Piko
Estuve llamando a Fukase después de la escuela, quería ver si podía seguir molestándolo con la llegada de su padre, pero él simplemente no tomaba mis llamadas. Esto era rarísimo, siempre tomaba el teléfono cuando lo llamaba, así que me preocupé un poco y fui a su casa para ver que todo estuviera bien.
Su padre abrió la puerta con un perfil tranquilo, aunque eso cambió en cuanto me miró.
— Oh... Hola, señor Sawari. ¿Está Fukase?— Él me miró serio y luego me abrió paso para entrar.
— Está en su habitación, subió hace rato.— Le di las gracias y caminé hacia allá para poder hablar con él, no sabía si se había molestado conmigo pero no podía estar el resto de la noche sin saber porqué no me hablaba. Antes de subir, su padre me tomó por el hombro para detenerme, lo que me desesperó pues ya quería ver a Fukase.
— No quiero que te pases de listo con mi hijo.— Dictó Genbu, mirándome como si estuviera escarbando profundo en mis pensamientos.— Sé honesto, si lo quieres solo para... "Eso" entonces te pediré que te vayas.— Con el estrés de no ver a el pelirrojo y las palabras del mayor, que la verdad me hicieron poner de malas, se me subió la ira y contesté casi de inmediato, separándome también de su tacto con un movimiento brusco.
— ¡El amor que le tengo a Fukase no se basa en que quiera sexo con él!— Solté, no gritando pues sabía que ya era algo tarde, pero si completamente enojado. Genbu se quedó perplejo, pero no tenía tiempo para quedarme a ver el suspenso que se había formado, debía ir a ver a Fukase. Me di la vuelta y subí a su habitación, toqué tres veces suavemente.
— Fukase... Soy yo, soy Piko ábreme.— No me contestó, así que volví a tocar.— Hey ¿Estás molesto? Perdón, no voy a volver a molestarte con lo de tu papá... Pero no me ignores.— Tampoco hubo respuesta. ¿Está tan enojado por eso? Debo controlar más lo que digo. Esta vez, abrí la puerta, incluso hasta podría estar dormido y yo aquí montándome un drama. Pero no, no estaba dormido; de hecho, ni siquiera estaba en la habitación.
Un escalofrío recorrió mi espalda, miré dentro de la habitación, su baño también estaba vacío, pero supe porqué no estaba ahí en cuanto miré la ventana que daba a la calle, estaba abierta y una cortina estaba hacia afuera. ¿Se escapó de casa? ¿Fukase? Jamás había hecho algo como esto.
Salí de ahí y bajé las escaleras frenético, llegando con Genbu y tomando su brazo para que saliera de su momento dramático y pusiera los pies a la tierra.
— ¡Fukase no está!— Genbu puso la misma expresión de sorpresa que yo. Era una frase difícil de digerir.
Se puso de pie de forma algo torpe y tomó las llaves de su auto, luego abrió la puerta y me miró, como esperando que hablara, o quizá, buscando algo que decir.
—... Ven conmigo.— No parecía que eso era lo que realmente iba a decir, pero incluso aunque no me lo pidiera iba a buscar a Fukase con o sin el.
Como sea, subimos al auto y buscamos donde creíamos que estaría, incluso con Flower, pero tampoco estaba ahí.
Estuvimos hasta la una de la mañana y no parecía estar en ningún lado, estábamos muertos de preocupación y temíamos lo peor; hasta que lo vimos en el parque, tambaleándose al caminar, con un hombre rubio de cabello ligeramente largo y ojos rojos. Genbu frenó en seco y ambos bajamos del auto para ir a socorrer al pelirrojo.
— ¡FUKASE!— Grité, llamando la atención de ambos, aunque Fukase estaba como ido. El rubio nos miró y soltó un suspiro de alivio.
— ¿Lo conocen? Gracias a Dios, ya no sabía qué hacer...— Él nos pasó a Fukase, que sólo murmuraba cosas sin sentido, yo lo abracé y lo apoyé sobre mí, dandome cuenta que es más pesado de lo que parece.
— ¿Dónde estaba?— Preguntó Genbu al hombre, preocupado.
— En mi bar, se quedó ahí bebiendo enojado hasta que quedó así.— Contestó él algo agitado, luego Genbu miró molesto a Fukase.
— ¡¿BEBISTE EN UN LUGAR DESCONOCIDO?!— Le gritó, pero Fukase no estaba en condiciones como para recibir unos gritos.
— ¡CÁLLATE, TU NO ME MANDAS!— Respondió el pelirrojo con una voz atropellada, estaba muy borracho pero también estaba furioso. Yo traté de contenerlo, pero es muchísimo más grande y fuerte que yo; casi se le fue encima a su padre.
— Fukase relájate, tú también Genbu; por más que lo regañes no te escuchará ahora.— Le dije yo, y al parecer me hizo caso porque sólo apretó los labios y apartó la mirada. El rubio al notar el silencio aprovechó para unirse a la conversación.
— Tranquilo, él estuvo a salvo; yo lo cuidé todo el tiempo... Sé lo que es beber estando molesto y no es una buena idea.— Mencionó él, seguramente recordando una situación similar en el pasado.
— Muchas gracias... ¿Cuál es tu nombre?— Le preguntó el castaño, el rubio le sonrió.
— Yohio... Yohioloid, mucho gusto.— Ambos se sonrieron y luego se despidieron, pues tampoco tenían mucho de qué hablar.
Al menos esa interacción ayudó a calmar a Genbu, pero no a Fukase. Él se negó a estar solo atrás, y se negó a que yo fuera en el asiento del copiloto porque no quería que yo estuviera con Genbu porque le daba celos... Eso fue demasiado lindo.
Ambos fuimos en los asientos de atrás y él se aferró a mi, recostado en mi regazo y abrazando mi cintura con la cara hundida en mi estómago. Yo no pude evitar acariciarle el cabello, sus ricitos estaban suaves y era tan lindo ver como rebotaban, estaba tan bonito que podría verlo toda la noche sin cansarme y...
... Uh, bueno, como sea.
Después de un largo camino en silencio, llegamos de vuelta a la casa y Genbu cargó a su hijo hasta su habitación aprovechando que estaba dormido y no se enojaba por verlo cerca.
Bueno, luego despertó y todo se hizo un caos.
— ¡No te quiero aquí, vete!— Fukase tomó una almohada y se la lanzó a Genbu, lo que hizo que se molestara un poco, pero salió de la habitación maldiciendo entre dientes, como aguantando las ganas de gritar o regañarlo, eso me hizo reír.
Por mi parte, tomé de vuelta la almohada, la puse donde estaba antes y me dispuse a irme.
— Hasta mañana, Fukase... Mañana llegarás como zombie si no duermes.— Bromee, logrando que el pelirrojo sonriera un poco.
— Piko... Quédate conmigo.— Me pidió él con una voz ronca, tratando de alcanzar mi mano; al ver dicha acción suspiré con una sonrisa y tomé su mano.
— No, tu papá se va a poner como loco.— Contesté, sabiendo que era cierto, pues había descubierto que de por sí no tenía una buena impresión de mi.
Fukase negó con la cabeza.
— Pero no haremos nada malo, solo quiero dormir contigo.— Él hundió un poco la cara en la almohada, pero no dejó de mirarme. Yo en ese momento, morí, morí por siempre y me quedé a sus pies. Miré hacia la puerta y volví a ver a Fukase. Solté su mano y caminé a la puerta para cerrarla, también cerré la ventana que hasta ahora estaba abierta, y luego caminé a la cama, con la sonrisa de Fukase bien presente.
Una vez me acosté, él se volteó para mirarme y tomó mi mano, yo me solté de su agarre, algo que entristeció a Fukase, pero volvió a estar feliz en cuanto notó que lo hice para abrazarlo, y él correspondió de inmediato.
— Ya hay que dormir, mañana no vamos a aguantar el cansancio.— Ambos reímos y no tardamos nada en caer dormidos.
Mañana será un caos cuando note que despertamos juntos.
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Esta sí es una historia genérica de Vocaloids en la escuela.
FanfictionUtatane Piko es un chico bastante popular. No por ser el mejor en todo, o por ser el líder del equipo de fútbol; sino porque parece una chica y tiene mala fama de acostarse con cualquiera. Fukase Sawari por su parte también tiene cierta fama, sin em...