Una pequeña caja

4.6K 248 76
                                    

Desperté al sentir mucho movimiento y la incomodidad en la cual me encontraba, un hombre, desconocido para mí, me cargaba en su hombro. Manteniendo mi silencio observé el lugar donde nos encontrábamos pero no lo reconocía, así que en un movimiento ligero me lanzé de su hombro y fuera de su agarre comencé a golpearlo aunque no fuera de mucha ayuda ya que hablamos de un hombre que mínimo medía seis pies de altura, era muy robusto y musculoso y mis golpes no le provocaban dolor. Al contrario, sentía que lastimaba mis propias manos, ese hombre me podía partir hasta mi putísima madre, su cuerpo se sentía como una misma roca.

Sin cambiar la expresión de su rostro me agarró cómo si fuera una muñeca de trapo y sostuvo de mis manos con solo una de las suyas. Entró a una habitación conmigo en brazos y me lanzó sobre lo que luego realicé que era una cama, salió de la habitación y cerró la puerta tras de él, pude escuchar la cerradura de la puerta ¡FUERA DE LA HABITACIÓN! Ósea había salido de una prisión para entrar a otra. Lo que me faltaba

- Oye espera! -grité mientras me acercaba a la puerta y golpeaba de ella- Ábreme! Déjame salir!

Después de varias horas intentando salir de la habitación me di por vencida, ni al caso, solo habían dos puertas en la habitación, la puerta de la salida y la puerta de lo que era el baño. Para mi sorpresa no había ni una sola ventana en aquella habitación tan grande. No tenía ni idea que hora del día o noche era, nadie respondía a mis gritos, no lograba ni tan siquiera escuchar a nadie al otro lado de la puerta.

Luego de unos minutos adicionales en aquella habitación tan fría escuché la cerradura al otro lado de la puerta, que habrían con un poco de prisa. Un hombre que se me hacía familiar entraba a la habitación con otro detrás de él, pero el segundo se veía mucho más joven que el primero.

- Señorita Choi como se encuentra? Un poco más relajada por lo que veo -se acercó a mi mientras él otro hombre había quedado parado en la entrada de la habitación y por lo que veía se encontraba muy ocupado en su celular- La noto un poco confundida, soy el empresario Jeon, nos conocimos temprano en el día de hoy en su hogar, me recuerda? -solo asentí con mi cabeza mientras lo miraba sin expresión alguna- Le presento a mi hijo, Jeon Jungkook, futuro y legítimo heredero de la empresa Jeon y por lo que entendemos también de la empresa Choi- aquel chico el cual había sido presentado ante mi aún no realizaba de mi presencia en aquella habitación- Jungkook -habló el hombre de más edad mientras carraspeaba su garganta dejando en claro que su voz provocaba autoridad, el chico no mostró expresión alguna mientras guardaba su celular en el bolsillo de su pantalón- Jungkook te presento a la señorita Choi... - dijo con un poco de confusión intentando recordar mi nombre

- ___, mi nombre es ___ Choi -dije indiferente

- Es hermosa no? -le preguntó ignorando por completo mi nombre, me miraba con asombro mientras esperaba una respuesta de su hijo

- Hermosa hermosa no lo es, pero tiene buen cuerpo -asintió mientras examinaba mi cuerpo

- Esos no son modales para tratar a una dama, te he criado mejor que eso -dijo mientras salía de la habitación junto con su hijo, dejándome nuevamente sola en la habitación

Luego de varios minutos más de espera y soledad la puerta abrió nuevamente pero esta vez solo entraba el más joven y no venía acompañado, cerró la puerta tras de él y se acercó a mí con lo que parecía ser una pequeña caja.

- Usarás esto mientras vivas bajo mi techo -dijo con un tono bastante demandante mientras me entregaba la caja- Espero que sea de tu talla

Abrí la caja lentamente y para mi sorpresa lo que había dentro de ella era lencería, la examiné un poco y era demasiado provocador para lo que yo realmente acostumbraba a usar, el sostén era de un tamaño un poco más pequeño que mis senos y era de color negro semi transparente lo que significaba que en realidad tuviese mis senos al descubierto. Y la braga ni hablar, era un pequeño trapo que no cubriría ni una cuarta parte de mi trastero. La prenda final era un arnés bastante sexual que a mi entendimiento se colocaba en la cintura y la otra mitad se ajustaba en cada muslo. Simplemente hice una mueca sarcástica mientras cerraba la caja y me negaba con la cabeza.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 08, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mi Juguete Sexual Donde viven las historias. Descúbrelo ahora