.

—¿Uhm?

Frunció el ceño con cierta incredulidad. Sus ojos aquamarina escudriñaron la figura delgada del hombre, sus pestañas rojizas abanicando despacio para regresarle la mirada, el aura somnolienta que desprendía.

—¿En serio te estás quedando dormido justo ahora? — cuestionó. —¿Solo apagaras todo y me dejarás aquí?

—Ujum — asintió sin más que agregar.

Alquitrán y Carmín「JotaKak」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora