Profesores. Pausada Hasta Nuevo Aviso

Capítulo 1 Preocupaciones menores

La disciplina en el día a día es un gran paso para tener la calidad de vida que deseamos.

Si me preguntaran si me quiero y si me amo como soy diría que si sin titubeos, trataría de disfrazar mi falta de autoestima con un argumento improvisado disfrazado de inteligencia. Me convencería a mí misma de lo que me suena falsedad y levantaría mi decadente estado de ánimo momentáneo.

Después de todo son crisis existenciales que todos suelen tener ¿no?

Como todos los días tenía que levantarme 5 am si quería tener tiempo suficiente para arreglarme y llegar a tiempo a la universidad, pero como siempre mis ganas de dormir como un puerco hasta el medio día pudieron más que mi propia voluntad, así que me trague de nuevo esa mentira mía de que me levantaría en unos cinco minutos más, sabía perfectamente lo que pasaría pero fui tan ilusa como para creer que podía lograr lo imposible.

Como lo predije me quedé dormida, justamente me estaba levantando 6:30 am cuando mi hora de entrada es a las ocho, todo esto sonaría genial sin el detalle de que el trayecto hacia la escuela dura de una hora a hora y cuarto dependiendo de distintos factores como el estado de ánimo del chófer o el tráfico.

Me levante rápidamente y corrí como si fuera a cobrar quincena de diputado. Juraría que podía escuchar los lamentos de mi madre desde la otra habitación diciendo otra vez la misma cantaleta de siempre.

Saque de mi armario unos jeans acompañado de un blazer y molestos tacones, odiaba este tipo de atuendos pero era el primer día de un nuevo semestre y los primeros días hay que causar una buena impresión. Me mire al espejo, los pantalones que había escogido ormaban bien mi cuerpo y disimulaban de sobremanera mi sobrepeso, me sobraban 15 minutos para maquillarme y alisarme el pelo, haría algo natural como siempre de por sin mi rostro no era muy agraciado así que solo lo hacía para verme un poco decente.

Actualmente vivo una constante relación tóxica con el espejo, de esas en las que algunas veces te amas y otras tantas te odias. Un curioso dato científico menciona que normalmente las personas te notan un veinte por ciento más atractivo de lo que tú te ves, espero que eso sea completamente verídico ya que sería un alivio para mi alma.

Me mire al espejo no soy una súper modelo pero no creo ser fea del todo sé que mi rostro es lindo a pesar de que mi cutis no está en perfectas condiciones, no entiendo porque todos me molestan, se perfectamente que tengo acné y sobrepeso, soy consciente, pero porque recalcar comentarios sobre el cuerpo de otra persona si salen sobrando, simplemente no lo entiendo.

Volví a mirarme cuidadosamente esta vez con una sonrisa, por más que quieras fingir que los comentarios negativos no te afectan la verdad es que si, causan una herida un tanto extraña, una herida que se cierra pero también se abre en algunas ocasiones.

-¡pues que se vallan al diablo!

Estaba en la parada desde 6:58 el bus tenía que pasar exactamente a las 7 en punto, ya eran 7:05 y comenzaba a sentir nervios.

O maldita sea porque justamente cuando se me hace tarde el bus tiene que demorar, ¡¿por qué?! ¡¿por qué?!, por favor dios ¿por qué me haces esto?! ¡Aghh!, los reproches mentales continuaban, en el fondo sabía que era mi culpa pero insistía en creer que una fuerza mayor me odiaba. Cuando estaba a punto de perder la cordura el autobús apareció con diez minutos de retraso, rogaba a Dios porque no hubiera tanto tráfico y llegara con el tiempo que tenía disponible. No sé si fue el destino pero agraciadamente llegue 7:50, y si, también conseguí un buen lugar.

Las clases comenzaron la primera en entrar fue Minerva una profesora que ya conocíamos y con la cual el grupo entero había tenido una riña debido a su extraña forma de ser, el tema aquí es que no me molestaba en lo más mínimo, de echo era una dicha para mi tenerla de nuevo no solo por el hecho de que me parecía una excelente docente sino que por alguna extraña razón me adoraba, si, a mí, una chica que aunque no era guapísima o inteligente, si era dedicada, podría parecer muy vano pero eso me alentaba muchísimo y me ponía de buen humor.