Capítulo 27.

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—¿Qué hacen ustedes aquí? —preguntó Elentari con una sonrisa grande en el rostro.

   Darius solía pararse detrás de su madre cuando se paraban frente a desconocidos, pero con el tiempo aprendió a ponerse adelante para protegerla, fuera quien fuera. Miró con interés a dos elfos mellizos, el primero tenía el cabello naranja con una expresión alegre y el otro tenía su pelo negro y mala cara. Nunca tuvo la oportunidad de conocerlos, aunque los reconoció por las historias que sus padres solían contarle antes de dormir.

   —¿Acaso por ascender a Majestades ya no tienen tiempo para nosotros? —preguntó Rance. El elfo observó a Darius con curiosidad y sonrió más—. Su Alteza. —Saludó, borrando un poco su gesto e hizo una reverencia.

   —Ustedes siempre serán bienvenidos a nuestro hogar —contestó Elentari. Se adelantó unos pasos y agarró el hombro de su hijo con cariño—. Hijo, ellos son Rance y Decius, viejos amigos.

    —Su Alteza —saludó Decius con los brazos cruzados—, es un placer conocerlo.

   —Mis padres me han contado muchas historias sobre ustedes, el placer es mío. —La voz del príncipe salió ronca y baja, casi sin interés—. Dos grandes guerreros de Alfheim que han llevado la gloria al mundo junto a...mi hermano —murmuró.

   Elentari suspiró y acarició su propia trenza para calmarse un poco, podía sentir todavía la tensión de su hijo cuando habló sobre Eidar. Los hermanos se miraron entre sí de forma significativa antes de que Rance pasara junto a Darius y abrazó a la reina.

   —Estás hermosa —murmuró con tono suave—. ¿Y Surtur?

   —El rey está atendiendo asuntos importantes —contestó el príncipe con desconfianza—. ¿Por qué están aquí realmente? Por la sorpresa de nuestra reina, deduzco que vinieron sin invitación ni avisos. 

   —Mantén la paz. —Decius se acercó al príncipe y puso, repentinamente, la mano sobre su pecho para sentir su calor y sus emociones—. Estás muy nervioso, me vuelves intranquilo. ¿Crees que somos una amenaza?

   —Estás en Svartalfheim y aquí soy tu Alteza, no tu amigo ni tu familiar, no sobrepases límites que no te corresponden —dijo y empujó un poco al elfo de luz hacia atrás, tomándolo por sorpresa—. Seré menor que todos ustedes, pero no te da derecho a tocarme con confianza.

   —Siento un conflicto de emociones —murmuró—. Adolescente.

   Rance sonrió de nuevo con diversión cuando escuchó el comentario de su hermano y negó con la cabeza, se separó de Elentari después de acariciarle el cabello y tiró del brazo a Decius para alejarlo de Darius. 

   —No puedo negar que Su Alteza tiene razón, hemos venido de imprevisto por órdenes del rey Caranthir —explicó. Miró a Elentari con un gesto más suave—. Están pasando cosas malas, Elen. El rey nos dio una explicación vaga sobre que algo sucede con los asgardianos y está preocupado por ustedes. Nos envió para ayudarles en todo lo que sea necesario.

   Elentari arrugó el ceño por la explicación y deseó poder ver para notar si Rance estaba bromeando o no, pero al no oír ninguna risa, entendió que no mentía. Juntó las manos sobre su vientre de manera pensativa y murmuró tres runas de protección.

   —Surtur está hablando con Ryndíh por lo mismo. Por culpa de mi ceguera hay cosas que no he notado en la ausencia de Surtur y las cosas están mal, muy mal —dijo triste—. Me apena que hayan sido enviados aquí cuando podrían estar haciendo cualquier cosa más interesante o importante. ¿Han dejado algo sin terminar en Alfheim?

   —Ya no vivimos allí. —La voz de Decius llamó su atención—. Rance se mudó a Muspelheim porque está en una relación con Brooke y yo vivo en Helheim, conseguí un puesto en el Naströnd y trabajo para Hel.

AL CAER LA LUNA #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora