Esta sí es una historia genérica de Vocaloids en la escuela.

Provocando al príncipe azul.

Yuma

Hoy es el día en el que la popularidad de Fukase va a caer en picada.

"Príncipe perfecto", "El chico impecable" ya viene siendo hora de que alguien te baje de tu nube, Sawari.

Recorrí los pasillos en busca de ese pelirrojo, necesitaba encontrarlo lo más rápido posible antes de que las clases inicien y se me escape.

Duré unos minutos y... ¡Bingo!

Estaba ahí, en el pasillo donde estaban los casilleros de los clubes, hablando con Lenka... Y con Piko.

Ver a Piko ahí sonriendo me hizo enojar más. Piko es mío, él me vio a mí antes que a él.

Me acerqué a ellos, y la primera en notarme fue Lenka, que puso una cara como si hubiera visto a un fantasma.

— ¿Yum...?— Ni siquiera dejé que terminara, porque la empujé fuera de la escena. Haciendo que los otros dos se asustaran.

— ¡LENKA!— Gritó Fukase, centrado en ir a ayudar a la rubia antes que nada; pero ni de puta broma lo dejo irse.

Antes de que pudiera acercarse, lo tomé por los hombros y lo empujé a los casilleros que incluso se abollaron un poco.

Ya comenzábamos a llamar la atención.

— ¡ESTOY HASTA LA MIERDA DE TU CARA DE IMBÉCIL! ¡¿"Chico perfecto?! ¡No me hagas reír!— Grité, soltando algo de saliva con mis palabras.— ¡ERES UN DEBILUCHO!— Iba a soltarle un golpe, pero antes Piko me detuvo el brazo.

— ¡DÉJALO IR! ¡¿QUÉ CARAJOS TE PASA?!— Gritó él y yo me abalancé sobre él.

— ¡Pues que ya estoy harto de tu noviecito! ¡Eres MÍO-!.— Antes de decir cualquier cosa, sentí una patada en las costillas que me tomó desprevenido.

Me giré para ver a Fukase molesto, que me tomó del cuello de la camisa.

— ¡NO LE PONGAS NI UN DEDO ENCIMA, CABRÓN!— Gritó él ardiendo de furia, lo cual me hizo reír. Con esto su perfección debería ir en declive.

Al parecer mi sonrisa lo hizo enojarse más, porque alzó el puño para golpearme.

— ¡Serás-!— Antes de que pudiera hacerme algo, le solté un puñetazo al rostro y lo mandé a volar. Noté que sangró, porque mi puño quedó manchado.

— Intenta pegarme todo lo que quieras, por más que hagas berrinche...— Tomé a Piko del brazo y lo jalé a mí, forcejeando contra él que intentaba safarse de mi agarre. Pero aún con sus manotazos, logré mi objetivo: Le arranqué la camiseta que traía puesta y dejé expuesta su espalda, que estaba llena de mis arañazos y mordidas.

— Por más que luches, él ya me pertenece.— En ese momento Piko dejó de moverse  y empezó a temblar. Lo miré de reojo...

¿Estaba llorando?

Fukase se levantó y apartó a Piko aprovechando mi distracción, para poder quedar a mano conmigo con el golpe en la cara.

Joder, no es débil. Yo logré hacer que le sangrara la nariz, pero él además me sacó un diente.

Antes de poder reaccionar, yo ya estaba perdiendo: No sólo tenía a Fukase encima, sino también a Flower que había llegado y a Miku, que en cuanto notó que Piko estaba involucrado no dudó en golpearme con su tacón.