15.- El mejor trato

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La mañana siguiente llegó con un sol casi sonriente, alumbrando la ventana del cuarto de Seren que observaba el techo de su habitación, tendida en su cama.

El dolor de estómago no le permitía levantarse.

«¡Vamos! No es para tanto, simplemente estás muy llena. Puedes contra un recargón de estómago», se recriminaba Seren.

Por suerte era fin de semana, ¿no les he hablado sobre los fines en el instituto Heaven's Door? Ese par de días los alumnos podían salir del instituto y visitar a sus familias, salir a la ciudad o simplemente quedarse en el instituto y disfrutar de las instalaciones: la piscina, la zona recreativa (que contaba con billar, mesas de ajedrez, dominó, etc.), canchas, salones de arte y más.

Seren era huérfana, así que no tenía a nadie que ver; bueno, quizá a Rohan, pero estaba en el instituto, así que no tenía a nadie fuera del Heaven's Door.

Quizá sería buena idea quedarse echada en la cama todo el día, sí, y esperar a digerir la enorme cena que se había zampado la noche anterior.

Se dio vuelta entre sus sábanas, dispuesta a dormir, pero en su ventana resonaron golpecitos.

Seren se quejó, pero no quiso levantarse, seguro no era importante...

—¡Seren! ¡Sé que estás ahí! ¡Levanta tu trasero de la cama!

La voz de Rohan retumbó en su cabeza, quizá lo ignoraría... aunque más golpes la obligaron a levantarse.

Al estar frente al rostro de su amigo lo vio con el ceño fruncido:

—¿Qué quieres? —atajó de mala gana.

Rohan la observó durante unos segundos:

—Iba a mencionar lo mal que te ves, pero... en serio, ¿te encuentras bien?

—Cené demasiado, así que no me siento muy bien del estómago. Me quedaré acostada todo el día hasta digerir todo o vomitarlo...

—Ridícula, y yo que venía a pedirte ayuda.

—¿En qué? —preguntó Seren, tallándose un ojo con cansancio.

—El equipo encargado de costura empezó con mis diseños de vestidos, los que se usarán para el baile de entrada, y necesitaba una modelo...

—¿Yo? Cielos, tonto, hay mejores opciones por ahí; creo hay un club de modelaje o algo así, pregúntale a ellas, estarán encantadas de modelar para un dibujante talentoso como tú.

—¿Crees que tengo tiempo para lidiar con niñas idiotas? ¿Y qué cenaste para estar en este estado lamentable?

—Muchas cosas...

Rohan entornó los ojos, sospechando. ¡Oh no! Se iba a dar cuenta.

—Rohan, iré a la cama, lo siento, no me siento con ánimo para modelar —mencionó Seren, a punto de cerrar su ventana, pero atrás de Rohan vio a Reimi caminando tranquilamente, y una idea se le ocurrió—. ¡Reimi! ¡Oye!

Rohan observó a la chica con confusión, mientras su amiga se acercaba a la ventana, con esa sonrisa amable que la caracterizaba.

—¡Seren! ¿Estás bien? Tienes mal aspecto —mencionó Reimi junto a Rohan (este la observaba con confusión).

—Tengo malestar estomacal, Reimi, pero quisiera pedirte un favor si tienes tiempo —pidió Seren, juntando sus manos.

—¡Claro! ¡Será un gusto, pequeña! ¿Qué necesitas?

—Seren, no... —trató de detener Rohan, pero Seren lo interrumpió.

—Mi amigo, Rohan, necesita una modelo para sus vestidos, y yo no me siento bien para apoyarlo, pero tú tienes mi estatura, más o menos, ¡serás perfecta! ¿Podrías...?

Mis días Joestar.   Lectora x JoestarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora