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Moonbyul reprimió las lágrimas cuando la abundante alegría de Jung Wheein irrumpió por la puerta de la sala de prácticas. Saltando de par en par con una afable sonrisa al andar.

–Vacaciones! –el pequeño rostro de ojos entornados se ilumino ante la idea del final de las promociones y un presunto descanso. –Por fin vacaciones.

Wheein era tan buena y tan inocente a su manera que ni siquiera era capaz de envidiarle. No podía. Pese a la felicidad, ella también había cargado con los problemas de una infancia tormentosa. La cual le había hecho inexorable y de aquello no se hablaba.

Estaba orgullosa y su amor hacia ella trataba de ser tan pulcro. Un amor envuelto en un connatural sentimiento de culpa.

–¿Quieres ir a tomar algo antes de que me vaya? Hyejin y yo iremos a Jeonju; visitare a mi madre y algunos amigos. –volvió hablar ella, explicándose. –Nos tomaremos unas copas antes de partir. Es una lástima que Yongsun se haya ido tan pronto. Nos la hubiéramos pasado muy bien.

Los estilistas y los bailarines irrumpieron en la estancia, todos tan resueltos en buenos ánimos, despidiéndose unos a otros. Después de aquella marcha de aplausos y vitoreo, con suaves risas, las presencias se marcharon.

Moon y la niña se quedaron solas.

–¿Te nos unes? –Soltó la niña, interesada.

–Me temo que no esta vez, lo siento.

–Entiendo.

Wheein no dijo nada más, se volvió hacia los sofás y cogió su bolsa de prácticas.

–No es asunto mío, bueno... –Wheein se volvió a mirarla. Un tirabuzón de cabello azul le acaricio la mejilla, y ella lo prenso tras su oreja tan rápido como había caído. –¿Están las cosas bien entre tú y Yong?

–¿Se nota que algo pasa?

–No se siente una tensión de encontronazo, es solo que, no sé, siento que los acercamientos entre ambas son muy fingidos. Es una cuestión rara de percepciones.

A pesar de los pesados parpados, Moonbyul le miro dubitativa.

Ellas habían hecho una promesa y por supuesto que estas cosas a ella le importaban... además, estaba cansada y le apetecía una amiga.

–No, Wheein, las cosas no van bien, van más que peor. –Wheein se dejó caer en el sofá, con una pierna cargando su propio peso. ¾Hice un acuerdo con Yongsun en no decir nada hasta el final, pero esto también te compete.

La pequeña chica asintió mientras tomaba una botella de agua. Lo sentía venir y cerró los ojos tan pronto como aquella bomba escapo de los labios de su amiga.

–Se acabó, Yongsun me ha pedido el divorcio. –Wheein soltó una risa nasal.

–No. –soltó la menor, casquivana. –El mundo puede acabarse antes de que ustedes dejen irse la una a la otra.

Wheein se levantó de un tirón y volvió a coger su bolsa de práctica.

–Estoy hablando en serio. Esta vez se acabó.

–Y yo te digo que no. No ha terminado, lo suyo apenas empieza.

–Lo siento mucho Wheein –la mayor hablo con un deje de tristeza. –He hecho algo malo y ahora tengo que pagar por ello. Le he lastimado profundamente.

–¿Por qué has fallado en lo único que te he pedido?

Wheein se llevó una mano a la frente, limpiándose una inexistente capa de sudor.

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⏰ Última actualización: May 16, 2020 ⏰

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