día 17: balcón

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Para Marinette su balcón era algo muy propio de ella al igual que su habitación, formaban parte de su personalidad y su desenvolvimiento como persona; creía que reflejaban muy bien su personalidad y durante los años se había esforzado en decorar y armar todo a su gusto.

Es por eso que cuando Chat Noir aterrizó bruscamente en su balcón, golpeándose en el suelo y de paso derribando algunas de sus plantas, realmente quiso patearlo, pero primero necesitaba saber qué hacía allí.

"¿Qué se te perdió, roñoso?" Le preguntó tajante y con un atisbo de ironía en su tono, extendiendo su mano para ayudarlo. El chico desde el suelo le lanzó una mirada sarcástica pero aceptó su ayuda un poco avergonzado.

No era primera vez que Chat Noir venía a la zona de su casa, en específico a su balcón. Parecía paseo peatonal para el chico en cuestión porque no dejaba de tener accidentes que lo terminaban dejando ahí, en ese preciso lugar, y ya no era extraño para ella, para nada, pero esta vez había arruinado sus macetas y eso ya era personal.

Mientras Chat Noir se sacudía la tierra del traje, se le escapó un poco la lengua. "Primero que nada, no soy roñoso, de seguro me baño más que tú." Apuntó con su dedo índice el conteo que llevaba. Marinette iba a pelearle pero él decidió seguir hablando. "Segundo, no se me perdió nada. Iba patrullando y usé mal el bastón, punto." Zanjó la ronda de preguntas que probablemente tendría por parte de la chica, y no podía culparla, él también tendría dudas si un superhéroe gatuno cayera ruidosamente en su casa a la medianoche, pero no podían culparlo.

Chat Noir llevaba semanas con Marinette dando vueltas en su cabeza y no había forma en que se le pasara; Plagg lo molestaba con que finalmente se había enamorado de la panadera y que tendría queso y un sin fin de exquisiteces al alcance de su mano si tan sólo él tuviese las agallas de decirle a la niña del pan que la quería, pero siendo realistas, no las tenía.

Pero Chat Noir sí, o eso creía.

De alguna manera le gustaba la dinámica que llevaban que con Adrien no podía obtener. Para él era incluso incómodo a veces moverse alrededor de Marinette y verla tan distante, se sentía desorientado con ese tipo de trato de ella hacia su persona civil cuando como Chat Noir era... Eso.

"Hmmm." Murmuró la chica aún mirándolo acusadoramente no solo por aparecer así de la nada en su balcón sino por haber destrozado un poco su espacio. Un poco enojada, se giró a ordenar un poco.

Chat Noir se sintió culpable por el desastre causado y una memoria llenó su cabeza de su primer día de clases cuando Marinette lo había enfrentado frente a todo el mundo por el malentendido del chicle, esto era algo parecido, pero esta vez se negaba a decirle la verdad de que había estado días rondando su casa con la esperanza de que se encontraran y pudiesen conversar y formar un lazo de amistad y, quien sabe, incluso podrían formalizar una relación en la que pudieran tener un amorío nocturno donde se expresaran su amor clandestinamente, y que en algún momento de la vida él pudiese revelarle quién era realmente y fueran felices por siempre.

Pero bueno, la circunstancias eran otras.

Se sonrojó al rememorar sus pensamientos y pudo escuchar claramente la voz de Plagg en su cabeza gritarle que le pidiese queso para pensar un poco mejor, para expresarle su amor y porqué no, para él que estaba muerto de hambre, pero la acalló rápidamente agachándose a ayudar a Marinette a ordenar.

La noche se extendía suavemente por todo París y ambos se sintieron cómodos estando uno al lado del otro, incluso estando en completo silencio, incluso con uno de ellos todavía un poco molesta por el desastre causado; era un bonito momento.

Marinette se giró un poco hacia su compañero, mirándolo de reojo y fijándose en lo arrepentido y avergonzado que lucía, se sintió mal con eso pero terminó de limpiar al momento que él también se giró a verla y ambos se sonrojaron.

"Yo... Quizás sea mejor que me vaya." Murmuró el chico poniéndose de pie y entregándole algunas cosas pequeñas que había tirado al suelo con él a Marinette. Ella las tomó torpemente estando enfocada en otras cosas.

"¿Quieres quedarte un rato?" Le preguntó tímidamente la chica, evitando mirarlo a los ojos y en un tono que él descifró como disculpa. Asintió con una pequeña sonrisa que se contagió a la boca de Marinette.

Con cautela, Marinette terminó de acomodar un par de cosas y se acercó al balcón para apoyarse en la barandilla, con Chat Noir imitándola. Ambos contemplaron las luces de la noche aún en completo silencio.

Chat Noir se sentía ansioso, con palabras atorandose en su garganta que no sabía formular, así que prefirió estirar su mano para tomar cuidadosamente la de ella, robándole otro sonrojo a la chica. Nuevamente ambos sonrieron, pero ninguno lo notó.

Así pasaron los minutos, quizás una hora, ninguno lo sabía con exactitud pero poco les importaba; se sentía bien estar junto al otro, pero cuando los ojos de Chat Noir comenzaron a picar y a sentirse cansados, contra su propia voluntad decidió que era hora de irse.

Soltó la mano de Marinette con delicadeza, sintiendo frío de repente, y ella le lanzó una mirada intrigada. ¿Iba a irse?

"¿Ya te vas?" Murmuró con pesar y al chico se le encogió el corazón.

"Sí." Le respondió con una pequeña sonrisa culpable, sintiéndose mal por irse, pero no le impidió molestarla. "De todas formas, solo soy un roñoso que cayó en tu balcón." Le tiró la broma inocentemente pero pudo ver un poco de culpa en sus ojos.

Con su mano derecha ahuecó el rostro de la chica, acariciando su mejilla y recibiendo un lindo sonrojo de su parte. Sonrió satisfecho de si mismo, pero aún veía algo poco común en sus ojos.

"No te sientas culpable porque me dijiste roñoso, yo en teoría te dije sucia." Dijo tratando de levantar sus ánimos y aunque logró ver una mínima sonrisa, ella aún se veía bajoneada.

"No quiero que te vayas." Dijo Marinette. Le salió en un tono bajo, tímido, pero tan dulce que terminó de derretir el corazón de Chat Noir por completo.

Se inclinó hacia ella aún su mano en su rostro y le dijo. "No me voy a ir si no quieres." Susurró en un pequeño ronroneo que Marinette pudo percibir como lo más tierno que podría haber escuchado y negó con la cabeza rápidamente dejándose llevar por la abrumadora sensación de tenerlo cerca y con ella.

Ante la cercanía y el tacto de él en su rostro cerró los ojos esperando algo que ella ya había hecho antes pero nunca por puro gusto. Quería saber qué se sentía realmente, dejando de lado los akumas y las pérdidas de memoria, olvidándose de las posibles consecuencias; quería sentir algo verdadero que la hiciera sentir querida realmente, como era ella.

Chat Noir vio como sus ojos azules se cerraron y se entristeció de no poder observar su preciosos ojos, a pesar de ello, se sintió tentado a inclinarse un poco más, y así lo hizo.

Con los labios un poco entreabiertos presionó los propios con los ajenos suavemente, dudoso, pero con el calor subiendo por su garganta y temblando levemente.

Marinette a ciegas subió sus manos para acunar el rostro del superhéroe, inclinándose un poco más hacia él, presionando sus labios con más fuerza y los cabellos rubios haciéndole cosquillas en la frente.

Si seguían así, Chat Noir no se iría a casa en un buen rato. 







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holaaa! vengo temprano hoy porque tengo mucho que leer para la universidad peeeero no sin antes subirles este día marichat que me gustó mucho escribir porque lo dejo un poco más para la imaginación de ustedes, aunque con pequeños retazos de memorias y momentos que pueden ayudar a sus mentes uwu.

espero estén muy bien y quedándose en sus casas! cuídense mucho, gracias infinitas por leer a este desastre de adolescente. gracias por sus votos y comentarios<3 me alegra que les guste este pequeño desafío. tkm<3


Próxima actualización: 18 de mayo. 

la princesa y el gato {marichat may 2020}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora