"Buenos días"
Esa era la única frase que el Hamada necesitaba para que su día empezara de maravilla. Tan solo hace unas semanas el menor de la familia había empezado a cambiar, eso a vista de todos. Sus acciones tanto con su familia y los clientes que iban a la chocolatería, lo confirmaba.
Su actitud era de felicidad, era amable y tenía siempre una sonrisa. Un cambio que al inicio era extraño para todos, se volvió completamente normal cuando descubrieron lo que causaba eso, mejor dicho, quien causaba.
"El chico de la guitarra"
Jamas creyeron que aquel chico loco por la ciencia, enojón, dedicado únicamente a sus proyectos y universidad, que con una falsa energía atendía a los clientes, terminara flechado por un chico que siempre practicaba en una de las bancas fuera de la tienda, eso hasta que llegaba otro chico y ambos se alejaban.
Hiro nunca había tenido interés en el arte o la música, podía hacerlos sin problema, pero no le interesaba, su pasión estaba bien establecida, pero a pesar de ello, se notaba el reciente interés puesto en la música gracias al joven.
—¿Me puedes dar una trufa de chocolate amargo, por favor?—la voz de azabache podría ser sin lugar a duda la perdición del Hamada.
—Claro, ¿Qué envoltorio?—sonrío esperando, todo el tiempo que llevaba comprando el moreno, nunca había repetido envoltorios, detalle extra del porque para Hiro el chico era interesante.
—Rojo con azul—sonrío mostrando su hoyuelo, el rostro del joven rápidamente empezó a tomar color frente al moreno, de forma rápida se giró para ir por el pequeño envoltorio, siempre era solo un chocolate, siempre envoltorio distinto, siempre la misma sonrisa, sólo para él.
—Aquí tiene—sonrío amable y con nervios entregando el pequeño chocolate ya envuelto, el roce de sus manos cuando entregaba el dulce era cálido, a pesar de llevar los guantes por higiene, el roce de la mano del moreno con la suya, era "mágico" para el Hamada.
—Gracias, hasta mañana—sonrío caminando al otro lado para pagar.
La mirada del Hamada menor era de idiota, se notaba muy fácil todo lo que el moreno provocaba en él, su sonrisa no desaparecía en todo el día, su sonrojo hasta que perdiera de vista al moreno no se esfumaba y siempre, siempre, guardaba uno de los envoltorios iguales a los que el moreno pedía.
Con ello podría reafirmar, el chico nunca repetía envoltorios. Y con ello en mente, debía hacer nuevas combinaciones.
..,
Bueno, hace falta algo soft en este perfil, y esta historia es justo lo que sus corazones, y el mio necesitan después de mis otras historias. Espero les guste uwu.
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Chocolatería (Higuel)
FanfictionCada mañana pasaba lo mismo. Cada mañana se miraban a los ojos. Cada mañana él pedía el mismo tipo de chocolate, sólo variaba el envoltorio. -¿Qué es lo que tiene de especial ese cliente en específico?-preguntó la morena un poco perdida. -Es el chic...