¿Qué pasó en aquellos momentos de debilidad?

4

Con lágrimas en los ojos continúe con mi viaje. Perdida en mis pensamientos iba caminando por aquel pasillo el cual nunca creí que se acabaría. Me paré en seco y me senté con la espalda pegada a aquella fría pared, abracé mis piernas con miedo a cerrar los ojos otra vez.
Me desperté de un salto y maldije porqué me volví a quedar dormida y ya no estaba en aquel pasillo ni en aquel lugar del otro sueño, estaba en una habitación muy diferente a la blanca y sosa de donde aparecí. La habitación era grande, las paredes estaban llenas de fotos con gente sonriendo mucho, una de las paredes solo tenía dibujos y pinturas. Recorriendo la habitación con la mirada me encontré con aquellos ojitos mirándome fijamente, la pequeña había crecido un poco, pero seguía teniendo aquellos ojos tristones.
Alguien abrió la puerta y las dos desviamos la mirada hacia esta; sin embargo, antes de fijarme quién era, noté como alguien me traspasaba sin darse cuenta de que estaba allí. Volví a girarme y aquella persona estaba toda borrosa aún a pesar d estar al lado de ella.
- Ella……ella no ha logrado sobrevivir, lo siento mucho mi pequeña.- dijo aquella persona.
Con lágrimas saliendo d sus pequeños ojitos le dijo a la persona que se marchara; la persona se marchó y nos quedamos solas en la habitación. Me acerqué a ella y me apoyé en mis rodillas quedándome a su altura.
- ¿Esta es la primera vez que sabes que alguien cercano fallece?- le susurré.
La pequeña asintió con la cabeza mientras más lágrimas cubrían su pequeño rostro.
Un frío helado se instaló en la habitación y cuando nos dimos cuenta de donde provenía nos quedamos paradas por el tremendo shock de ver a la mismísima Muerte junto a nosotras dos. Iba vestido con su característica capa negra y su guadaña. De un momento a otro se despejó su rostro el cual solo era una calavera y levantó su cabeza hacia nosotras.
- Siento que hayas tenido que conocerme tan pronto Yara.- dijo agachándose a la misma altura que yo pero refiriéndose a la pequeña.
- De una manera o de otra iba a acabar conociéndote.- susurró esta mientras despejaba su rostro de las lágrimas que aún seguían cayendo.
- Se que es muy difícil afrontar esto y más con tu temprana edad; pero nada dura para siempre.- rozó su mano esquelética con la mejilla de la niña quitándole alguna lágrima.
Muerte se incorporó e hizo q yo también lo hiciera.
- Búscame en tus sueños y te ayudaré a que puedas salir de allí.- me susurró conforme desaparecía ante mis ojos.
Desperté sobresaltada por aquel sueño y en el fondo me alegré de a ver vuelto a ese pasillo y no a otro sueño. Ya sabía quién me guiaría en aquellos, Muerte.