XIV

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Durante la clase de Introducción a la Economía, no he dejado de pensar en cómo vengarme de David, hasta que se me ocurre una idea, aunque no sé si será muy buena... De todas formas tengo que intentarlo, simplemente para que sienta lo que yo he sentido al verlo esta mañana con esa tía.

Mi plan es sencillo, aunque algo arriesgado... Le contaré a Álvaro mi relación secreta con David y le pediré que tontee conmigo (y yo con él, claro) para que David se ponga celoso. Además, al ser mi compañero de piso y amigos del mismo grupo será más frustrante para mi querido novio, y por si eso fuera poco, se dará cuenta de que al final no le conté a Álvaro que teníamos una relación tal y como me pidio. Lo sé, soy muy retorcida... ¡Qué ganas de llegar a casa, por el amor de Dios!

Cuando terminan las clases, David me lleva en su coche a casa como de costumbre. Entro y busco a Álvaro por toda la casa pero aún no ha llegado. Decido esperarle en el sofá mientras veo mi serie favorita: FRIENDS. La canción de introducción de la serie suena por los altavoces de la tele, y en ese momento entra Álvaro al piso.

-So no one told you life was gonna be this way! -entra al salón cantando a todo pulmón la letra de la canción y da cuatro palmadas, al igual que en la canción. Se tira en el sofá, quedando sentado a mi lado. -¿Por qué capítulo vas? -pregunta con enfasis.
-Temporada siete, capítulo tres. No sabía que te gustara la serie.
-¿Gustar? ¡Me flipa esta serie!
-¡Por fin alguien con quien verla! Esta es la tercera vez que la veo.
-Te supero, la he visto cuatro veces. -me dice vacilón, guiñándome un ojo.

Nos quedamos viendo el capítulo y me incorporo para hacer la comida.

-Tss, tss, tss. -chistea Álvaro. -Sientate, hoy hago yo la comida.
-Mmm, perfecto. -afirmo sentándome de nuevo.

Álvaro, en la cocina, esta preparando la salsa carbonara, y yo me siento en el taburete de la isla, con las manos apoyadas en mi barbilla mirándole. Se ha puesto un delantal de corazones rosas y azules con estrellitas, concentrado en su salsa, y la verdad es que está adorable. Aparto ese pensamiento de mi cabeza y pongo mi voz más adorable y persuasiva que tengo.

-Oye, quiero pedirte un favor... Entenderé si no quieres, pero la verdad es que sólo tú puedes ayudarme con esto.
-Cuéntame qué quieres y veo si puedo ayudarte o no. -dice aún concentrado en los fogones.
-Verás, son dos cosas: la primera, tienes que guardarme un secreto, únicamente lo saben Álex y Miguel; y lo segundo es el favor en el que sólo tú puedes ayudarme. -reitero.
-Está bien, comienzas a preocuparme. -se ríe.
-La cosa es esta... -carraspeo para aclarar mi voz. Vaya, estoy extrañamente nerviosa. -Em, David y yo... estamos, saliendo. -digo por fin. Álvaro se queda quieto mirando la olla y la aparta del fuego para prestarme atención.
-¿David, nuestro amigo David?
-Eh... sí.
-Vaya. -dice algo disgustado. -¿Ese supongo que es el secreto, no?
-Sí, no puedes contárselo a nadie. Nadie puede saber que lo sabes.
-Vale, vale, eso puedo hacerlo. ¿Cuál es el favor que sólo yo puedo hacer?
-Bien, bueno, es difícil de explicar. Empezaré desde el principio. -le cuento lo de esta mañana en el bus y continúo -: entonces ahí entras tú. Él piensa que yo te gusto, cosa que no tiene ningún sentido porque sólo sonos amigos, bueno y conpañeros de piso, claro. En fin, quiero que tonteemos para darle celos, ya sabes..., que si abracitos, algún que otro tocamiento, cosas así.
-Oye, paso de meterme en problemas... ¿Por qué no te ayuda Miguel?
-Créeme, él sería el menos creíble.
-Ni que fuera gay. -dice riéndose.
-A ver, ya, pero tú vives conmigo y él está convencido de que te gusto, así que eso le frustraría mogollón.
-No sé Lydia, veo todo esto muy tóxico. Si te ha molestado lo del bus esta mañana, simplemente habla con él, seguro que lo entiende.
-Por favor, eso sería una estupidez. ¿Qué crees que me va a decir? Lo siento, no volverá a repetirse, no hicimos nada a parte de lo que viste, yo te quiero sólo a ti... Muy típico todo eso. Prefiero este plan, pero necesito que me ayudes, por favor Álvaro. -le suplico haciendo pucheros.
-Madre mía, en qué me estoy metiendo...
-¡Gracias, gracias, gracias! -me abalanzo sobre él y le empiezo a dar besos por toda la cara.
-Eh, vamos, que no está David aquí. -dice riéndose y apartándome de él.
-Y como agradecimiento, ve al sofá, sigo yo con la carbonara.
-Eso me parece una idea fantástica. -se quita el delantal y se acerca por detrás, me lo coloca y me susurra en el oído -:esto va a ser divertido.

¡Dios mío! Un escalofrío me recorre el cuerpo entero y reconsidero mi plan. Vaya que si era un plan infalible, aunque esto sé que traería muchos problemas.

Termino de hacer la salsa y los spaguetti, sirvo dos platos y los llevo al salón. Álvaro está en el sofá viendo Friends.

-Eh, ¿qué crees que estás haciendo? ¿No lo estarás viendo con mi cuenta?
-Si estás todo el día quejándote lo nuestro no funcionará.
-Ponlo por donde estaba y lo seguimos viendo.
-No, no, quiero hablar de qué puedo y de qué no puedo hacer durante esta farsa.
-Vale, pero primero lo importante: la serie, ponla por el capítulo cuatro.
-Que sí, pesada. -pone el capítulo cuatro como le he pedido y apaga la tele.
-A ver, ¿qué dudas tienes?
-Vale, ¿yo puedo besarte? -pregunta arqueando una ceja.
-¿Qué? ¡No! ¿Por qué ibas a hacer eso?
-Porque es la norma número uno para poner celoso a alguien.
-Sí, cuando lo has dejado con esa persona. Yo quiero seguir con él, no tirar mi relación por la borda.
-Vale, besar no. Y entonces... ¿puedo tocarte?
-No sé, ¿a qué te refieres con tocarme?

Álvaro se acerca a mí por detrás y me agarra por la cintura, baja sus manos hasta mis caderas y da un ligero apretón. Luego, me aparta el pelo con una mano y lo apoya en un solo hombro. Ahora mismo estoy en trance, este chico es una atracción irresistible, puro morbo, pero yo tengo novio y no pienso caer en sus brazos.

-Por ejemplo así. -musita en mi oreja con voz grave. -Imagínate, estamos todos de pie en círculo, yo me acerco por atrás y hago todo lo que acabo de hacer, me posiciono a tu lado y paso mi brazo por encima de tus hombros. Tú apoyas tu cabecita en mí y yo te doy un beso amistoso en la coronilla, así. -se coloca a mi lado y hace todo lo que acaba de susurrarme. Esto es una TAN mala idea...
-Eso sí que puedes hacerlo. -digo como puedo.
-También se me ha ocurrido que si estamos sentados en algún sofá, -me arrastra al sofá y me siento y luego él. -como ahora, podrías posar tu pierna encima de la mía. -agarra con delizadeza mi pierna desnuda, pasa sus dedos lentamente por ella, deslizándolos por mi suave piel y coloca mi pierna encima de la suya, tal como estaban esta mañana esa chica y mi novio.
-Esto también me gusta. -convino. -¿Qué más se te ha ocurrido?
-Que cada vez que pase por tu lado, yo te pase un brazo y te abrace, como hace Joey Tribbiani en FRIENDS.
-Me encantan los abrazos de Joey, así que también me gusta esa idea.
-Genial, ahora vamos a comer que se enfría la comida.
-Cla-claro, comamos.

Compañeros de pisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora