Consejos.

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Piko

Desperté: Domingo por la mañana.

Yuma está dormido a mi lado, desnudo obviamente; y yo me había puesto una camiseta encima. La verdad es que estoy algo desorbitado después de ayer, la repentina declaración de Fukase me hizo sentir raro porque... No lo sé, no lo esperaba. Y me siento como un idiota por no esperármelo, porque incluso Miku lo sospechó y yo no quise creerle.

Solté un bufido y me levanté de la cama de Yuma, me di un baño, me vestí y fui a prepararme algo de desayunar; igual a Yuma le importaba poco lo que hiciera, de todas maneras nos ponemos a mano con el sexo; él me la mete o yo se la meto, y luego yo puedo robarle comida o hacer lo que me pegue en gana.

Un trato justo ¿No?

Me disponía a desayunar cuando finalmente Yuma bajó, ya arreglado también.

— Eso huele bien~— Mencionó él, con un tono como relajado. Lo cual me extrañó.

— Supongo. ¿Quieres un poco?— Le ofrecí de mi sándwich tostado de queso, y el muy gordo no dudó en darle una mordida.

— Vaya, sí que sabe bien. No sabía que eras de los que cocinan.—

— No es para tanto, sólo es un sándwich.—

— Pues sabe muy bien para ser un sándwich.—

Después de esa conversación tan calmada y normal, quedé extrañado por su actitud tan... Distinta.

Lo miré algo confundido, y él lo notó.

— ¿Qué pasa, tengo algo en la cara?— Dijo él vacilando.

— Estás muy raro ¿Estás marihuano o que te pasa?— Le solté también con tono de broma. Él rió.

Me estoy asustando, ¿A caso ya a todos a mi al rededor les dieron ganas de cambiar de repente?

— No, es sólo que... No sé, estoy calmado. He estado pensando en que debería dejar de ser un cabrón.— Ante su respuesta, arqueé una ceja, totalmente sorprendido.

Pues sí, ya todos se van a hacer buena gente.

— Vaya, qué repentino... ¿Ya todos van a ser unos príncipes perfectos o qué? Primero Fukase, y ahora tú.— Ese comentario perturbó la calma de Yuma, pero no tanto como para hacerlo explotar.

— ¿Y ahora Fukase es un príncipe perfecto? Vaya, qué raro.— Soltó él con sarcasmo agresivo, abriendo el refrigerador para sacar una caja leche condensada.

— Pues siempre lo ha sido, y nunca vi que tuvieras problemas con ello.—

— No los tenía hasta que tú empezaste a mencionarlo más a menudo.—

—... ¿Y qué tiene de malo que hable tanto de mi MEJOR AMIGO, Yuma?— Dije ahora con un poco de molestia. El enojo de Yuma también había escalado, pero se estaba reprimiendo.

— Pues que no pareciera que es sólo tu "mejor amigo". Te pasas el día entero diciendo lo perfecto que es, no haces otra cosa más allá que compararme con él; y no me engañas Utatane, he visto que te has puesto nervioso con sólo verlo en camiseta de tirantes.— Al recordar esos momentos y sólo pensar que Yuma me vio siendo tan sumiso ante Fukase, me puse rojo de la vergüenza.

Esta sí es una historia genérica de Vocaloids en la escuela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora