Capítulo 2: La debilidad de Samu.

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SAMUEL:

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SAMUEL:

Me estaba volviendo loco. Mientras Nano y mamá preparaban la cena de nochebuena en la cocina permanecía sentado en el sofá, y no estaba mal acompañado, tenia una compañia de puta madre. Los demás iban a casa de Carla. Rebeca estaba a mi lado tecleando algo en el móvil y yo seguía viendo la tv como un autómata, a punto de que el Rey Felipe anunciase su discurso de feliz navidad.

Que coño me importaba todo aquello si Carla no me quería. Ell era lo único que me importaba hasta el punto de obsesionarme, lo que me daba ganas de vivir y lo que me quitaba la vida al mismo tiempo. Hacia meses que no supe de ella, y ahora me habia invitado a su cena de navidad, no precisamente pillando el telefono y llamandome, lo logico y normal, no. Usó a Ander, que a su vez usó a Omar, y fue mi amigo el que finalmente me explicó la movida. No se habia tomado siquiera el detalle de llamarme personalmente. ¿Esperaba que fuera a su casa sin más, como un puto perro faldero?

Imaginando que estaba aqui mismo, comiéndose los macarrones asquerosos que le preparaba con tanto cariño, me espabilé al instante.

-Oye colega, que parece que estás en otro mundo. - dijo Rebeca dándome una palmada amistosa en el hombro. -Mira que ya sé que no te interesa lo que diga el rey, ni a mi tampoco, pero alegra esa cara de muerto viviente ¿No? ¡Que es navidad! - sonrió mirándome con toda su energia positiva. De repente yo también sonreí.

-¡Chicos, venid a la mesa que el pollo ya está listo! hay patatas super crujientes, y Nano ha preparado salsa barbacoa. - mi madre nos avisó que la cena ya estaba lista. Rebeca se levantó y mi móvil recibió una notificación de whatsapp. Lo tenia escondido debajo del cojín del sofá, cuando lo encontré y miré que era un mensaje de Carla, se me pusieron los latidos a cien, tan rápidos con el subidón de adrenalina que todo volvía a ser cojonudo solo porque ella me habia hablado.

Carla: Samuel te estoy esperando.

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Me gustaria poder decir que mi voluntad era más fuerte y que no la necesitaba, que no la amaba con todas mis fuerzas y el deseo más destructivo que un chico es capaz de sentir por una chica hasta que se da cuenta de que esa chica es un veneno mortal para su corazón. No podía. Simplemente no podia.

-Tengo que irme. - me presenté frente a mi familia y Rebeca sentados en la mesa. Pasaba del plan de nochebuena en casa.

-¿Pero a donde vas Samu? ¿Con ella, no? - los ojos de Rebeca se cristalizaron acuosos por mi culpa, lo sabia. No respondi, mi cara respondia por ese pecado que era amar a Carla, y mi actitud esa noche, arrastrado, dejando todo por ella. -Guardadme algo de cena,  voy a volver antes de lo que esperáis. - cogí las llaves y salí con la moto.

Me iba como iba vestido, con zapatillas de deporte, unos vaqueros, y una sudadera. Queria que supiera que iba a verla a ella, y no a los demás.  Pensé en lo que le diria al verla. Sabia lo que queria preguntarle mirándole a los ojos. << ¿Nunca te he tenido? dímelo a la cara >>


Nadia y Guzmán : Tú, Imposible?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora