Todos por Fukase, y Fukase para uno.

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Piko

En mi escuela la fama no es lo más importante. La jerarquización por meritocracia no va con la escuela, pero tampoco es que los rumores sean ignorados.

Aquí todos tienen fama de algo:

•Gumi por siempre saber sobre todo. Tiene información hasta de lo que no pediste y te sabe decir todo lo que ocurre en el instituto. Es una buena periodista y chismosa de primera.

•Lenka por ser una adorable princesa. Si quieres algún consejo, o simplemente ver su cabellera ideal junto a sus ojos de ensueño, ella siempre estará ahí para escucharte.

Y luego estoy yo. Conocido por ser la perra de todos.

No me quejo, el sexo está bien, y debo admitir que la mayoría de los que piden que los monte cojen con ganas.

Pero aunque yo sea la puta, no soy el amor de todos.

Y para eso está...

— ¡Hola Fukase!— La princesa Lenka sonrió de oreja a oreja y trotó con sus tacones amarillos hacia el pelirrojo, que la miró con su expresión de muerto viviente y asintió ligeramente con la cabeza.

— Buenos días Lenka, te ves preciosa. Me gustan tus zapatos ¿Son nuevos?— El pelirrojo dijo todos esos halagos con su tono muerto, como ya era costumbre.

Seguro ahora se estarán preguntando ¿Qué carajo está pasando? Pues no te preocupes, déjame explicarte.

Ese pelirrojo es un chico que parece el típico "nO CreO En eL AmOor, viVo En sOledAd" pero en realidad es un sol, un angelito, un bebé precioso delicado y adorable. Es bastante educado y es básicamente el príncipe azul de todas las chicas de este instituto, y el amigo de casi todos los chicos. Es perfecto.

Bueno, a mi parecer lo sería si sonriera.

Desde que entró a este instituto en la secundaria, jamás ha sonreído y siempre ha llevado esa cara muerta. No muestra expresiones, o por lo menos no en la escuela.

Fue colocado en un pedestal después de que salvó a su mejor amiga Flower de un incendio en el laboratorio de química y quedara con la mitad de su cuerpo lleno de cicatrices de quemadura.

Y todos lo aman, todas las chicas están tras él; pero por desgracia es imposible de conquistar.

— Buenos días, Piko— El pelirrojo me sacó de mis pensamientos cuando se puso frente a mí, mirando hacia abajo para mirarme.

— Hola, señor perfecto.— Dije yo con ese tono bromista, lo que a Fukase le molestó. Odiaba que dijera eso.

— No soy perfecto, Utatane.— Aseguró su mochila sobre sus hombros y comenzó a caminar, sabiendo que yo iba a ir con él.

Si, cuando dije que es amigo de todos, no me excluía a mí.

— Así que... ¿Tú y Lenka?— Fukase me volteó a mirar, seguramente confundido.

— Somos amigos. Ya sabes que me gusta alguien más, Piko.— Soltó él con cierta indiferencia, sin mirarme.

Ya lo sabía, me lo había dicho. Pero ¡¿Quién es?! Si ya rechazó a todas las chicas ¿Entonces es un chico?

— ¡Pero dime quieeeeen!— Le insistí como todos los días, y como todos los días evadió mi pregunta.

— Oí que te acostaste con Yuma.— Mencionó él con un tono que no supe descifrar. Tampoco es muy fácil saber qué siente con ese tono plano.

— Ah, sí lo hice. Fue satisfactorio porque él se creía muy hétero.— Solté una risita y luego miré a Fukase.— ¿Te lo dijo Gumi, no?—

—Obvio.—

Esta sí es una historia genérica de Vocaloids en la escuela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora