¿Sería pecado amarte? Al parecer todo va cambiando con el tiempo, mi respuesta sería negativa, amar no está mal. El problema es que tal vez no sientas lo mismo, al fin y al cabo todos me ven con otros ojos...
Tengo recuerdos vagos de aquella mujer, la cual sin duda haría mía cada día de mi vida. Pasé tiempo buscando pistas para saber quién era, aquella mujer que pudo acogerme en aquella tormenta, me ofreció su techo y sin pensar me alimento, pase días con fiebre y la verdad me asombra que me diera tanto cuidado sin conocerme.
Recuerdo que su casa no era la más hermosa aún así supe que no me alimentó buscando algún beneficio de mi parte, le pregunté cuánto quería por tenerme en su hogar pero se negó a recibir cualquier tipo de cheque. Al tiempo le pregunté su edad y era doce años mayor que yo, me asombró pues era jóven y aparentaba ser menor de la edad que me decía.
Dos años han pasado que no la veo y de tantos rompecabezas pude dar con aquella mujer que se hacía llamar Lujuria.
Trabaja en un bar, me desilusione al saber que era prostituta, mas no la culpo por elegir está forma de sobrevivir, pagué por ella y me dirigieron a la sala 133 dónde está sé encontraba.
- Tienes mercancía - Le gritó un hombre abriendo la puerta de la habitación donde se hallaba y así mismo alejándose de nuestra presencia. Ella arqueó la ceja y seguía con una expresión molesta la cuál le hacía ver más atractiva.
- Lujuria, es un nombre distintivo, muy peculiar.
- ¿A qué has venido?
- A agradecer lo que hiciste. - Sonrió tomando una copa de vino.
- No es necesario querido.
- En ese caso, quiero saber de ti.- Arroje una gran suma de dinero sobre su mesa, la cual no apartó la vista y dió a luz su rostro entre la oscuridad, dejando ver no solo su rostro si no su hermosa figura delgada- ¿De verdad tienes la edad que mencionas? Pareces muy joven.
- No soy como las mujeres de esta clase, soy exclusiva, no me maquillo, está única habitación es mía, vendí mi antiguo hogar tras la muerte de mi madre. - Su voz dulce pareció amarga.
- ¿Te acuestas con que quieres?
- Con quien pague más. Y sí, gracias a esas sumas puedo sostener mi vida sin acostarme todos los días como algunas de estás.
-¿Qué te llevó a esta vida?
-Te contaré... Hace un par de años mí madre vivía en aquel pueblo donde te encontramos, en cierto tiempo mi madre se enfermó tuve que salir a buscar trabajo, tenía 16 años pero no había terminado la preparatoria así que no me daban empleo por ello, un hombre adinerado me ofreció una gran cantidad que era la que necesitaba para ayudar a mi madre, acepté, pero pronto necesitaba para los tratamientos y comida.
Volví aceptar una suma, tras otra hasta que el hombre falleció, me sentía asqueada pero mi madre estaba mejor, cuando entro en la facultad ya no me quedaba dinero suficiente para pagar la renta ni estudios.
Mágicamente apareció otro hombre, creí que eso era lo que necesitaba, pero a punto de terminar la carrera me secuestró, desde ése día mi vida fue un infierno, me golpeaba junto a otras mujeres, nos azotaba mientras nos tenía colgadas con cadenas. - Levantó su vestido dónde pude ver su esbelta figura con marcas en sucostillas- Una de estas marcas es hecha con cigarrillos.
-¿Cómo saliste de ahí?
-Alguien llamado Royce se acercó y cuidó de mis heridas cada noche y conversábamos, él entraba con pan, fruta y vino y día me dijo que planeariamos la forma de huir... Ese noche nos acostamos, fue la primera vez que pude acostarme con alguien sin sentir asco.
- Aquél hombre, el que te secuestro ¿no las violaba?
- No sé de las demás, en mi caso solo me pedía hacerle orales hasta venirse, a veces teníamos que bañarlo y depilarlo... Después nos golpeaba, la razón de secuestrarnos era porque no gustaba de las zorras que se acuestan por dinero.
Una noche Royce no apareció en mi espacio, de repente sonó la alarma de seguridad y las habitaciones se abrieron, pensamos que era la hora de la golpiza, pero no había guardias, muchas mujeres corrieron yo fui una de ellas. Al llegar a la salida alguien me halo, tapando mi boca, era Royce diciendo. Por ahí van a morir ¡ven sígueme!
No nos hirieron, me dió está dirección y me dió una maleta llena de prendas y joyas me dijo que sería suficiente para comprar un lugar y mantenerme hasta que volviera... - Lloró - Ya van a transcurrir 6 años desde que ocurrió. Supongo que lo hallaron y murió.
- Entonces ¿usted no se prostituye?
- No tengo la necesidad, solo vengo a este bar a comprar ese vino barato, el dueño me vendió este espacio y aquí se hacen las mejores fiestas por el espacio, volví compré un departamento.
-¿Entonces porqué mantienes una identidad como prostituta?
-Lujuria se llama este lugar, las personas no me conocen imagino que por eso me llamarán así, además que, cuando me ven solo es para comprar vino en el bar.
-¿Y por qué me ayudó aquel día? Porqué tengo un hijo de tu edad. - Hubo silencio - Fui violada a lo 11 tuve un niño el cual mi madre dió a una familia rica porque no tenía que ofrecerle. Hasta donde supe estaba bien y preferí no buscarlo hasta tener un hogar para ofrecerle, pero después de mi secuestro perdí todo rastro para hallarlo. Ya te puedes retirar.
- ¿Me puede acompañar?
La mujer aceptó, aún así pidió a los hombres corpulentos que estaban a afuera del espacio bajar con ella por seguridad. Pasamos el bar hasta encontrarnos con un hombre delgado con traje de pie bajo un paraguas por la lluvia, ella sé quedó perpleja y sus lágrimas comenzaron a caer. -¡Royce! - Corrió hacia él y él la tuvo en sus brazos besándola.
Esa mujer la ví como un ángel más aquel hombre me dijo:
-Gracias por juntarme con tú madre.