Prólogo

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Fuera del aula, estaba esperando ansioso aquel chico con un fuerte palpitar, sus mejillas se tornaban de un bonito color canela, a un notable color colorado, un rojo adorable que no podría ser pasado por desapercibido. Llevaba días planeando esto, esperaba con tanto anhelo a que este día llegara; dentro en su ser, algo le decía que sería rechazado, pero tampoco deseaba perder la esperanza, Bonnie tenía que saber de sus nobles sentimientos.

Alumno tras alumno salía del salón, y el joven simplemente podía mirarlos esperando aún más ansioso, a que el peli morado se quedara adentro completamente solo, pues debía ser algo íntimo. Ya tenía las palabras perfectamente estructuradas en su mente, sabía que decir, tuvo tanto tiempo para pensarlo, y estaba listo.

Cuando ya todos estaban fuera, miró a dentro del aula confirmando que el chico estaba ahí haciendo sus cosas: leyendo, escribiendo, y, ojala, este pensando en él como Bon siempre lo hace. Entró y lo llamó; como casi todos los días, era una linda rutina que le gustaba llevar. El peli morado al escuchar su voz, voltio su vista a su dirección y le dio esa resplandeciente y cálida sonrisa, a lo que el peli turquesa respondió con un fuerte sonrojo. Bonnie se levantó y fue hasta él.

- Hola Bon -estaba listo, solo tenía que decirlo y ya.

- H-hola Bonnie, s-sabes yo... bueno, y-yo tengo... a-algo importante que decirte. Debo decirlo ahora.

- ¿... Eh? Y qué es, dime.

Era el momento, trató de relajarse y enderezarse, tenía que parecer seguro -aun si no lo estaba-, suspiró y lo miró fijamente. Bonnie estaba intrigado, era indiscutible que el nerviosismo de Bon se notaba a gran corta distancia, provocando que el oji carmín tuviera la sensación de estarlo también, estaba intrigado, ¿Qué podía ser?

- B-bonnie, y-yo... - ¿estaba templando?, trato de relajarse y suspiro por segunda vez- ... Desde que te vi, s-siempre supe que... que sentía algo diferente por ti, no como al resto -Bonnie asintió- Y pues, estaba c-confundido un gran tiempo sobre que era... pero, después me di cuenta que era...

- ¿Qué era? -quisiera aceptarlo o no, muy dentro de Bonnie estaba seguro de lo que estaba a punto de pasar, este tipo de incomodidades se podían descifrar en un chasquido, pero, una parte suya, lograba que se cegara y no estuviera al tanto de la situación.

- ¡Tú m-me gustas mucho!

Por fin lo había dicho, se había confesado a su pequeño amor y se sentía libre. Pero, al ver a los ojos su expresión desconcertante, su nerviosismo volvía, esos ojos carmesí -que parecían tan inexpresivos- lo miraban de una manera... incomoda, probablemente, intranquila. Bonnie no estaba preparado para aquella declaración y mucho menos, para contestarla.

- Bon... yo... eh... -ahora él estaba nerviosos. Desafortunadamente, los extraños sentimientos de Bonnie no eran precisamente lo mismo. Pero creía que debía ser cuidadoso, no podía decirle así tal cual, sentía que no quería herir esos sentimientos, y eso era tan complicafo.

Bon estaba esperando su rechazo, era obvio que la actitud del peli morado era porque no lo correspondía, y, aunque sabía que Bonnie no era ese tipo de personas, no podía evitar pensar que le gritaría, lo ofendería, que lo rechazaría de una manera tan dolorosa.

- Es que, verás, Bon... ¿Cómo lo explico? -poco a poco su voz empezaba a susurrar- Entiendo que... q-que te guste un chico, p-pero, yo no lo... Mira, puede que tú lo veas bien, pero D-dios n-no, por eso hay un hombre y una mujer y... -miraba el piso evitando cualquier contacto, estaba realmente nervioso, aun cuando creía que no debería estarlo. Bon estaba al tanto de las creencias de Bonnie, siempre llevaba consigo aquella cruz que colgaba de su cuello, era una señal obvia- ¡Pero está bien! Podemos seguir siendo amigos...

Extrañamente, Bon no estaba triste por esa bateada, estaba más entretenido viendo como Bonnie estaba tan tembloroso, con su tartamudeo, evitando su mirada; le parecía tan tierno aquella actitud, aun cuando en realidad, sonaba muy homofóbico de su parte.

- Eh... está bien... supongo que seguimos siendo amigos.

- Sí, je...

No sabían que decir ahora.

- Bueno... Supongo que me iré, a-adiós Bonnie -se despidió y partió del lugar, dejando a Bonnie con extraño sentimiento.

- Adiós...

(...)

Unos dos muchachos estaban almorzando en la cafetería sus ricos emparedados, Bon traía de postre unas papas fritas y Fox, por su puesto, su delicioso pudín, ambos en completo silencio. El peli rojo, tenía duda sobre cómo había resultado su declaración, pero, en el momento que veo la seriedad de su amigo, supuso que el resultado no fue reconfortante.

- Oye Bon, ¿Estás bien?

Bon estaba mirando la nada pensando un de todo, y al escuchar la voz de su amigo reaccionó, acababa de preguntas si estaba bien ¿Qué se supone que debe responder?

- ¿Eh? Sí, sí, solo me quedé pensando en lo que pasó.

- Vale, ¿Y qué te dijo?

- Pff, que el hombre y la mujer deben estar juntos así pues -lo miró desganado.

- No esperaba que ese chico fuera ese tipo de persona, lastima, él no te merece -dio un mordisco a su emparedado tan feliz.

- Sí pero, no sé, dime estúpido pero no me pareció nada homofóbico, lo vi... Muy tierno -se apoyó en su mano reposando en aquella mesa, aquel comentario hizo que Fox se atragantarse con su comida.

- Espera ¿Qué?, ¿Qué cosas dices man? -estaba doblemente confundido- Te rechazo, y te dijo la excusa que todo religioso homofóbico dice.

- Lo sé pero, yo lo veo de otra manera.

- ¿Cómo?

- Él es un chico, bastante inocente, tú no lo conoces como yo, es extraño pero, tengo ganas de llevar esa inocencia al pecado, al dulce y placentero pecado~.

Fox pudo sentir como un escalofrío corría por su espalda.

- What The fuck? Bon, ya ni sabes lo que dices -terminó de comer el emparedado, prosiguiendo con el pudin.

† Cristianø † [BonxBonnie] [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora