Nota de autor: Esta es la primer historia de mutual gain que escribo. Además estoy en teléfono jsjsjs disculpen faltas o cosas así.
Aisha se detuvo en la cima de las escaleras para recuperar el aliento. Desde hace un tiempo ya, cada vez era un poco más difícil subirlas. Aunque había intentado ignorarlo, realmente había engordado desde que había empezado a salir con Sue. Antes de conocerla, era una joven de 20 años normal, de estatura alta y esbelta, de apenas 140 libras. Ahora, mientras se apoyaba contra la pared y respiraba pesadamente, su panza apenas cabía en sus jeans, y su camisa ya se había subido, dejando al descubierto uno de sus rollos. Antes de salir a comprar comida esta mañana, en el espejo había visto que incluso empezaba a tener una segunda barbilla.
Después de lograr calmar su respiración, camino hacia el apartamento que compartían desde hace ya casi un año. En cada mano llevaba una bolsa grande de comida rápida, que desde hace unos meses era el desayuno para cada una. Aunque realmente ya no era desayuno, ella ya había comido dos hamburguesas dobles en el camino, y estaba segura de que Sue ya había acabado con los restos de la cena de ayer.
Entró el el apartamento, caminando de lado para tener espacio para la comida. Hace un año no hubiera tenido problema para pasar de frente, pero su peso extra hacía las cosas un poco más difíciles. Llegó a la sala y dejó las bolsas en la mesita frente al sofá. Justo como había pensado, Sue ya había dado buena cuenta de las sobras de la cena, y estaba recostada en el sofá, aún con su ropa de dormir, una camisa que apenas lograba abotonar aún y pantalones de yoga.
Si Aisha era ahora una gorda, Sue era simple y sencillamente obesa. Su panza era tan grande que incluso ahora que ya había desayunado se doblaba en más de un rollo. Sus piernas gordas estaban separadas para hacer espacio a su barriga, y estaban tan gruesas que incluso sus rodillas casi quedaban ocultas bajo la grasa.
-Buenos días cariño. -Aisha se sentó en junto a su novia-. ¿Hace cuánto te levantaste?
-Un rato después de que tú salieras, creo que el auto me despertó. -Sue se acomodó en el sofá hasta sentarse por completo-. Empecé a sentir hambre antes de que volvieras, así que me hice cargo de la comida de ayer. -Una sonrisa pícara se formo en su rostro redondo-. Espero que no te moleste.
Aisha sonrió también, aunque por otras razones. Sabía que lo que la había despertado no fue el auto, porque Sue siempre tenía un sueño pesado despúes de una noche de buffet. No, seguramente se había despertado por sentir su estómago vacío, ansiosa de atiborrarse de comida nuevamente. Después de todo, esa era la razón por la que ella misma había salido a comprar comida, se había despertado con un hambre voraz.
-Claro que no, ya sé que necesitas alimentarte bien. -Colocó una mano en la barriga de Sue, sintiendo su gordura-. Despúes de todo, eres una chica en crecimiento, ¿verdad?
Sue se rió, y tomó su mano.
-Por supuesto, aunque no soy la única que está creciendo aquí. Dime, ¿Cúando fue la última vez que te pesaste, cerdita?
Aisha se sonrojó ligeramente, y puso sus manos en las rodillas.
-Hace un mes... -Suspiró, recordando como tuvo que inclinarse hacia delante para lograr ver más allá de su barriga-. Creo que pesé casi 300 libras...
-Bueno, pero hace un mes aún no habías tenido que comprar nueva ropa, ¿cierto? -Ahora fue su turno de sentir la panza de Aisha -. Estás creciendo rápido, pero aún no esperes superarme. La última vez que me ayudaste a ver los números cuando yo me pesé ya había pasado las 400, ¿Recuerdas?
Aisha se volteó para mirarla. Viendola de cerca, se fijó en que tenía algunas migas de pizza debajo de su barbilla, justo donde su cuello se convertía en papada. Se abalanzó sobre ella, no para besarla en la boca sino alrededor de su rostro rechoncho.
-Claro que lo recuerdo... ¡Estabas tan gorda y repleta de comida que ni siquiera podías ver tus pies!
Mientras estaban así, una encima de la otra, se escuchó un ligero crujido...
- Aisha... Levántate, creo que el sillón va a... -Antes de que pudiera terminar de hablar, las patas del sofá se rompieron estruendosamente, haciendo que ambas cayeran acostadas sobre los restos.
Aisha se sentó, sorprendida por lo que acababa de suceder.
-Vaya... ¿En serio estamos tan gordas?
Sue se rió, recostandose otra vez en lo que quedaba del mueble.
-¿Qué esperabas? Juntas casi pesamos 700 libras, no creo que el pobre estuviera diseñado para soportar tanto peso. -Hizo un breve intento por levantarse, pero se dio cuenta de que era demasiado grande para lograrlo sola-. Vamos, ayúdame a levantarme.
Una sonrisa pícara se formó en el rostro de Aisha.
-Aún no has desayunado como debes, ¿Cierto? Y aún así lograste romper el sillón con tu gordo trasero, cerda. -Se agachó nuevamente, pero en vez de ayudarla, empezó a jugar con su enorme panza-. Creo que una gorda tan glotona merece un pequeño castigo...
Sue sonrío también. Ya sabía que iba a pasar ahora. Alguna vez habían comentado fantasías con Aisha, y ella había mencionado que soñaba con romper algún mueble con su peso. Así que ahora seguramente estaba bastante excitada al igual que ella.
-Tienes razón, soy tan gorda... tan gorda que no puedo levantarme si ayuda, estoy tan indefensa... -Se removió en el piso como si intentara levantarse-. Oh vaya, mi panza es tan grande que ya no puedo siquiera abrazarla yo sola... -Puso sus manos rechonchas en su trasero y empezó a sobarlo-. Mira mis enormes nalgas, hacen que me quede atorada en puertas pequeñas...
Aisha tomó las bolsas de comida que había colocado en la mesa. Tomó una de las hamburguesas y la acercó hasta la boca de Sue.
-Sabes, había comprado esta comida para las dos. Pero ahora este va a ser tu castigo: ¡Voy a hacer que te las comas todas! -Sin perder más tiempo metió la hamburguesa en su boca-. Si eres tan gorda para romper muebles, no tendrás problema para comer todo esto. -Tomó un puñado de papas fritas y continuó alimentandola-. Voy a llenarte tanto que ni siquiera podrás levantarte, ¡Vas a ser una cerda que solo sabe comer!
Hamburguesa tras hamburguesa desaparecía para llenar su estómago, cada vez más llena. Le estaba dando de comer tan rápido que una parte de la comida acababa sobre sus gordos senos y su barriga.
-Mmmm, ¡si! -Apenas tenía tiempo para hablar mientras le metían más y más comida en su boca-. Soy una gorda, ¡rellename hasta reventar!
Ahora Aisha ya no estaba solo alimentandola, una de sus manos estaba metida entre las piernas de Sue y buscaba sus partes íntimas, tarea difícil debido a ser tan obesa. Mientras hacía esto, ya había terminado de darle las hamburguesas, así que empezó con las pizzas que había comprado. Podía ver que Sue ya empezaba a estar llena, lo que solo hizo que se excitara aún más.
Estaba a punto de terminar las pizzas cuando finalmente su camisa se rindió. Uno por uno, los botones estallaron, dejando su obeso cuerpo libre.
Mientras llenaba su estómago a reventar, cada vez le daba más y más placer, y su enorme cuerpo obeso se movía arriba y abajo. Tomó la última comida que había sobre la mesa, e hizo que se lo comiera, cada bocado era más difícil que el anterior, y cuando finalmente se lo tragó todo Sue alcanzó el clímax, corriéndose aún sentada en el piso y repleta de comida.
-Ah... Ah... -Aisha también se había quedado sin aliento-. Ese... creo que fue el mejor sexo en mucho tiempo...
-Urp... Si... Estoy repleta... -Sue se acostó por completo, intentando colocarse en una posición más cómoda-. Y... ¿Sabes algo?
Aisha se acostó junto a ella, en medio de los restos de la comida.
-¿Qué cosa? -preguntó, mientras la abrazaba para sentir su calor.
Una sonrisa cansada asomó en el rostro de Sue.
-Aún tengo un poco de hambre -dijó, mientras su estómago sonaba.
Nota de Autor: Bueno creo que esta es la única historia que voy a hacer más capítulos, luego empezaré a escribirlos. Dejen sus opiniones en los comentarios y sugerencias.
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Oneshots de Feederism
Short StorySimplemente historias cortas de feederism que se me ocurren jaja que crazy