Lady Kingsman

Harry y Kate 🖤

A las 7 de la noche un taxi pasa por mi.
Harry no me dijo en donde íbamos a cenar así que supongo es una sorpresa. Me puse un sencillo vestido negro, tacones negros y unas perlas. Espero estar vestida de acuerdo a la ocasión, esta repentina elegancia aún es muy nueva para mi.
Cuando el taxi sale de la cuidad empiezo a preocuparme, trabajar en Kingsman también es capaz de volverte un poco más paranoico que de costumbre, pero de inmediato veo una hermosa villa iluminada.
Harry está esperado por mi en un impresionante traje que hace que se me seque la boca.

Se ve muy relajado, totalmente fuera de su papel de agente secreto. Parece más bien un chico malo, un chico bueno pero malo.

Bajo del taxi, el me toma de mano gentilmente y sonríe.
Acto seguido sus labios se estrellan contra los míos y nos damos un dulce beso.

-Estás hermosa...me dice y me guiña el ojo.
Dios, que me estás haciendo Harry? Pienso en silencio para mi al sentirme cada vez más enamorada de él.

En medio de la villa que está rodeada de flores hay una mesa, velas, copas, champagne y un mesero.
Harry abre la silla para mi y luego se sienta.
Nuestras copas son llenadas inmediatamente.
Con una mano Harry toma la mía donde la mesa y con la otra eleva su copa.
-Brindo por ti Kate, porque mi vida ahora a es más que solo el trabajo y porque  por fin estás mostrando tu potencial al mundo.
-Y yo brindo por el caballero de brillante armadura que me sacó de la carcel y cambió mi vida. Por ti, Harry.

Chocamos nuestras copas y pruebo la más deliciosa champaña que jamás haya existido.
La cena son hamburguesas y papitas de McDonalds elegantemente presentadas lo que me hace sonreír porque se que esa es su comida favorita, Harry Hart tiene muchas facetas y estoy encantada de descubrirlas.
El postre por supuesto son pastelitos hechos por el lo que me provoca una gran ternura.
-Esa fue una cena de primera. Le digo cuando el mesero retira todo y por fin se va.
-La comida no lo sé pero la compañía sin duda lo es. Dice Harry y se pone de pie, extiende su mano para mi y de repente escucho a varios músicos empezar a tocar un sensual tango.
-Me concedes esta pieza Kate? Me pregunta.
-Tango? Le pregunto sorprendida
-La danza más elegante y sensual qué hay. Dice el.
-Yo no se bailar tango. Le digo sonrojada.
-En el tango la mujer es el cuadro y el hombre es el marco. El marco se mueve y hace todo el trabajo para mostrar a la obra de arte. Yo te guío. Me dice el.
-Está bien. Le digo.
El sonríe y me toma de la cintura y me aprieta contra el.

Mierda, es tan alto y fuerte. Y huele tan bien.
Enseguida me guía por la pista con suaves y fluidos movimientos mientras la música nos acaricia, es un experto, tan masculino pero a la vez tan delicado y sensual. Sus ojos no abandonan los míos y entre giros y elaborados pasos bailamos, y bailamos realmente aunque yo no sepa lo que estoy haciendo.
Cuando la musical acaba y la banda cambia a un vals más suave el me abraza y solo nos movemos lento.
-Donde aprendiste a bailar así? Pregunto en un susurro contra su oído.
-Buenos aires. Investigué por varios años el tráfico de plata para instrumentos tecnológicos en Medio Oriente.
-Wow...le digo genuinamente sorprendida y el sonríe.
-Te mueves muy bien Kate...susurra el contra mi oído y me sonrojo pensando en algo más que el baile.

No se cuánto tiempo hemos estado así, solo escuchando la deliciosa música y moviéndonos despacio cuerpo a cuerpo con nuestro calor y alientos entremezclándose.

-Es hora de irnos. Susurra el.
-Los pies me están matando. No estoy acostumbrada a usar tacones. Le digo porque no me creo capaz de dar un paso más.
-Quítatelos. Me dice el.
Lo hago y el los sujeta.

Me da un beso y ambos caminamos hasta encontrar un increíble auto descapotable que parece sacado de una película de James Bond de los sesenta.
El me abre la puerta y yo susurro
-Lindo auto.
Cuando sube el me dice:
-No pensabas que era dueño de un taxi verdad ? Me pregunta divertido.
-Los taxis de Kingsman están muy bien equipados. Le digo por toda la tecnología que tienen.
-Pero este auto es mío. Me recuerda que hay algo más simple en la vida que el servicio secreto, los taxis, las Armas y la tecnología de punta.
-Y yo también te recuerdo eso? Le pregunto.
-No, tú me recuerdas que Dios existe. Me dice con sinceridad y vaya, eso es lo más intenso que alguien me haya dicho.

Harry maneja el auto de vuelta a la ciudad y La noche está obscura y estrellada. Magnifica, tan magnifica como me siento yo en este momento.

En la casa de Harry también todo esta a obscuras y no nos molestamos en encender ninguna luz.
Harry me toma de la mano y subimos a su habitación.
-Te deseo Kate... me dice antes de besarme con una pasión que no había mostrado antes. Y yo lo deseo, mierda si lo deseo desde siempre al parecer.
Caminamos juntos y nos sentamos en su elegante silla, yo sobre su regazo.
Me siento poderosa, sensual y confiada.
El me mira con adoración, con expectación.

Sus caricias se deslizan por mi espalda y sus besos descienden despacio por mi cuello.
Yo le quito la elegante chaqueta y empiezo a desprender uno a uno los botones de su camisa.
El desnuda mi torso y sus ojos acarician mis senos, luego sus manos lo hacen físicamente y finalmente su boca los prueba besándolos y succionándolos, la habitación esta llena de una fuerte mezcla de dulzura y lujuria.
Mi vestido yace en suelo y sus pantalones también.
Despacio me guía sobre el, puta madre, Harry es grande y su invasion me hace gemir y por poco alcanzar el orgasmo aún sin moverme.
El me da tiempo para que lo disfrute más y acomoda despacio los mechones de cabello que invaden mi rostro y besa mi boca.
Poco a poco yo comienzo a moverme mostrándole el ritmo y el lo acepta aportando un suave movimiento de caderas que me vuelve loca.

Me deja hacer lo que quiero con el pero sin dejar de enloquecer mis labios, mis pechos, mi piel con sus caricias y ese bendito movimiento que hace cuando me embiste, Tan suave pero tan profundo.
No voy a aguantar mucho más. Mi respiración se acelera, mis músculos empiezan a disfrutar aún más.
-Mirame Kate... me pide Harry con la voz ronca e increíblemente sensual.
Abro los ojos y me encuentro con sus ojos obscuros de deseo y sus pupilas dilatas.
Mi mirada se engancha con la de el y experimentar el orgasmo de esa forma se vuelve tan intimo, tan profundo y el se viene después de mi y me aprieta con fuerza contra el.