3

7 0 0
                                    

Volví a despertar en aquel pasillo, miré a mi al rededor y todo estaba igual, me levanté con ayuda de la pared y miré mi muñeca, había una cicatriz como la herida de la pequeña niña de mi sueño, me extrañé mucho; pero no le di demasiada importancia y comencé mi caminata por el pasillo. Más dudas llegaban a mi mente sobre aquella niña, porqué solo ella me podía ver, porqué no podía tocarla, porqué nadie me veía ni me oía…………. Tal vez solo fue una pesadilla, un mal sueño y nada más que eso.
Sacudí la cabeza para ahuyentar aquellos pensamientos; pero no desaparecieron. Continúe avanzando y sin darme cuenta empecé a tararear una canción, no sabía cual era; pero me dejé llevar por aquella melodía que salía de mi interior.
Estaba mirando el suelo y de reojo vi una pequeña luz, sin pensarlo me dirijí hacia ella. La luz me conducía hasta una pequeña habitación, entré en aquella habitación y vi que sus paredes estaban quemadas. Pase dentro de la habitación y me quedé en el medio, analizando aquella habitación tan diferente a la mía. Grité al sentir dos manos en mis hombros y corrí hasta la salida de esa habitación, miré al ser que me había tocado y era un señor con todo el cuerpo quemado y la cara deformada como si de plástico chamuscado se tratase. Le observé mientras andaba hacia atrás, hasta chocarme con la pared, él me observó a mí inmóvil en la misma posición.
- Hola- susurré.
-¿Quién eres niña?- preguntó con una voz ronca que me hizo pegarme más a la pared.
- No recuerdo mi nombre, solo recuerdo aparecer en mi habitación- dije recordando como llegué a aquella habitación.
- No te diré quién soy porque yo tampoco lo recuerdo, solo recuerdo aparecer en esta habitación, pero yo llevo demasiado tiempo aquí y solo los sueños me hacen recordar poco a poco, pero nunca desvelan mi nombre…- dijo mirándome fijamente- ¿Qué rumbo llevas pequeña?
- Quiero encontrar la salida y mi intuición dijo q este lado del pasillo me conducirá hasta ella.
- He visto gente salir de aquí, todos confesaron que son los sueños los que te ayudan a recordar; pero esos sueños, muestran los momentos de debilidad de las personas y deberás soportar toda esa carga; sin embargo, solo de ese modo lograrás salir como lo hicieron otros muchos- recordó mientras me miraba.
- Gracias señor, pero debo de continuar mi viaje, necesito salir de aquí.
- Suerte pequeña- dijo con un tono amable.
Observé por última vez al señor y continúe mi viaje pensando en lo que me había dicho. Algunas dudas desaparecieron ya que tenía la respuesta, aquella niña era yo en uno de mis momentos de debilidad.

¿Qué pasó en aquellos momentos de debilidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora