Cap 4

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-Lindo... Yo no soy jodidamente lindo...

Pasando frente a un edificio que reflejaba su cuerpo atraves de sus vidrios se miro rapidamente.

-Definitivamente no lo soy.

Bakugo no era lindo, era sexy, apuesto, caliente... O al menos eso quería pensar el.

-Ella si es linda.

Aun con esas palabras en su boca el recuerdo de las curvas de su ahora compañera inundaron sus recuerdos, sus piernas, su espalda, sus pechos, su boca.

Fruncio el ceño.

Quizas ella tampoco era linda.

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Por primera vez en mucho tiempo recorría las calles solas como la heroína que era; sus pies se elevaron del piso.

-Desde aquí será más fácil.

Moviéndose en el aire con el impulso de paradas y locales avanzaba lentamente observando con sumo cuidado, no debía dejar escapar nada ni a nadie.

Nada, nada, avanzaba, giraba, observaba fijamente, nada, na-

Casi se le escapó un grito, una mujer había una mujer aún en las oficinas de aquel edificio de vidrio.

Detuvo su giro en el aire y la miro fijamente, su boca se movía pero no entendía.

-Wah!

Una masa cayó sobre la cabeza de la mujer pegándole al vidrio.

Sin dudar bajo, tomo impulso y se estrelló contra el vidrio de al lado.

-Estas bien?

La mujer lloraba desconsolada, su ropa estaba rasgada.

Busco  al culpable pero no se veía nada más lo sintió, giro su cuerpo a gran velocidad con su pierna levantada para patearlo y mandarlo a volar sin embargo su pie fue tomado y en segundos estaba contra el piso.

No hubo un golpe al estrellarse, las manos de su atacante la había sostenido y ahora sostenía su mano cubierta en su boca.

Lo mandaría contra el techo.

-Quieta.

La mano sobre su boca se movió liberando sus labios.

Cómo aún en tanta oscuridad podía aquel rojo de sus ojos brillar tanto.

-Bakugo...

Aquel rojo miraba sin parar lo que parecía ser una oficina.

Se levantaron y con pequeñas explosiones intento desprender la masa que pegaba el rostro de la mujer al vidrio pero no cedía.

-Que mierda es esa?

Uraraka intento alejarlo al tocarlo pero no se movía.

Que era esa cosa?

-Por favor déjame!!

El rojo brillo.

-Uraraka tira de ella para que la explosión no le llegue.

Miro la extraña masa y luego a Bakugo, el marrón de sus ojos brillo.

-Muy bien.

El brillo en su mano iluminó la oscura habitación.

-Esto te va a doler.

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-Me preguntaba que te habías hecho que no te vi pasar.

-Aja...

-SUELTENME!!!! ELLA ES MI ESPOSAAAAA!!!!!!

Uraraka giro su rostro, el victimario estaba explotado y sin ropa.

-Mierda Jays… ¿no podías colocarle algo? se supone que el castigo es para el no para nosotros, que asco.

-El dijo que tendría ropa si no lo hubieras explotado.

Una sonrisa traviesa cruzo su rostro. Miro a su pequeña compañera que giro su rostro tanto como pudo.

-Tus orejas están rojas.

-E-estoy bien, solo que fue algo...

-Asqueroso.

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El sol empezaba a asomarse cuando volvieron a encontrarse y así mismo llegaban sus compañeros de cambió.

-Nos encontramos un degenerado en la madrugada, el informe te llegará en 10.

-Bien.

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-Bakugo... Bakugo... Bakugo?

Uraraka llevaba todo el camino llamándolo y apresar de que se dijo así mismo que la ignoraria era muy difícil para su pobre paciencia.

Giro violentamente causando que la pequeña heroína chocará contra el.

-Auuuhh

Inclinó su cuerpo hasta estar sobre ella y hablo bajo casi en un susurro.

-Que mierda quieres?

-Quiero tu reporte de la guardia, tienes masa de ese hombre en el cabello y me dijeron que tú tenías una asistencia para tus compañeros, la debo firmar?

De forma desesperada sacudió su cabello hasta que pequeños trozos de masa cayeron.

-Que asco... -la miro de arriba a abajo, desbordaba alegría, demasiado ella para el- No a todo.

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-BAKUGOOOOOOOO!!

-NO!

-Wah hacía mucho que no te escuchaba gritar.

Se detuvo en seco, levanto su máscara y se acercó nuevamente a su gravitacional compañera.

-Dejame.

-Dame al menos el informe.

-Para que? Yo no te evaluó.

-Porque quiero leerlo, nunca hice guardia sola, quiero saber tu opinión.

"Mi opinión..."

-Eres una pesada que hace su trabajo, por nada.

Se dió vuelta dispuesto a marcharse pero sus bombas fueron tomadas por la heroína.

-Bakugo, en serio.

Su mano bajo por su rostro casi como si buscará arrancarse la piel.

Se enfrentó nuevamente a ese demasiado para el.

-Te haré flotar si no me lo das.

-Mañana.

-Ahora.

-Pideselo a Best.

-Lo quiero de ti.

-Jodes demasiado para tu tamaño.

Saco su teléfono y en segundos ante una sonrisa ganadora cumplió con lo pedido por la heroína.

-Listo, ya déjame.

-Gracias.

-Jode menos.

El rojo recorrió su cuerpo de arriba abajo.

-Pasa algo?

-Cuando coño me sueltas?

Yo quiero aprender.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora