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Lo dejé ir.

No valía la pena.

Me repito todos los días, pero aún no me siento convencido.

Fue mi error. Lo acepto. Y me duele.

Lo extraño, lo quiero a mi lado. Pero él se fue por mi culpa.

Me arrepiento. Pero debo soportar este peso, por mi. Para mi.

Ocurrió apenas ayer, pero el día se siente muy lejano. La botella en mi mano pesa. ¿O es el peso de mis penas?.

No lo sé, tampoco me interesa averiguarlo. Tomo. Un trago. Dos tragos.

Y se termina otra botella.

Lo sigo extrañando.

Debería buscarlo, pero no tengo el valor.

Busqué en mi corazón: "como pedir disculpas"

No lo sé. Me respondió.

Volví a buscar: "Como aceptar tus errores"

No lo sé. Me respondió.

Le pregunté a mi cerebro en su lugar. Él me respondió "¿Como sabrás hacer algo que nunca has hecho o intentado hacer?"

Decidí dejar de hacer preguntas, sé que la respuesta será mala.

Seguí bebiendo, posiblemente mi apariencia sea un asco, pero no me importa.

Una semana después paré. Si seguía de ese modo podría terminar en el hospital y ahí sí estaría jodido. Estoy solo. No hay nadie conmigo.

Decidí salir, tomar un poco de aire, me sentía mucho mejor, pero una caminata podría ser lo que más necesito. Distracción.

Me vestí sencillo, pero completamente de negro. Y no, usualmente no visto de esta manera, pero simplemente no quiero combinar colores en este momento, solo será algo básico.

Salí a pasear por las ajetreadas calles de Seúl, el clima es perfecto, las nubes oscuras cubren el intenso sol de verano y tal parece que desatarán su furia en cualquier momento. Y no tengo paraguas.

Entré a un café de por ahí y compré lo clásico, americano frío. Seguí avanzando.

Y la miré.

Sentada en un restaurante junto a su, aparente novio.

O quizá no.

Él se fue, la dejó ahí, sola. Ni siquiera la miró, solo leyó algo en su teléfono y se fue. Ella se quedó ahí, sin decir nada y  con la mirada perdida. Un desperdicio total.

Soltó un suspiro profundo y siguió comiendo, yo bebí lo que apenas compré. Y me imaginé a mi mismo en una cita con esa preciosa chica, esa solitaria chica.

Me fui inmediatamente del lugar, posiblemente parecería un pervertido.

Caminé toda la tarde alrededor, solo miraba. Entré a alguna galería de por ahí, fui a algún museo, escuché algunos cantantes en la calle y simplemente me quedé fuera esperando el momento en que el cielo comenzara a llorar, para acompañarlo en su agonía, porque comenzaba a comprenderlo, porque dolía de nuevo. Pero él no lo ha hecho. ¿A caso ya olvidó?.

– ¿C-conoces a Song Minheee?. – Escuchó el lejano lamento.

Y finalmente, el cielo lloró.

Sus lágrimas gruesas, sus lamentos fuertes. Su dolor se confundió con gotas de lluvia, y así todo el mundo huyó de él, sin preguntarle si se encontraba bien, si podían ayudar. Solo se fueron.

Y a ella la ignoraron, la dejaron sola, en medio de la calle. Posiblemente había bebido alcohol.

Me acerqué y con ojos rojizos y esperanzados me preguntó:

– ¿Conoces a Song Minhee?.

Y rogué a cualquier dios que me esté escuchando ahí arriba, que me permita conocer a Song Minhee. Solamente si de esta forma podré ayudarla. Solo si de esta forma podré hacer que se mantenga a mi lado. Conocerla.

A ella.

K.-

SERENDIPIA ;; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora