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Anualmente el colegio lleva a cabo un concurso de escritura, y se eligen dos ganadores quien adquieren reconocimiento a nivel estatal.
Aunque muchos querían participar, las ganas se quedaban en lo más profundo de sus cuerpos hormonales, pues no querían ser el hazmerreír de los demás, sí, eso pensaban sus inseguras mentes. Fue en el momento que me levanté de donde estaba que los cuchicheos se empezaron a escuchar.
— ¡¿Esa es Hope Martin?!
— No lo creo, será que...
Tomé el lapicero negro que se posaba en la mesa al lado de la planilla y escribí mi nombre en una caligrafía delicada y sublime, perfecta, como yo. Sonreí pero inevitablemente mis ojos fueron a dar con los otros nombres de los pocos concursantes.
¿Adonis TH?
Fruncí mi ceño, quién era ese tal Adonis TH.
— Disculpe, profesor ¿se puede inscribir al concurso con un seudónimo? — pregunté.
— Sí, no es necesario hacerlo con tu nombre verdadero si no quieres.
— Gracias.
¿Nunca les ha pasado que escuchan algo desconocido y por alguna extraña razón sienten que deben saber sobre eso? Bueno, me acaba de pasar, mientras me preparo para ganar el concurso de escritura–porque vamos ¡Soy la mejor en todo!– descubriré quién es ese Adonis y por qué no... Saber si es tan hermoso como su nombre lo indica.
¿Qué podría salir mal?
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